7 Relatos de horror

5 ~ Maldita rutina

Llegue a casa y estacione el auto como todos los días. Fue una jornada muy ajetreada en el trabajo y para redondear, una maldita manifestación de vecinos me hizo llegar una hora tarde a casa. Me duele la cabeza y un poco las manos, pero este es el final de todo, por lo menos, por hoy.

-Hola amor! - dije cuando entré

-Hola amor al fin llegaste,- respondiste. Note un tono en tu vos qué enseguida me hizo saber que algo pasaba pero decidí que me lo dijeras tu misma.

-Hoy sí que estoy cansado, fue un día muy duro en el trabajo, y como para empeorar las cosas, una manifestación de vecinos retrasando el tráfico. Por qué se queja esta gente ahora?-pregunte

-Parece que encontraron los cuerpos de una familia entera dentro de su propia casa. Sucedió hace horas, y la gente se organizó para manifestarse.- me respondiste

-Por dios, que terrible y acá tan cerca de nosotros...- dije

-Si, es terrible Iván, estoy muy asustada porque el psicópata que asesinó a esa familia se escapó, tengo miedo -dijiste visiblemente asustada

-No ya esta... estoy en casa-

-Por favor, es terrible pensar el miedo que tuvieron esas personas. Eran los Halminton, no lo puedo creer tan buena gente.-

-Lo se amor, es mejor no pensar en eso ahora... Porque no vas a la cama y tratamos de descansar... yo voy después de ducharme y cerrar toda la casa.- te dije después de darte un beso en la frente.

-Esta bien, pero apurate que de verdad esto me tiene muy nerviosa. Tengo miedo por nuestro hijo. El enfermo que le hizo eso a los Hamilton es un muy peligroso. Los cuerpos fueron destrozados y...

-Ya está ya está,- te interrumpí- no quiero más detalles amor. Anda a buscar a Emiliano a su cuarto y llévalo a nuestra cama, que hoy duerma con nosotros.

-Si si, esta bien, apurate por favor- dijiste

Después de que te fuiste me quedé solo a cerrar la casa y la oscuridad trajo todo a mi mente, la gente protestando con lágrimas en los ojos, el cordón policial en la casa de los Hamilton, los cuerpos de los dos niños en el piso del living. Recordé la sangre,mucha sangre, que parecía brotar de mi cuchillo como por arte de magia al cortar y desgarrar la carne. Recordé el alivio al ver la escena fresca, tal y como mira un hombre a su trabajo bien hecho. También vino a mi mente la adrenalina que me inundó el corazón al escapar de los insoportables vecinos. Afortunadamente mi auto estaba a unas cuantas cuadras y una vez dentro de él nadie se dio cuenta.

Aún sonaban en mi cerebro los gritos de ayuda de esas personas, no podía engañarme a mí mismo, me gustaban y mucho. Sentí que sasiaron algún tipo de hueco dentro de mi. Fue la única vez en mi vida que logré olvidarme de la maldita rutina y este asfixiante sistema. Ahora en mi casa sentía esa sed nuevamente, ese ahogo mental que me llevó a descuartizar brutalmente a una familia entera. Afortunadamente, mi cuchillo sigue en el auto.