Capítulo 50

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POV SALLY
Como cancelaron el entrenamiento me disponía a irme a casa, últimamente me siento algo incómoda ya que me da la impresión de tener a alguien siguiéndome siempre,  no les he dicho a nadie, no los quiero preocupar por presentimientos que pueden no ser ciertos.
-Sally- me llamo Hayato -mis hermanos quieren ir al zoologico...-
-Esta bien, diviertanse mucho- sonrei sinceramente y segui mi camino.
-No Sally, quieren que vallas con nosotros- sonrio de vuelta.
-¿En serio?- el asintio -¿Crees que les caiga bien? No quiero que me odien- dije con un tono triste al recordar que antes del torneo no lograba relacionarme muy bien con las personas a causa de mi pasado.
-Te amaran.... Solo espero no ponerme celoso con ellos- bromeo.
Nos encontramos con sus hermanos en una estación del tren, todo era risas y bromas.
Una vez en el zoologico observamos a todos los animales, los hermanitos de Matatagi se emocionaban mucho, en especial el pequeño.
Despues de recorrer todo el zoologico fuimos a comer, para ese momento ya estaba un poco oscuro, el problema era que vivíamos en extremos muy alejados uno del otro.
-Sera mejor irnos...- aconseje.
-Un rato mas...- suplico como un pequeño el hermano mas pequeño.
-Ya vendremos después, ¿Esta bien?- dijo en tono amable Hayato.
-Pero pronto habrá fuegos artificiales...- chillo el otro hermano.
-Debemos ir a dejar a Sally a su casa, vive un poco lejos de aquí...- dijo Matatagi.
-Hayato kun...- lo llame -Yo puedo rime sola a casa, quedense un  rato mas...- Sonreí a los tres chicos, Matatagi no se veía muy convencido -Estaré bien, confía en mi- el solo lanzo un suspiro y asintió resignado, los dos pequeños comenzaron a saltar de alegría.
-Gracias Sally onichan- agradecieron, me sorprendió un poco como me llamaron pero me gusto, el mas pequeño me hizo la seña de que me agachara a su altura, no entendía porque pero me puse en cuclillas y el pequeño me dio un beso en la mejilla, salio corriendo con su hermano a los columpios que estaban en aquel parque.
-Borra esa sonrisa Sally...- dijo enojado Matatagi, no me di cuenta de que sonreía, pero me pareció gracioso el tono que tomo, me levante y lo abrace de la cintura, aunque el se rehusaba al principio.
-No te pongas celoso Hayato...- el me rodeo la cintura aunque no me veía a los ojos.
-No estoy celoso...- le di un beso en su mejilla y me aleje de el con una sonrisa en mi rostro.
-Nos vemos....- y me fui corriendo. Quería darle un beso en los labios pero al final me arrepentí. Llegue corriendo al tren y no me aleje de la puerta hasta llegar a la estación donde me tenia que bajar.
Comencé a caminar hacia el supermercado para comprar la cena. Normalmente era yo la que la preparaba, no se que cocinar, pero una vez ahí me decidire. Debo darme prisa ya que pronto estará oscuro.
Al entrar a la tienda agarre un carrito y me dirigi al area de carnes, quiza hoy haga pollo asado.
De nuevo senti un escalofrio y como alguien me observaba, mire en varias diecciones pero no vi nada fuera de lo normal. Sin embargo no me iba a arriersgar, deje el carrito donde estaba y sali del supermeracado a apaso apresurado.
Ya estaba todo oscuro.
Me dirigi a toda prisa a los departamentos. Abri la puerta del edificio a toda prisa y me introduje en el ascensor, oprimi el boton para ir al tercer piso mientras las puertas se cerraban frente a mi. El elevador comenzo a subir. Mi respiracion era un poco agitada pero me recuperaba facilmente, hasta que el ascensor se detuvo. Presione el boton de ayuda pero tardarian en llegar a ayudarme. Me recargue en la pared del ascensor y recorde que traia conmigo mi movil, con algo de suerte alguna de las chicas estaria ya en casa. Antes de marcar algún número me llegó un mensaje de texto de un numero desconocido al abrirlo me petrifique de miedo. El mensaje ponia:

Hola querida Sally

¿Me extrañaste?
Puede que no me recuerdes... Te daré una pista... Hoy terminaré lo que empecé hace años, hoy te reunirás con tus amados padres...

Me encontró.
El elevador comenzó a subir de nuevo.
Al abrirse las puertas sali corriendo hacia el departamento.
No había nadie y no sabía que hacer. Comencé a caminar nerviosamente en la sala hasta que decidí que lo mejor era llamar a la policía. Descolgue el auricular. Muerto. Ese maldito había cortado los cables.
Escuche que se abría la puerta y con mucha precaución me dirigí a la salida encontrando a Claire en el suelo. Estaba inconsciente aunque no parecía tener ninguna herida. Me levanté para jalar a la pelinegra a la sala, pero al girarme me topé con un hombre de unos cuarenta años, su cabello aunque escaso tenía algunas canas, tenía muy marcadas sus arrugas de expresión. Sus ojos eran rojos carmín que demostraban un gran odio. Tenía una sonrisa ladina que me provocaba inseguridad. Era él.

La Idol (Inazuma Eleven Go Galaxy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora