Mi chico perfecto.

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Pues no, no tenía unos ojos que deslumbraban, tampoco tenía la sonrisa más linda del universo, y mucho menos tenía una cabellera con el largo exacto y del color exacto. Ya sabes, de esas que hacen que te derritas.
No tenía nada de eso.
Sin embargo tenía un cabello demasiado chino, tenía unos ojos enormes con unas pestañas que darían envidia a cualquier mujer, pero todo eso estaba oculto tras unos lentes; su ceja era poblada, aunque daba la impresión de que se la arreglaba. Y sus labios eran carnosos, de esos por los que moriría por un beso.
Y su sonrisa! ¡Ho dios! Su sonrisa tenía los dientes un poco chuecos y unos enormes colmillos.
Llevaba puesta una sudadera roja y debajo tenía la camisa del uniforme deportivo.
Así que no, no era el ideal de belleza que tenía para "mi príncipe azul"
Al levantar la cabeza me miró y en un tono que denotaba una flojera nivel dios, dijo:

- Amiga, tengo una cruda que me esta matando, ¿podrías bajar un poquito la voz?

Al terminar esa frase comenzó a recostarse de nuevo.
Al ser sincera, no me esperaba que me dijera eso, pero no me daría por vencida, así que insistí.

-¡¿Que baje que?!

Dije, con un tono de voz muchísimo más alto esta vez, pero a propósito.

- ¡Ya es hora! ¡Despierta! - insistí.

Por fin el chico se levantó y me miró, con un tono de voz ya más normal me dijo:

- Okay, Okay! Yo soy Leamsi

- ¡Hola Leamsi! Yo soy Ana.

Sufrimos de un silencio incómodo, al parecer Paniagua tenía mejores cosas que ver en su celular, y Leamsi, bueno Leamsi simplemente quería que lo dejáramos dormir. Pasados 30 segundos (con apariencia de 5 minutos) Juan dijo:
- Oye Ana, ¿Porque no has subido nada a tu canal?

No pude responder directamente a esa pregunta porque quería que Leamsi pusiera su atención en mi. Como dije anteriormente, no tenía el estereotipo de belleza de un príncipe, pero para mi, era lindisimo.
Leamsi al escuchar esa pregunta volteo hacia mi y me dijo:

- ¿Canal de que? - preguntó.

- Tengo un canal en YouTube llamado "Intercambiando Palabras". Es sobre reseñas de libros, me encanta leer. ¿A ti te gusta leer?

- Si, me gusta leer - respondió el, vagamente interesado.
- También me gusta imitar voces - dijo con un tono de orgullo en su voz.

Eso si que me interesaba así que repondi:

-Bueno, pues deberías de seguirme en mi canal. ¿Que voces puedes imitar? - pregunte.

El estaba orgulloso de llevar las riendas de la conversación, se podía ver en sus ojos y escuchar en su voz.

- La que mejor me sale es la de Mikey Mouse.

Respondió, a lo que enseguida estoy segura se dio cuenta que fue un error decírmelo así, pues me le puse a pocos centímetros de la cara y con una voz tan emocionada como una niña en dulcería grite:

- ¡Wooow! ¿Es encerio? ¡Dime algo! ¡Dime algo! ¡No te creó! ¡Que lindo!

¡Pues bien! Aquí un secreto sobre mi, soy un asco total para disimular cuando me interesa una persona.

Su mirada me decía que se sentía un poco acosado pero aún así prosiguió o dijo con una voz muy semejante a la de mikey mouse:

- ¡Miska Muska Mickey Mouse!

Yo no podía dejar que me quitara el protagonismo, así que le dije:

- ¿A si? Pues yo puedo hacer la voz de Pikachu! - dije con un tono que denotaba seguridad.

Pero era una total mentira, si podía hacer esa voz, pero llevaba años sin hacerla, nunca se me ocurrió que lo necesitaría. Asi que reuní todo mi valor y vergüenza, puse la cara más tierna que se me ocurrió y dije:

- Pika Pika

No había nada más que decir, puesto que nunca supe si picachu decía algo más en la serie, era todo lo que yo sabía de el.
Pensé que había hecho la vergüenza del siglo.
En vez de eso Leamsi me tomó la cara con las dos manos suavemente, me tomó por sorpresa que se emocionara tanto y me dijera:

- ¡Hay pero que cosita tan linda! ¡Se parese muchísimo! ¡Me encanta!
¿Sabes? ¡creó que tu y yo nos casaremos!

Me acercó y pegó mi cara con la suya; y hay estábamos cachete con cachete disfrutando de nuestra ternura mutua.

Suavemente me soltó la cara, y me di cuenta de que durante el momento que platicamos y reimos me sentí especial, me olvide de Jasson y como me había dejado plantada, me olvide de Juan y Paniagua que obviamente habían visto todo el espectáculo de las voces, simplemente éramos Leamsi y yo; lo más extraño es que era un completo desconocido para mi.
Juan y Paniagua que no tomaron partido en ningún lado de la conversación pasada, un poco incómodos quisieron integrarse a la plática, así que Juan dijo:

- Bueno Leamsi, entonces platicanos como estuvo la fiesta de ayer.

Y nos enfrascamos en platicar que había hecho Leamsi en esa fiesta, luego empezaron a darse turnos entre el y Paniagua para contar sus anécdotas más divertidas, y aunque sólo teníamos 15 o 16 años se notaba que les encantaba ir de fiestas y terminar con recuerdos memorables. Como pintar a un amigo de mujer o dibujarle un tiro al blanco en el estómago. Lo que fuera yo me limitaba a sonreír y hacer miradas discretas a Leamsi.
Era tan lindo, y simplemente lo acababa de conocer.

¡Por favor! ¡No me dejes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora