El comienzo
Con una escueta sonrisa, agradezco a la azafata su ayuda para salir del embrollo que hay en la puerta del avión, un estrecho espacio del que todos parecemos querer huir.
Por fin estoy en Málaga, en su aeropuerto. Me sorprende el bochorno que ya hace en la ciudad siendo tan temprano, aunque el día no pinta nada mal, excepto por lo que yo tengo que hacer y el lugar al que tengo que ir.
Son las ocho de la mañana y antes de nada, saco el teléfono y les mando un breve mensaje a mis padres.
Ya casi he llegado a mi destino, donde pasaré los tres meses de verano... Suspiro resignada. En menos de una hora me hallaré en la famosa casa de la familia Campbell, en mi nuevo trabajo, uno que ya aborrezco sin siquiera haber empezado.
Mensaje de Gisele a Isabel. A las 8.00:
Ya estoy aquí. Fatigada y cansada. He tomado la pastilla. Con ánimos... ya me entiendes. Te quiero.
Los cambios no son lo mío. Dejar Lugo, mi casa, mi familia y mi tranquilidad hace que el corazón me dé un vuelco, más aún al pensar en por qué voy a pasar el verano en casa de esa gente adinerada. En mis oídos resuena la palabra «enchufada», algo que no acostumbro a ser en los trabajos... Mi amiga Noa es la encargada de atender la casa de verano de la familia, su ama de llaves por así decirlo, y, al verme desesperada por no encontrar empleo, un empleo que necesito para seguir estudiando y hacer un máster, les habló de mí a los señores Campbell.
Noa es una gran, aunque exigente, amiga. La conocí hace siete años en una de mis estancias en la ciudad, cuando vine a visitar a mi hermano Scott, que se instaló aquí buscando cambios en su vida. Gracias a él he podido hacer nuevos amigos y pasar algunas temporadas en Málaga. Por desgracia, nunca en verano.
Los Campbell llevan ya cinco años viviendo en esta ciudad y parece que tienen intenciones de seguir haciéndolo. Los ayuda a desconectar de la vida tan ajetreada que tienen en Nueva York e incluso se plantean mudarse definitivamente, ya que, por lo visto, sus negocios aquí marchan bastante bien... O eso creo, porque nunca hemos coincidido y no me había interesado por ellos hasta hace cuatro días, cuando accedí a ser la chica de servicio.
Noa necesitaba nuevas empleadas para la casa y yo, tras terminar la carrera de periodismo y buscar infructuosamente trabajo de mi profesión, me vi forzada a aceptar su ofrecimiento... Aunque acatar órdenes no es lo mío, intentaré aprender a someterme ante personas que no acaban de ser de mi agrado.
Cargo mi escaso equipaje y me detengo en la cafetería del propio aeropuerto, desde donde llamo a Noa, mientras me dispongo a recuperar fuerzas.
—¿Gis? —pregunta ella, preocupada.
—La misma, para servirte — me burlo, sabiendo cuánto lo odia —. Ya he llegado. Voy a tomarme un buen refuerzo en el Café & Té, que el vuelo me ha dejado atontada, y luego voy para allá. Sólo llamaba para avisarte y que estuvieras tranquila.
—Aquí ya está todo en marcha, no tardes y me hagas quedar mal el primer día, ¿entendido?
—¿Puedo desayunar por lo menos sin atragantarme? Estoy deshidratada. —Sonrío y me dispongo a picarla—: ¡Menuda me espera...! Todavía no he llegado y ya me estás metiendo prisa.
—Gis, no empieces con las quejas, éste no es cualquier trabajo —me reprende seria—. Sobre todo el tuyo, que serás la que sirva a la familia. Además, sólo serán tres meses y luego tendrás dinero suficiente para poder seguir con tus estudios sin preocupaciones; la cantidad que ganarás es muy buena.
CZYTASZ
La Chica De Servicio❤
RandomAdaptación La Chica De Servicio°~ Escritora: Patricia Geller Cuando la joven Gisele Stone entra a trabajar en casa de los Campbell como chica de servicio, jamás pensó que su vida ya no volvería a ser la misma. Matt, el hijo menor del matrimonio, es...