Febrero 8
Bueno, he engordado lo menos siete kilos desde que llegamos aquí. Mi rostro es un desastre, y mi pelo es tan viscoso y graciento que debo lavarlo todas las noches para que se vea decente. Papá no está nunca en casa y a mamá la tengo siempre encima: <<Sé dichosa, péinate; sé positiva, sonríe, muestra buen humor, sé amistosa>>, si me dicen otra vez que me comporto de manera negativa e inmadura, voy a vomitar. No puedo ponerme ninguno de los vestidos que me hice antes de venir, y se que Tim se avergüenza de mí. Cuando estoy entre sus amistades me trata como a un trapo, me insulta y se mete con mi pelo de hippy. Estoy hasta la coronilla de esta ciudad, de esta escuela el general, de mi familia y de mi misma en particular.