006: Operación Harlow.

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De no haber sido su idea, hubiese matado a su hermana, enserio. Mackenzie se tomaba los cambios de imágenes tan enserio como cualquier Bithaen lo haría, y eso asustaba a Harlow, porque 1) no necesitaba un cambio de imagen y 2) tampoco estaba segura de que necesitase todo aquel nuevo guardarropa solo para ir a un baile. En pocas palabras, Mackenzie la había hecho comprar no solo un nuevo guardarropa, sino también la nueva colección de Victoria Secret que estaba segura que le serviría hasta que cumpliese 30.

— Mickey... — Jadeó Harlow cuando pensó que ya era suficiente, sus brazos dolían — Dijiste que esto sería rápido.

— ¿Uhm? — Preguntó la pelirroja, apartándose varios mechones de su cabello fuera de su rostro — ¿Lo he dicho? Oh vaya, pequeño error, no importa, te verás divina esta noche.

No sabía que era peor, que dijera que se le había olvidado o que se viese divina. Frunció el ceño sin más

— ¿Por qué tengo que verme divina?

— Bueno, duh, porque eres una Malone.

— Ajá... ¿y eso es una razón porque...?

— Porque eres mi hermana, ahora cállate, aun falta algo que hacer con tu cabello.

Antes de que pudiese fijarse, llevaba su cabello ondulado de formas poco naturales por culpa de una pelirroja llamada Mackenzie. No sabía en qué había estado pensando Katherine Malone cuando crío a Mackenzie, pero la había hecho una nazi adicta a las compras, y además, una real perra, porque eso era, prefería tener que lidiar 30 veces con Sharon, porque sabía que con un par de insultos, ella se relajaría, o simplemente se largaría pitando, Mickey, por otro lado, era tan tenaz y terca que daba miedo.

{...}

— Solo un poco más de maquillaje y estarás lista. — Dijo Mickey. Se había hecho cargo de que toda aquella habitación pareciera salida de alguna de esas cosas salidas de televisión, porque sobre la peinadora había todo tipo de bases, sombras, rubores, brochas, brillos, pinturas, labiales, delineadores, y algunas cosas que su hermana había catalogado como exfoliantes. Sí, aquello daba miedo, ella ni siquiera sabía que se suponía que tenía que usar, y aun así, tampoco estaba segura de querer saberlo. Cuando una Bithaen tenía una misión, nadie la disuadía de ello, y menos si su apellido era Malone.

— Deja de moverte, caray — Pidió Mickey, entonces acabó por aplicar un poco de rubor – porque era rubor ¿verdad? – sobre las mejillas de Harlow y le entregó el brillo labial — Ten, esto te lo dejo a ti, aun así, tendrás que usar un vestido blanco porque yo lo digo, es mi fuerte, créeme, así que ni se te ocurra cambiarte o te voy a golpear — Indicó la pelirroja.

Para la sorpresa de Harlow, su reflejo se veía bastante bien. Tacones plateados adornaban sus pies mientras que sus uñas eran de un rojo oscuro al igual que sus manos y sus labios. Su cabello estaba rizado, cayendo en cascada hasta sus hombros, entonces estaba ese infame vestido. Mackenzie le había hecho utilizar un vestido de color blanco transparente. La tela transparente caía por encima de la blanca llegando hasta el suelo y un poco más allá. Apretó los labios y su reflejo hizo lo mismo, entonces se apartó todo el cabello de la cara y empezó a caminar escaleras abajo.

— Mierda, me voy a meter en una pelea esta noche — Murmuró Chuck observando a su hermana, luego abrió sus brazos y le abrazó — No te alejes de mí, Low — Pidió, como si eso fuese lo más importante.

— Ugh, ¿podemos irnos ya?

— Si ya vamos — Insistió Travis, pasando la mano por la cadera de Sharon.

— Bien ¿en dónde es? — Preguntó Harlow.

— Londres — Respondió Mackenzie.

— ¿Qué? ¿Y por qué vinimos hasta Edimburgo entonces?

— Pues para llegar juntos ¿no es obvio?

Harlow decidió que quizás era mejor quedarse callada y no decir nada más, porque las probabilidades de que ganase aquella discusión eran nulas.

{...}

Poco habían tardado en llegar a Londres, por no decir nada. George había tenido un avión esperándoles afuera de Edimburgo para el momento que llegaron y aun así, ella estaba tan nerviosa que parecía que iba a conocer al presidente del Reino Unido.

— Harlow... calma — Dijo Mackenzie, abrazándola — No es tan malo.

— Habla por ti, a mí me están matando estos tacones y no puedo creer que mi vestido sea, por lo menos tres tonos de piel más claro que yo, además siento que si camino demasiado se me verán las bragas.

— ¿Llevas bragas?

— Por supuesto ¿Tú no?

Una simple sonrisa fue la respuesta de ella, por lo que Harlow se estremeció.

— Increíble.

— La verdad — Empezó Mackenzie — No sé por qué te sorprendes, quiero decir, no es como si fuese la primera vez que lo hago — Murmuró, mirándose las uñas — Igual ya llegamos, vamos.

— Bien, como sea. — Respondió — ¿Cuánto tiempo estaremos aquí? Necesito llegar a Norwich de nuevo antes de mañana a las 7.

— Hasta las 12 ¿Qué harás en la universidad?

— Tengo tutorías que hacer — Murmuró.

— ¡No me jodas, Hache! ¿Quién es el pobre bastardo?

— La verdad, Mickey, esperaba que fueses más delicada, considerando que eres una Bithaen y todo el asunto, pero... ¿qué diablos es eso?

— ¿Qué? — Preguntó Mackenzie, mirando hacía el techo — Bueno... mierda. — Fue lo último que dijo antes de que la pancarta cayese frente a ellas. Era una foto, como... una gran foto de todos ellos juntos sentados en la sala discutiendo mientras Charlotte se escondía. — Deberíamos irnos.

— No tienes que decírmelo 3 veces — Replicó Harlow de inmediato — Corre, quiero llegar a Norwich ahora y tengo el coche afuera.

— Vamos entonces — Dijo Mackenzie, caminando hasta el Audi de Harlow.

{...}

— Entonces... — Dijo la pelirroja cuando Harlow tomó la avenida principal de Norwich — No terminaste de decirme quien era tu victima en las tutorías.

— Se llama Zephyr Woods, tiene 22, transferido de Cambridge, creo y... antes de que lo preguntes, no, no entrará a Besten, hizo la audición para Rebeal y sí, yo soy su tutora, de esa tutoría hablaba — Dijo la morena, esperando que eso fuese suficiente.

— Bueno, rayos — Soltó Mickey — Espero que sepas que si no te lo follas tú, lo haré yo — Y allí estaba, la Mackenzie que ella tanto quería.

— No.

— Pero...

— Dije que no.

— Vale, vale, relájate.

Detuvo el coche en la grava del campus y suspiro, justo cuando los ojos de Mackenzie se abrieron como platos en dirección a la penumbra

— Luce como si tuviese una misión.

— ¿Quién? — Preguntó Harlow, entonces giró sobre sus talones y miró a Kiefer detenerse nada más para observar como estaba vestida — Mierda...

— No podría decirlo mejor si yo quisiera.

Ella estaba metida en un buen lío, y ni siquiera sabía porque.

N



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⏰ Última actualización: Jan 08, 2016 ⏰

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