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Caminé un trayecto demasiado corto a mi parecer, pero claramente no era así. No sabía donde me había metido, y mucho menos en donde se ubicaba, la "casa" del Nico venía de un barrio que nunca en sus 24 años había visitado, y si, era realmente extraño. Se detuvo en seco cuando sintió una vibración en su bolsillo.

Me estai' webeando... No, no de nuevo...

Vió la pantalla de su celular, solo para rechazar esa llamada. Pero después de un segundo, volvieron a llamar. Vacilante y con evidente temor, se atrevió a contestar a aquella criatura que juró por sobre todas las cosas olvidar.

-¿Qué wea queri'?

-Mh... así que esta es la manera de tratar a las personas...

-Estoy ocupado ahora, deja de llamarme. He cambiado de número cinco veces este mes, para con tu wea, ¿Me oíste?

Una risita le respondió.

-Ay... La verdad me sorprendió el que me contestaras. ¿Por qué no aceptas de una vez una cita conmigo? Créeme, muchos quisieran estar en tu lugar.

-...

-¿Edgar?

-...

No pudo soportar más aquel humillante hecho, apagó su teléfono, no estaba de humor para sus caprichos. Mientras continuaba su camino, una lujosa limusina se detuvo justo frente a él. Mantuvo una sonrisa incrédula ante tal acto infantil por parte de ese mocoso...

-Sabía que eso pasaría, así que tendré que hacerlo por las malas, Edgar.

Ese pequeño mocoso rubio, como lo odiaba. Y esa estúpida sonrisa... Ugh.

-Mira, mocoso engreído. Si continuas acosándome así, tendré que ir a tribunales.

Sonrió triunfante antes de quitarse las gafas.

-¿Y a quien crees que le creerán? ¿A un pobre tonto como tu o al hijo del presidente?

-¿Tengo cara de que me importa que seas hijo del presidente? Ya... ¿Sabes? No tengo tiempo para esto, es mas tarde que la chucha, tengo sueño y hambre y debo cuidar a mi gata, chao.

Su expresion parecía una pintura renacentista... Digna de ser pintada, pero que me importaba siquiera eso...

-¡Eh... Oye! ¡Edgar, ven aquí! ¡¿Como te atreves a dejarme hablando solo!? ¡Estupido neardental!

Siguió así unos quince minutos, llegue a mi casa y mi pequeña gatita vino a recibirme. Las mascotas eran lo mejor... Te entregaban el amor suficiente, para que tener una pareja estable, solo eran problemas a la larga... Prefería un lindo gatito, a una... lo que sea.

Fué a comer algo, cuando acabó se lanzo al gran sofá que tenia en el living, y dejó escapar un largo suspiro. Varias cosas habían pasado ese día, sin contar la desagradable presencia de aquel mocoso en su vida, no fue tan mal... Se pasó las manos por el rostro, por supuesto que estuvo mal... Y venia mucho peor. ¿Por que siquiera se le paso por la mente trabajar en un prostíbulo? Claro... Su corazón de abuelita y el querer proteger al Nico... Es que lo veía ahí, todos los días en la u, pequeño e indefenso. Que mas sera en aquel terrorífico lugar... Pero como hombre que era, podía con esto, ya le dio su palabra al Nico, debía protegerlo de ahora en adelante.

Miro a su alrededor, guardando en su memoria estas tardes en las que flojeaba... Miro a su gata quien dormía plácidamente, sin ningún pensamiento que le comiera la consciencia. Cuanta envidia te tengo, Juancha querida. Seria un cambio drástico, casi absoluto...

Pero, no iba a negar que necesitaba esto, un cambio de rutina y emoción en su vida. Con un ligero sonrojo, y una leve sonrisa, se puso un cojín en su rostro con el fin de dormir, pero nuevamente apareció aquel mocoso rubio en su cabeza.

Lo que me faltaba...

Era tan... Psicópata. Todo comenzo cuando el tuvo un pequeño trabajo en un restaurant como garzón, le llevó su pedido y no dejaba de pedirle comida, podría asegurar que gastó fácilmente un millón de pesos en solo comida, ¡que ni siquiera comía! Dando como excusa que era para su familia que venia de alemania y toda Europa. El mocoso no aceptaba que otro garzón le llevara su pedido, solo yo, el jefe estaba muy contento y me dijo que hiciera todo lo que el pidiese, ya que era alguien muy prestigioso, no quise escuchar más... Me desagradaba todo eso...

Prestigio, fama, alta alcurnia. No era lo mio en absoluto, ya estábamos a punto de cerrar el restaurant, y el mocoso había perdido su teléfono entre tanta bolsa me pidió que usara específicamente mi teléfono y llamara al suyo, inocentemente lo hice... y ahí comenzó mi calvario.
ese mocoso no paraba de llamarme.

No era la gran cosa... Solo alguien súper cuico, con una súper y asquerosa personalidad y que derrochaba grandes cantidades de asqueroso dinero a su antojo.

Fisicamente, rubio, ojos azules, nada impresionante... aunque, era bastante bajito... eso también me molestaba, su pequeño tamaño hacia que creyera que era un niño, pero al parecer tenia un año menos que yo. Solo eso hacia detenerme para no darle un buen golpe y sacarle alguno de sus caros dientes blancos. Ni su estúpido nombre se molestó saber...

Sacudió su cabeza para despejar a tan irritante mocoso que al parecer no tenia ningún atisbo de querer salir de su vida, suspiró lentamente antes de quedarse incómodamente dormido en ese sillón tan pequeño para su estatura.

Cuando estaba a punto de quedarse completamente dormido, sonó el teléfono fijo.

Por la rechuchesumadre que uno no puedo estar tranquilo weon oh...

-¡¿Que wea!?

-¡Ay Edgar, si soy yo weon! El Nico...

-Ahh, weon... Sorry, es que estaba a punto de quedarme dormido. Ya, que se le ofrece caballero...

-Lamento decirte esta wea... Pero desde el Lunes empiezas...

Lunes... ¿Y que día es hoy?

-Es domingo, así que...

CONCHATUMARE

-¡PERO POR QUE TAN PRONTO!

Nicolás solamente dejo que su compañero se desahogara...










...

Se que quieren matarme y que han pasado 84 años desde la ultima actualización... Y ahora es cuando dicen "¡¿Y esta wea escribiste no mas, conchetumare!?" lamento decirles que si... ಥ_ pero quiero continuarlo, estaba estancada en esta parte xD ahora viene lo rikin, comprendan a esta muchacha de IV medio que va a preu y weas por la psu por fi :'v Las amo zi<3

¿Profesor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora