Diciembre

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Diciembre 4

Querido Diario:
Mamá no quiere que siga haciendo régimen de adelgazamiento. Entre nosotros, te diré que eso no es asunto suyo. Es sierto que las dos últimas semanas he tenido un resfriado, pero yo se que no lo provoco la dieta ¿Cómo puede ser tan estúpida e irracional? Esta mañana, como de costumbre, yo estaba tomando la mitad de un pomelo como desayuno, y me obligo a comer una rebanada de pan integral, revoltijo de huevos y un trozo de tocino. Probablemente todo esto tenga cuatrocientas calorías, tal vez seiscientas o setecientas. No se porqué no ha de dejarme vivir mi vida. A ella no le gusta verme como a una vaca, a nadie le gusta, ni a mí misma. Me pregunto si no debería meterme el dedo en la garganta después de cada comida, a fin de vomitarla. De nuevo me obliga a cenar , precisamente cuando había bajado de peso hasta casi el que yo quería y ya no tenía que combatir los calambres de hambre. ¡Oh, que problema son los padres! Ésta es una cuestión, Diario, de la que no debes preocuparte; solo yo. Me imagino que no has tenido suerte conmigo. No soy ninguna ganga.

Diciembre 10
Cuando te compré, Diario, iba a escribirte religiosamente todos los días, pero a veces no pasa nada digno de ser escrito, y otras veces estoy demasiado ocupada, demasiado aburrida, demasiado enfadada, demasiado preocupada o demasiado yo misma para hacer algo que no sea obligatorio. Supongo que soy una amiga bastante asquerosa, incluso contigo. De todos modos, me siento mas cerca de ti que de Debie, de Marie o de Sharon, que son mis mejores amigas. Incluso con ellas no soy realmente yo misma. En parte soy otra; tratando de encajar, de decir cosas apropiadas, de hacer las cosas requeridas, de estar en el lugar mas indicado, de vestir como visten todos. A veces pienso que cada uno trata de ser la sombra de otro; compramos los mismos discos y hacemos como los demás, aunque no nos guste. Los chicos son como robots, piezas en lineas para el montaje, y yo no quiero ser un robot.

Diciembre 14
Acabo de comprar, como regalo de Navidad para mi madre, el mas maravilloso de los broches de una sola perla. Me ha costado nueve dolares cincuenta centavos, pero los vale. Es una perla de cultivo, lo cual quiere decir que es auténtica. Se parece a mamá. Suave y brillante, pero solida y resistente en su interior, confío en que no parecerá fuera de lugar. ¡Oh, espero que le guste! ¡Quisiera tanto que le gustara y que, por la perla, le gustara yo! Todavía no se que comprarles a Tim y a papá, pero es mas fácil comprar para ellos. A papá me gustaría regalarle un bonito plumero dorado, para que lo coloque sobre el nuevo escritorio de su flamante despacho, y que le hiciera pensar en mi cada vez que lo viera, incluso en medio de conferencias tremendamente importantes con todos los cerebros que rigen en el mundo; pero, como de costumbre, no puedo permitirme más que una fracción de las cosas que quiero.

Diciembre 17
Lucy Martin va a celebrar una fiesta navideña, y yo debo aportar una ensalada de base de gelatina. Al parecer sera muy divertida (así lo espero). Me he hecho un nuevo vestido. Mamá me ayudó y es realmente bonito. Espero que un día pueda coser tan bien como ella. Es más: espero que un día llegaré a ser como ella. Me pregunto si ella, a mi edad, se inquietaba por no gustar a los chicos y ser amiga a medias de las chicas. Me pregunto si entonces los chicos eran tan sensuales como ahora. Por lo que dicen las chicas al hablar de nuestras parejas, ahora todos los muchachos son así. Ninguna de mis amigas ha ido hasta el fin, pero imagino que muchas otras chicas del instituto si llegaron. Me gustaría hablar con mi madre sobre estas cosas, porque verdaderamente no creo que muchas chicas sepan de qué hablan, al menos no puedo creerme todo lo que cuentan.

Diciembre 22
La fiesta de los Martin fue divertidísima. Dick Hill me trajo luego a casa. Tenía el coche de su padre y dimos una vuelta por la ciudad, vimos las iluminaciones y cantamos villancicos. Todo esto parece cursi, pero no lo fue. Al llegar a casa me besó, deseándome buenas noches, y eso fue todo. Me puse algo nerviosa, pues no se si es que no le gusto o, sencillamente, que me respeta. Pase lo que pase, no puedo estar segura de nada. A veces me gustaría salir con algún chico, así sabría que tengo pareja, alguien con quien hablar, pero mis padres no creen en esto, y además, confidencialmente, nadie se ha interesado por mi. A veces pienso que nunca interesaré a nadie. La verdad es que los chicos me gustan enormemente, alguna vez creo que incluso me gustan demasiado, pero no soy popular. Desearía ser popular y hermosa, rica y con talento. ¿No sería formidable ser así?

Diciembre 25
Es Navidad. Maravillosa, magnífica, felíz, santa Navidad. Soy tan dichosa que apenas puedo contenerme. Me han regalado libros y discos, una falda que me encanta y muchas chucherías. Y a mamá le encantó el broche. ¡Le gustó de verdad!¡la embeleso! Se lo puso inmediatamente sobre su vestido de fiesta y lo llevó todo el día. ¡Oh, estoy tan contenta de que le halla gustado! Los abuelos estuvieron aquí, y el tío Arthur y la tía Jeannie con los críos. Fue algo formidable. Creo que la Navidad es la mejor época del año. Todo el mundo se siente afectuoso y seguro, y necesitado y querido (incluso yo). Ojalá fuese siempre así. ¡Que rabia pensar que el día termina! No solo porque ha sido un gran día, sino porque sera nuestra última festividad en esta adorable casa.
Adiós, querida casita, engalanada con guirnaldas festivas y sagradas, iluminada de vivos colores. Te amo, casa. ¡Me harás falta!

PREGÚNTALE A ALICIA  diario íntimo de una joven drogadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora