Capitulo 5-La ciudad ovillo

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Seguimos río abajo y en la noche nos encontramos con una ciudad que me maravilló, ya que todo estaba hecho con ¡lana!.
Le dije al niño que iba a investigar y antes de que respondiera empece a correr y...
–¡¡aaaaaaaa!!
Apareció una persona de la nada con la cual choqué.
–Disculpe.-le dije-
–No importa siempre pasa con los gatos en este lugar.
–¿Qué?-pregunté con intriga por la extrañeza de la respuesta-
No falto respuesta, cuando me levanté y lo vi era una persona hecha de lana. Tenía un hilo colgando al que casi me tiro a el, pero me contuve.
–Hola
–Hola, ¿que hace un gato como tú en un lugar como este y a estas horas de la noche?
–Estoy buscando a mi mamá, la perdí cuando se fue río abajo con mis hermanos.-respondí con tristeza-
–¿Por casualidad no será una gata de color pardo?-me preguntó-
Yo le respondí que sí y el me dijo que fueron caminando en dirección al sur, en dirección de un bosque que era muy lejano, pero seguro para vivir por el resto de los días.
Yo me puse contento, pues había escuchado una historia de mamá sobre un bosque muy lejos al sur y que sólo había que seguir el río por el que se fue.
El señor me dijo que se llamaba Dámaso y que esta era la Ciudad Ovillo. Él nos ofreció quedarnos en su casa con su familia por la noche. Le dije que sí y fui hacia donde el niño y le conté la noticia y me dijo que sería bueno quedarse a dormir en esta ciudad.
Fuimos donde Dámaso y nos llevó a su casa.
Era mediana, pero acogedora. Estaba entera hecha de lana. Él nos presentó a su esposa Leonora, una señora simpática y amable, igual que su esposo.
Fue una buena noche, cenamos junto a la familia y nos dormimos en una cama para visitas, el niño costado y yo en sus piernas.
Llegó la mañana y desperté, era el único despierto de la casa así que decidí investigarla.
Lo primero que se veía al entrar era una sala de estar y una puerta que daba al comedor. También había una escalera al segundo piso en el que están las habitaciones de Dámaso y Leonora.
Luego de investigar la casa fui a despertar al niño, ya que sentí ruido en el segundo piso.
Después que se vistiera el niño, Dámaso y su esposa ya tenían el desayuno así que yo tome leche y el niño comió un pan y jugo.
Nos arreglamos, les dimos las gracias a ellos y nos fuimos río abajo para seguir en busca de mi familia.

Un gato, un niño, una Aventura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora