Capítulo 18.

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Mangel.


La noticia me había caído fatal. ¡Sobretodo saber que mi abuela estaba muriéndose por la estúpida enfermedad! Empecé a llorar de la impotencia nuevamente, eh estado llorando por horas.

Fui al aeropuerto a sacar el primer vuelo. Lo conseguí. Después le avise a Rubius y todo lo seguido.

Cuando me percate ya estaba en la puerta de él. No quería romperme de nuevo. Tome aire y golpee la puerta. Automáticamente salió Rubén, me quedo mirando fijamente y me abrazo lo más fuerte que pudo, sus abrazos me hacían sentir tan bien... como voy a echar de menos a este gilipollas. Me hizo pasar a su departamento. Estábamos sentados frente a frente. Y lo que menos podía desperdiciar ahora era el tiempo.

–Rubiuh... te voy a echar mucho de menos.

–Mahe, por favor... no lo hagas más difícil.-Su mirada reflejaba tristeza.

–Rubén, no quiero desperdiciar el tiempo ¿Sabes?

–Lose Mahe. Joder, todavía no te has ido y ya te estoy extrañando.

–Rubiuh, no será por mucho tiempo.-Le sonreí.

–Perdón Mahe. Soy un gilipollas.-Bajo su rostro levemente.

–Eh ¿Qué dices Rubén?

–Tú te vas por tu familia, y yo aquí haciéndote un drama. Ni que fueras mi novio joder... Perdón, sé que no me estoy comportando como debo. Solo espero que disfrutes con tu abuela, y aunque no la conozco el aprecio que le tienes es enorme, debe ser una persona maravillosa. Quiero que le saludes de mi parte.- Una lagrima recorrió mis mejillas, las palabras de Rubius eran hermosas, el jamás decía cosas lindas y que ahora lo hiciera me provocaba inmensos sentimientos.

–Yo, Rubiuh... hay algo que estuve pensando... ¿Quieres ser el gilipollas que me acompañe toda la vida?

–Mangel, yo...- Él no sabía cómo reaccionar, sus mejillas estallaban, sé que esto va a ser peor, pero quiero asegurarme que el confié plenamente en mí y que sepa que yo soy solo suyo.

–S-Si.-Contestó.

Entonces el que inicio todo esta vez fui yo, me acerque a Rubén lentamente, lo sujete de su rostro y le plante un suave beso, él se quedó inmóvil, empecé a repartir besos por todo su rostro, joder como iba a extrañar hacerle esto. Rubén rodeo mi cuello con sus brazos, y me dio acceso a su cuello. Leves gemidos salían de su boca, su cuello iba quedando marcado a medida que pasaba mis labios. Empezamos a levantarnos del sofá lentamente, los besos nunca faltaban. Nos chocamos con la pared del living y Rubén me acorralo con sus brazos, junto su cuerpo con el mío y metió uno de sus dedos por debajo de mi camisa, automáticamente la piel se me erizo por su contacto. Seguido de esto logro deshacerse de mi camisa, y el arrojo a valla saber dónde. Yo no quería quedarme atrás, por lo cual me deshice de la suya también.

Empezó a darme besos por todo el abdomen, joder. Esta sensación se sentía anormal. Intentaba sacarme el cinto del pantalón. Yo solo me reía por dicha acción. Él era un niño, un niño intentando tener el control, sé que suena gracioso, o al menos para mí. Logro desabrocharme los pantalones, los bajo de un tirón, sé que él estaba desesperado, al igual que yo. Yo solo me quede en bóxer y su mirada cambio, se le podía notar que él estaba más cachondo que nunca. Me miro, sonrió, y de nuevo ataco mis labios, haciendo que mi erección rose con su pantalón lo cual me saco un gran gemido. Empezó a moverse dándome pequeños choques, cada choque se escuchaban gemidos de ambos.

Desabroche su pantalón, dejándolo a él también en bóxer. Nuestras erecciones se juntaron y gemidos más fuertes retumbaron en la sala. Rubius empezó a tocar mi abdomen y al momento de llegar a mi entre pierna formo una sonrisa. Fue bajando lentamente mi bóxer y se agacho hasta quedar a la altura de mi miembro.

JODER NO PUEDE SER. De una metió mi miembro en su boca, joder, que bien que se sentía. Empecé a gemir como una puta, me daba igual. Trate de taparme la boca, pero es que no podía. Con mi mano derecha entrelace mis dedos con el cabello de Rubén, dando asi los movimientos. Esto me hacía tocar el borde del cielo;

–Voy a... voy a...-No podía articular palabras. Rubius me hizo una seña como que había entendido. Y sin más, me corrí en su boca. La imagen que poseían mis ojos, ningún fotógrafo hubiese sido capaz de captar. Mis respiraciones se habían calmado, me estaba volviendo tranquilo.

–Mangel.- Me dijo. Lo mire. Y este se volvió a su altura normal. Y fundí nuestros labios otra vez. Seguimos caminando, no sabíamos hacia dónde íbamos. No sé cómo lo logramos pero llegamos a la habitación, tumbe a Rubius en la cama y este me dijo;

–No creas que esta vez tú vas a ser el de arriba.- Yo solo me reí.

Baje su bóxer y hice lo mismo que el hizo conmigo. Aferro fuertemente sus dedos en mi cabello y la otra mano agarraba las sabanas. Sus gemidos eran como música para mis oídos.

El termino corriéndose en mi boca.

Subí hasta quedar a la altura de sus labios, él seguía inmóvil. Empecé a dar pequeñas mordidas por toda esa zona. Acariciaba sus mejillas, las cuales estaban que explotaban del color rojo. Deslice mis labios por todo su abdomen, logrando de su parte que se retorciera por la cama. Estaba más que claro, yo no sería el de abajo. Entonces lleve dos dedos a su boca y este los chupo. Mientras Rubén gemía por completo, mordí su oreja y le susurre;

– ¿No eras que no serias el de abajo?- este enterró su rostro en mi hombro y me contestó;

–Calla gilipollas.

A lo que le respondí; –Espero que estés listo para cuando regrese.

Ninguno de los dos dijo nada más. Solo nos besábamos. Rubén alzó sus piernas sobre mis hombros, tal y como lo hicimos la primera vez. Y empecé a penetrarlo cada vez más y más fuerte. Joder, esto era el cielo.

Terminamos el acto, y nos dormimos abrazados. Que feo es pensar que no voy a poder tener más noches junto a él. Que feo es que esto termine esta noche. Y despertar a la mañana siguiente, habiendo marchado.

¿Cosas del destino? - Rubelangel.(Pausada temporalmente u.u)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora