-vale entonces debo llevarle 3 tarros de baya de sangre- me dije mientras caminaba adentrando me al bosque Couvet. Este lugar se me hacia familiar pero no me importaba, quería volver y seguir escribiendo en el diario de mi madre.
Al caminar sentía que alguien me miraba pero por los árboles y arbustos no podía ver nada -será una animal tal vez-. Llegue a un pequeño río en donde vi al otro lado unos arbustos de baya de sangre en perfecto estado, volé para atravesar el río y me senté a recoger las bayas.
-un escalofrío recorrió mi espalda descubierta-
Me levante de golpe y mire a todos lados, mis manos empezaron a sentirse frías pero todavía no debía usar nada.
-te vez atenta y aterrada alteza- dijo una voz detrás de mi -algo familiar- al voltear me lo vi, parado justo a dos pasos de mi, de traje negro y cabello café intenso, ojos color amarillo con una chispa de tono dorado y labios en una mueca de risa.
-¿quien eres y porque me has asechado?- pregunte al sentir un poco de calma, si me llamo alteza sabe quién soy y debe ser alguien que sabe que no me puede atacar
- me disculpo por asustarla así, mi nombre es Thomas, creo que es gracioso ya que un nombre simple como el de Thomas quedaba algo confuso junto a su apariencia elegante y misteriosa
-¿y que haces aquí?- pregunte al sentarme frente a un arbusto a seguir recogiendo las bayas, dándole la espalda por completo
-hoy mi padre tuvo una reunión con tu padre una vez más- se acerco a mí y sentí como cada bello de mis brazos se erizo -creó que este no es el vestido correcto para darle la espalda- Ya que este vestido tenía un gran escote que dejaba ver los muñones de mis alas y llegaba hasta casi hasta mi ropa interior, pero me mataba el encaje de la falda y por eso lo usaba. Se acerco aun mas hasta estar a centímetros de mi se agacho a una distancia en la que sus labios estaban casi besando mi oreja y casi en un susurro fácil de entender dijo.
-alteza si sigue así, me arrebatara mi libertad- al hablar tan cerca de mi oído hizo que todo mi cuerpo se congelara de nervios -el maldito es un seductor de mierda-
-¿Porque supones que yo intervengo en tu libertad?- dije al tratar de seguir firme hasta acabar con este arbusto
-mi hipótesis era cierta- dijo mientras se levantaba pero sin separarse de mi
-si no estuvieras hechizada no tuvieras esa marca y me recordarías mejor- quede perpleja al oir aquello, ¿de que estaría hablando?
-eres gracioso, yo no estoy hechizada y no tengo ninguna marca - conteste segura de lo que decía, mientras el solo soltó una risa como si no supiera lo que decía
- princesa, solo lo hago para que mi libertad salga de peligro. En tu espalda en medio de tus alas justo a 4 o 5 dedos por abajo esta la marca de un hechizo. Y a pesar de que eres la princesa lo creo ya que el día en que te conocí esos síntomas de no identificar voces y de la forma en que se presentaron, es una voz de alguien que fue eliminado de tu memoria por el hechizo, el que no me recuerdes también es prueba- al decirlo me levante y volteé ante el quedando frente a frente, -sus ojos amarillos tan finos y profundos con aquella chispa de tono dorado eran fascinantes- lo empuje de in mediato y tome la canasta, a pesar de todo su voz no me daba señales de que estuviera mintiendo pero -¿su libertad esta en peligro?-
-¿acaso mi padre te enviara al ejército?- no podía evitar hundirme en sus ojos
-no, algo peor. Deja de darle problemas y entiende que donde vives están ángeles que a pesar de estar desentendidos de Sacret y de Anderest no se sabe que te puedan hacer- el me seguía viendo con la misma intensidad que yo lo miraba comiéndonos con la mirada mutuamente a excepción de que en su rostro había una sonrisa
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Secretos de Angeles y Demonio
Fantasía*** -GUERRAS, TRAICIÓN, AVARICIA- Mientras estas existan hasta el trono mas puro se oscurecerá Pero que pasa cuando la oscuridad envuelve aquel lugar que es su hogar Si las mentiras flotan en el aire al igual que los misterios ¿Si los dones mas...