Capítulo 2: Sobre el tipo indiscreto

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—Y él estaba ahí, mirándome —le decía a Andreas. —Me daba un poco de miedo, Andy, tenías que verlo.

Bebí un poco de energizante luego de eso, la sonrisa había sido dejada atrás después del sorbo. Andy era la única persona con la que no había podido acostarme, y no me arrepentía de eso, me sentía completamente feliz de que por fin podía tener un amigo, sin dobles intenciones. Pensaba que la edad tenía que ver con la atracción, nos llevábamos por meses, así que debía ser por eso que no me llamaba la atención como los hombres adultos solían hacerlo.

—Tal vez le pareciste sexy, Billa —se cruzó de brazos, estaba parado en el umbral del living comedor, reposado cómodamente y mirándome con esa expresión pícara. —Tú miradita deja mucho qué desear.

—Ay, cállate. —mascullé y me fastidié por eso, aunque en el fondo sabía que se estaba burlando de mí. —De seguro pensaba que era algún pariente o algo así.

—Hm, no lo sé, eh. —me decía vacilando. Enfoqué la vista en él y deshizo la unión de sus brazos —Yo digo, siempre que alguien te echa una mirada de esas, terminas enrollándote, ¿O ya te olvidas de cómo conociste a Alex?

Tenía razón. Bueno, con Alex las cosas habían sido distintas, él no me miraba como si quisiera morderme y ver sangre, más se asemejaba a un lindo corcel que quería que lo acariciaran. Había surgido el interés cuando acompañé a Andreas a una inauguración de tienda de uno de sus amigos, resultaba que ese amigo era el socio de Alex. Al principio parecía ser tímido, la sonrisa que siempre me lanzaba era para derretirse en el momento, y en verdad supo remarla bien, porque en ese entonces él estaba en una crisis con su mujer; me enteré de eso después. Pero no se había notado y disfruté muchísimo de su compañía, su carisma era demasiado para mí, era una persona realmente buena y atenta, creía que eso era lo que me había motivado a seguirle la corriente.

—Pero eso fue otra cosa, él no quería tirarse encima a la primera. —me defendí.

—Ah, pero bien que lo habías disfrutado luego —quería ganarme y los argumentos los tenía. Exhalé el aire malhumorado, Andy era el único que podía ponerme los pelos de punta, pero hablando en el buen sentido, siempre me hacía abrir los ojos y decía las cosas tal como eran, eso se lo agradecía a menudo: el tener un amigo honesto. Para mí era un descubrimiento, pero suponía que todos tenían ese tipo de amigo.

— ¡Agh, pero no se puede hablar nada normal contigo! —me levanté del sofá para dos que teníamos en nuestro pequeño living-comedor. —Mejor me voy, porque para andar aguantando esto...

— ¿En serio? —se parecía a uno de esos cachorritos asombrados por ver una pelotita de tenis, que iba de un lado a otro. — ¿Vas a dejar el departamento para mí esta noche?

Yo asentí con la cabeza, caminé por su lado para ir a mi habitación y tomar las pertenencias, pero no pude concluirlo porque me abrazó por el cuello y me llevó a él, me asusté un poco y posé ambas manos sobre sus brazos. Mi cabeza golpeó su pecho y se mecía de un lado a otro todo contento. Andreas era demasiado demostrativo, y yo demasiado tierno para el mundo, o al menos él siempre me decía eso. No estaba en mis planes ser el creído, pero me agradaba tener una sonrisa que facilitara y diera fuerzas a las personas para continuar.

—Eres el amigo más lindo que puedo tener —decía con una voz chillona que era realmente fastidiosa, fruncí el ceño y me rendí en el intento por zafarme. —Esta noche viene alguien y necesito privacidad.

—Ay, ya no me cuentes más detalles. —me quedé quieto, mi cara inexpresiva de seguro era genial, me hubiera encantado verla en el espejo. —Seguro es Leyla, o Jonathan. ¿Por qué no te decides de una vez?

Wünschen Trilogía [Twc No Relacionado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora