El Chico Anti-Cliché

Clases y senpai.

Después del día de ayer -domingo- tenía que ir al instituto y para ser sincero, ¡NO SÉ POR QUÉ COJONES ME TENGO QUE LEVANTAR A LAS SEIS DE LA MAÑANA! ¿QUÉ NECESIDAD TIENE LA GENTE DE EMPEZAR SU DÍA TAN TEMPRANO?

No era mi intención molestarme, pero las mañanas no son mi fuerte.

Fui al baño, mejor dicho, intenté ir al baño, cosa que no consigo desde hace dos días y tras perder la batalla entre mi culo y mi alma decidí bajar a desayunar. Como siempre, me hice mi propio desayuno ya que ¿QUÉ PADRE SE DESPERTARÍA A LAS SEIS DE LA MAÑANA PARA HACERLE A SU HIJO EL DESAYUNO?

Mierda, otra vez, perdón.

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Me arreglé y salí para coger el coche y como vivo un poco lejos del instituto, me tomó media hora para llegar. Me encontré con Nemael en la entrada y mientras íbamos a clase, nos pusimos a hablar sobre lo ocurrido ayer:

-Zephir, cuando salgamos asegúrate de que no nos encontremos con gente rara como el tío de ayer -se quejó por enésima vez.

-Que sí, por dios, no seas pesado -me miró y por poco me mataba- pero tampoco soy adivino.

-Vale. Una cosa, ¿cuándo vamos a quedar para ver los vídeos de gatitos?

-¿En serio te lo creíste? -me reí- eres muy tonto y adorable a la vez.

-¿Quieres que te torture y así ves como no soy adorable? -dijo mientras nos parábamos en frente de los baños.

-Si es que lo sabía, sois maricones -dijo alguien saliendo de este.

Giré mi cabeza y adivinad quien era lectores míos, sí: El panadero.
Es Peeta el panadero. Le da de comer a las cerdas como tu madre. ¡GUARRA!

De acuerdo, me sentía ingenioso y tenía que decirlo. (Las autoras toman muchas drogas)

Continuando con la historia, la persona que dijo ese comentario tan innecesario era nada más y nada menos que Coberl... No os lo esperábais, ¿a que no?

-¿Qué haces aquí?- respondí hasta que me dí cuenta que ya me lo dijo, pero estaba ocupado admirando sus ojos.

Nemael me pegó una colleja y me susurró un -NO- ¿Cómo coño me lee la mente?

-Iluminati -me susurra. Coberl se dio cuenta de que no le escuché y paró para volver a hablar:

-Pues te lo repito de nuevo, se ve que el instituto que me pidió que hiciera la exposición es al que tú vas -sonrió perversamente.

-Zephir, se nos hace tarde, deberíamos ir a clase ya -dijo Nemael interrumpiendo a Coberl, y  asentí.

O al menos eso intenté, porque Nemael me tiró prácticamente del brazo y casi me lo disloca.
Y todos sabemos que Física no es su clase favorita.

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Pasadas unas cuantas horas de enseñanza, que en verdad, a nadie interesa que cuente, vi a Coberl hablando sobre la exposición y los preparativos. Escuché cómo decía algo sobre que en dos semanas estaría todo listo y que necesitaría un poco más de tiempo para todas las fotos.

Imbécil.

En el aparcamiento me encontré con Rendor y como hace tiempo que no quedamos pues:

-Oye, ¿qué te parece si salimos un rato a tomar algo por ahí? -Le propuse con un tono provocativo. Aunque no se que pretendía, porque es el novio de amiga, pero en fin.

-No sé -tardó un poco entre palabras- creo que iba a quedar con Miho hoy -dijo no muy convencido.

-Venga anda, ¡anímate! Ya hablarás con ella después.