Hospital Mental (Editando)

"Hogar dulce hogar"

Al caminar por la calle un letrero de "se vende" llama mi atención, pero borro la idea en cuanto recuerdo que aun soy menor y que no me venderían nada, pero igual, si aun sigue en venta significa que no hay nadie ¿o si?...

Miro a ambos lados de la calle, no hay nadie, cruzo en dirección a la casa, rodeo la casa hacia el jardín trasero, miro a través de la ventana, la casa esta completamente vacía, da igual, corro hasta la barda, busco una piedra más o menos grande, encuentro una, la levanto y le sacudo la tierra, miro hacia la ventana, me encamino a ella, guardo distancias, lanzo la piedra y me agacho con mis manos sobre mi cabeza, escucho el estallido del vidrio, me incorporo y paso mi pierna derecha por la ventana, cuidando de don cortarme con los vidrios termino dentro de la casa, mi cerebro me dice que es estúpido quedarme en esta habitación, salgo de ella y entro a la de al lado, es más pequeña y el baño esta al lado, bueno, la otra también tenia baño, meto la mochila al baño, y abro la ventana de esta habitación, saco la tarjeta de crédito que le quite a Rachel y salgo de la casa, salgo a la calle y me paro en la primer tienda grande, agarro una bolsa para dormir y compro un emparedado, regreso a la casa, pero todo se ha jodido, ya no hay letrero de venta y un camión esta bajando los muebles.

-¡Diablos!-. Digo corriendo hasta el jardín trasero...

Escucho a una pareja reír, entro por la ventana que aun sigue abierta y corro hasta el baño, me congelo al ver que Richard esta alzando mi mochila en el aire...

- ¿En serio?-. Pregunta.

- ¿Ahora me sigues?-. Pregunto.

- Creo haber olvidado que me quedaba unos meses, mis padres están en un viaje de negocios-. Menciona el chico.

- Solo dámela-. Digo estirando el brazo.

Richard aleja la mochila.

- Richard, dámela-. Le grito.

Voces interrumpen en la habitación de al lado, Richard hace un gesto de "cállate" sale del cuarto de baño y cierra la puerta tras el, siento la sangre hirviendo, no hay ninguna ventana, y Richard esta después de esa puerta...

Me llevo las manos a la cabeza con desesperación, me acerco a la puerta y comienzo a escuchar la conversación.

- Definitivamente quiero esta habitación-. Dice el chico.

- ¡Si! La casa es muy linda, solo necesitamos reemplazar el vidrio roto de al otro lado, pero todo lo demás esta bien-. Señala la madre.

- ¿Nos quedaremos?-. Dice el chico.

- Mientras los negocios acaben-. Dice la madre.

- De acuerdo...

Mas voces irrumpen en la habitación, esta vez son los hombres que traen las cajas con los objetos de Richard.

- En seguida traemos los muebles-. Dice uno de ellos.

- Seguro-. Dice la madre.

Más ruido durante medirá hora, tal vez la hora completa.

- Te dejaremos desempacar-. Dice la madre.

- Si, gracias-. Dice Richard.

Escucho pasos alejándose y un segundo después escucho la puerta cerrarse...

Richard abre la puerta cosa que hace que me aleje...

-¿Ahora espías?-. Dice alzando la ceja.

- Olvídalo, ya me voy-. Digo llevándome la mochila al hombro.

-¿Que?-. Dice el chico.

- Lo que has oído-. Le aclaro.

- ¿Como saldrás?-. Pregunta con inquietud.

- De la misma manera que entre-. Le digo.

- Suerte con ello-. Dice Richard.

- ¿A que te refieres?-. Le pregunto.

-Para aclarar, baja la voz, que te van a escuchar, mi padre estará desempacando las cosas de la sala y la cocina.

- No voy a salir por la puerta-. Le digo.

- Ese es el caso, mi mamá estará reparando el jardín y limpiando la piscina-. Dice el chico.

- ¿Sabias que de pronto te odio?-. Le digo con una sonrisa.

- Vamos, no muerdo-. Dice dirigiéndose a la casa.- Puedes quedarte todo lo que quieras.

- Te agradecería que me ayudaras a salir-. Le respondo.

- Te agradecería que devolvieras la tarjeta-. Dice volteándose hacia mi.

- No se a que te refieres-. Le digo.

- Que estúpido no soy, fuiste la única que entro a nuestra habitación-. Responde.

- Sigo sin saber a que te refieres-. Le respondo.

El chico asiente y se dirige a mi, me arrebata a la mochila y saca la tarjeta de las bolsas de al lado.

- A esto me refiero-. Dice alzando la tarjeta.

Me avergüenzo y bajo la cabeza.

- Pero no te preocupes, lo comprendo-. Dice.- No tienes a nadie, no puedes arreglártelas con un empleo por que te encontraran.

Doy un suspiro.

Richard sale por la puerta.

- Papá encontré tu tarjeta entre mis cosas-. Le escucho decir a Richard.

- Gracias, ya decía yo que debía estar en alguna parte-. Responde el padre.

Ambos ríen, escucho los pasos de Richard acercarse.

Pero su padre el pide ayuda.

Me llevo mi mochila al hombro, abro la ventana y saco una pierna, Richard me interrumpe.

- Adiós, gracias por todo-. Le digo.

- De nada...

Ambos reaccionamos al escuchar la voz de su madre viniendo de la puerta, veo a Richard correr hacia mi y tirando de mi, ambos caemos al piso...

Richard se asoma por la ventana.

- No pasa nada mamá, estoy desempacando-. Dice.

Richard cierra la ventana, y saca unas cortinas de la caja, las desdobla y me ayuda a ponerme de pie.

Me lleva hasta el baño, regresa a la habitación y me da mi mochila.

- Espérame aquí-. Dice alejándose y cerrando la puerta.

Le escucho abrir la puerta y alejarse.

- Papá ¿me ayudas a poner el soporte para las cortinas?-. Dice.

- Seguro.

Escucho el martillo golpear la pared.

- Gracias-. Dice Richard.

Escucho la puerta cerrarse, y Richard abre la puerta, se hace a un lado para que pase, salgo del baño.

Richard se acerca a la cama toma las cortinas y las acomoda en el soporte.

Se sienta sobre la cama y me hace un gesto para que me acerque, dejo la mochila en el piso y me siento a su lado...

- ¿Ahora me contaras lo que ocurrió?-. Pregunta.

- Richard, no bromeaba cuando te dije que no recordaba nada-. Le digo.- Lo único que recuerdo es haberme despertado, policías tomándome de los brazos y a mi encerrada en un estúpido centro mental.

- Lo siento-. Dice comprensivo.

- Si, yo también-. Le respondo.

- ¿Crees haberlo hecho?-. Pregunta.

Me tomo un momento para respirar...

Un segundo después, asiento lentamente...

- Pero no se por qué...