Mi dolencia y alegría, tú.

¿Cambiar?

Es una noche hermosa para escribir ¿sabes? La luna me mira con ojos apacibles, como si viera un cachorro bajo la lluvia. Su mirada dice "ya es ahora" y me alienta a poner estas palabras, mis manos ceden bajo tanta presión acumulada aunque mis ojos no paran de llorar. Mi boca esboza una sonrisa que no llega hasta mis ojos pero aún así mis manos no paran.
Quisiera poder decirte las cosas de una manera diferente, quisiera no parecer tan infantil pero... Esa soy yo, lastimosamente yo no cambió, tengo una actitud horrible, soy insegura, y me encanta fingir sentimientos. Soy así: mala, desconfiada, sin un ápice de gracia. Tengo miles de defectos que reconozco pero para colmo no quiero cambiarlos. Sueno totalmente cerrada e infantil, lo sé, no necesito tu pensamiento de aborrecimiento.
Ahí se sitúa una de mis preguntas inmaduras: ¿Por que no puedes amarme tal y como soy? ¿Por qué no puedes amarme a pesar de todos mis defectos? ¿Por qué tengo que cambiar? ¿Por qué?, ¿por qué?
Es evidente la respuesta y para no darlo por sobre entendido lo explicó: << ¿Quién quisiera estar con alguien tan atrofiado? La respuesta es: nadie. ¿Por qué tengo que cambiar? La respuesta: Porque te preocupas y eso me haría una mejor persona, supongo. >>
Pero, ¿dónde está lo que siento? ¿Dónde quedó mi parte?
Hay días en que sueño que comprendes tantas preguntas insulsas y respondes sereno. ¡Pero que tontería la mía soñar tanta imposibilidad!
Bien sabemos tú y yo que no tienes respuesta, no tomas la molestia de meditar en lo que pasó con nosotros; no piensas en mi jodido punto de vista.
Seré terca, críticona, puede que me enoje por todo y todos los demás defectos que me veas y me encuentres pero también sé por mi parte que a la persona que "amo" jamás lo intentaría cambiar.

Abur, Eiji.