4- El lobizon

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Cuando me preguntan si esta historia es real puedo entenderlos, lo que me paso es increíble. Talvez si esté un poco loco, mas aun después de haber vivido esa noche, pero digo la verdad. 

Esto me pasó.


Todos conocemos la clásica historia de el hombre lobo, o como lo llamábamos en el campo acá en Argentina, Lobizón. La mayoría de la gente sabe sobre este ser y su leyenda pero, que es en realidad? Pocos lo saben. 


En las zonas rurales, lejos de las grandes ciudades, se cree mucho en esta historia. Donde yo crecí no fue una excepción. El Lobizón era algo a lo que había que tenerle miedo, y mas aun si se andaba por el campo a la noche. No porque sea una criatura hambrienta de carne humana, sino porque era una bestia muy agresiva. Si te lo cruzabas, tu única posibilidad seria agachar la cabeza para no míralo y seguir caminando. Jamás debías correr o decir su nombre en vos alta. Si hacías todo bien y con un poco de suerte te dejara irte.

Yo puedo hoy contar esta experiencia gracias a esas enseñanzas. La noche en que lo vi no me la puedo borrar de mi cabeza. 

Recuerdo que era invierno, uno de los mas fríos. Eran mas de las diez de la noche y estábamos comiendo con mis padres y mis dos hermanos menores. En ese tiempo todavía no teníamos tele pero papa siempre encendía su radio a la hora de la cena.

Cuando los perros empezaron a aullar supe que algo malo pasaba afuera. Mis padres se miraron y mi papa estiro la mano para bajar un poco el volumen de la radio. Mi mama le hizo una pregunta que hasta el día de hoy me sigue dado escalofríos.

-Carlos cerraste la puerta de la casucha? (La "casucha" era el establo donde guardábamos las ovejas en las noches frías de invierno.)

Mi papa se la quedo mirando y solo basto con eso para responder, el jamás se olvidaba sus responsabilidades. 

Seguimos comiendo durante unos minutos, los aullidos de los perros no paraban. De pronto se escucho un golpe tremendo. Luego lo siguió otro, otro y otro mas. 

Que es eso Carlos? dijo mi mama ya muy asustada. 

Voy a ir a ver- Dijo mi papa y luego me miro- Juan tráeme la escopeta- Yo era el único que sabia donde estaba, el me lo había dicho cuando cumplí los quince. Cuando llegue mi papa estaba en la puerta, todavía recuerdo su cara, tenia gotitas de sudor en la frente y en las sienes. Creo que fue la única ves en mi vida que lo vi realmente asustado. Le di la escopeta pero para mi sorpresa no era para el.

-No, es para vos, yo tengo esto, vamos.- dijo. y me mostró su viejo revolver. Yo estaba asustado pero no quería defraudar a mi papa. Ya tenia 17 años y quería que el me viera como un hombre grande.

Justo antes de salir se escucho un ultimo golpe mas fuerte, lo que sea que había golpeado la puerta de la casucha la había tirado abajo.

Fuimos rodeando la casa, caminábamos muy despacio para hacer el menor ruido posible. Unos metros antes ya pudimos ver las dos puertas abiertas de par en par con la cadena de hierro destrozada en el suelo. A dentro no se distinguía nada. La casucha de las ovejas no tenia luz por lo que mi papa llevaba la lámpara de querosén. Unos paso antes de entrar mi papa me dijo que me quedara afuera y si veía salir a cualquier cosa que no fuera el o alguna oveja, que disparara, y si escuchaba disparos que corriera a la casa lo mas rápido que pudiera. Esto no hizo mas que asustarme. Mi papa entro a la casucha y pude verlo desde afuera como se adentraba en la oscuridad, como la negrura del lugar lo rodeaba. Todo estaba muy quieto, asta que escuche a mi papa gritar.

-Hijo de puta!- y luego el primer disparo. 

Casi se me cae la escopeta de el sobresalto. Seguí apuntando a la puerta con la punta de el arma temblando. Otros dos disparos se escucharon y ya no soporte mas. Salí corriendo por el otro lado de la casa, tire la escopeta al suelo y corrí como un condenado. Recuerdo ver todo como si fuera una película, como si nada fuera real. Creí que me desmayaría. Cuando di vuelta a la casa escuche otro disparo y se me paso la imagen de mi papa por la cabeza. Seguramente necesitaría ayuda y yo salí corriendo como un niño de seis años. Ya era casi mayor de edad, tenia que ayudarlo. Cuando me di vuelta para volver, lo vi. La horrible abominación estaba justo delante mío. 

Era un "animal" parecido a un perro muy grande pero con características humanas. Estaba mostrándome los dientes como apunto de atacar. Sus ojos eran completamente negros al igual que todo su cuerpo. En un hombro tenia dos orificios de bala. 

Baje la cabeza lo mas rápido que pude y camine hacia atrás sin darle la espalda. Podía escuchar como se me acercaba, levante un poco la vista y lo vi erguido en dos patas, eso me paralizo. Lo tuve tan cerca que pude sentir su olor, un olor fétido a carne en descomposición. De pronto emitió un rugido que me congelo la sangre, luego lo vi correr hacia la oscuridad de el bosque. Unos segundos después vino mi papa y me pregunto si estaba bien. Hablamos de que no debíamos contar nadie lo de esta noche, mucho menos a el resto de la familia, y así fue.

Al otro día encontramos a las ovejas, o mas o menos. De una solo encontramos algunos pedazos del cuerpo pero las otras estaban bien. Con mi papa quedamos que había sido un puma. Mi mama nunca nos creyó pero no dijo nada para no asustar a mis hermanos.

Se que muchos tendrán sus opiniones a cerca de la leyenda del Lobizón o Hombre Lobo. Pero si solamente fuera una leyenda no estaría presente en todas las culturas del mundo. Se ha dicho que este es el más universal de todos los mitos, y aún hoy, mucha gente cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de "hombres bestia". Yo tuve la desagradable experiencia de encontrarme con uno cara a cara y tuve mucha suerte, espero que si te lo encontras en algún lado vos también la tengas.



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