capitulo 10

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JULIA:

Me desperté, estaba congelada, tenía que escaparme de aquí, y sabía como, había estado tanto tiempo encerrada en este sótano que me sabía cada rincón; el problema es que necesitaba mis fuerzas, y con los golpes ahora no podía ni levantarme

Al terminar de comer el pan seco que me dieron, me puse manos a la obra; había una rendija en la pared que me podía conducir afuera, el problema es que estaba tapada con la cruz y con lo grande que era me sería muy difícil moverla; me transforme en lobo, Era aulló de dolor al salir, no era muy agradable transformarse con heridas y moretones en todo el cuerpo; empuje con todas mis fuerzas la cruz, pero no se movía; tenía que probar otra cosa, así que empecé a morderla; al terminar se veía el hueco de la pared

Pero empezaron a oírse ruidos bajando al sótano así que me transforme de nuevo en humana y salí por el agujero

Me encontraba en el bosque; Era me pidió salir y se lo concedí, empezó a correr y vi que me llevaba a casa de Sahra; sabía que ya no me seguían, había dejado de oír sus pisadas; me desmayé al llegar a la puerta de la casa

WALTER:

Me había dejado de doler el pecho, entonces lo sentí, Julia estaba cerca, mi instinto me lo decía, llamé a John y se lo dije, al abrir la puerta nos encontramos a Julia tirada en el suelo; respiraba dificultosamente; pero respiraba y eso era buena señal, la cogí como a una princesa y la cargué hasta el salón donde estaban todos, al vernos nos dejaron paso y deje a Julia sobre el sofá

-Tengo que revisarla- dijo Sahra

Le quitó la camiseta y la dio la vuelta, al ver las heridas y la sangre, isac gruño, mis ojos se pusieron de un azul intenso

-Walter tranquilo, saldrá de esta- dijo Sahra- es la primera vez que la veo tan débil, y mirar las marcas de su cuello, está casi quemado

-¿Qué la ha pasado?- pregunto Layla con cara de preocupación, estaba sentada en el suelo y tomaba la mano de su hija en las suyas

-No lo sé, tenemos que esperar a que despierte, para que nos cuente lo ocurrido

Ya empezaba a impacientarme, Julia llevaba como unas tres horas inconsciente; estuve paseando por la habitación hasta que se movió, me acerqué a ella y abrió los ojos y se quedó mirándome

-Eh, hola- le dije suavemente

-Hola, ¿Dónde estoy?

-En casa de Sahra, viniste en forma de lobo y te desmayaste en la puerta

-Es verdad, me acuerdo

-Julia, estas despierta- dijo Layla al entrar

Julia se sentó en el sofá y John le dio un vaso de agua que bebió como si no hubiera un mañana

-Tengo hambre

-He hecho unas pizzas- dijo Sahra

El decir eso a Julia se le iluminaron los ojos, se levantó y se dirigió a la cocina, pasando de todas las personas que estaban ahí, al llegar a la cocina cogió un plato y se puso una pizza entera; me reí

-¿De qué te ríes?

-De ti

Puso mala cara pero me acerque a ella y le puse las manos en las mejillas

-Solo me ha hecho gracia que hayas cogido una pizza entera

-Tengo mucha hambre

-Bueno que tal si nos sentamos en el salón- dijo John

Julia se sentó en el sillón donde había una mesa para poder poner su plato y yo me senté en el suelo al lado de ella; no iba a dejarla sola nunca mas

-Bueno, supongo que queréis saber qué es lo que ha pasado

-Si no quieres no lo cuentes

Me miro y negó, empezó a contar todo, desde que le habían puesto el collar eléctrico hasta que se había desmayado delante de la casa; estaba furioso pero también contento de que ella estuviera a salvo

JULIA:

Les termine de contar lo ocurrido y Walter me abrazó, hundí mi cabeza en su cuello y aspire su aroma, vainilla, lo que más me gusta en el mundo; al separarnos me di cuenta que todos nos estaban mirando de forma extraña así que solo puede echarme para atrás y coger un trozo de pizza y metérmelo en la boca, estaba hambrienta.

Entonces me di cuenta de que había más personas en la habitación; como unos cincuenta más, un hombre de unos treinta años y moreno se acercó a mí y se inclino

-Alteza, nos honra con su presencia, y mataremos a todo aquel que haya osado hacerle daño- se levantó y me miro a los ojos- soy el beta de su padre si algún día necesita ayuda solo piénselo y acudiremos en su ayuda

Asentí con la cabeza, se separó y dejo ver a las demás personas que se inclinaron también, nunca hubiera pensado que vería a tantos lobos negro juntos

-¿Queréis comer?- les ofrecí, ya que estaban todos de pie mirándome

Todos asintieron y se fueron a la cocina y volvieron con un plato de pizza cada uno, se sentaron en los sofás y en el suelo, John se sentó al lado mío y Walter también, parecía que eran mis guardaespaldas; John rió

-Una cosa Julia, ahora todos los de la manada pueden leerte la mente, como tú a ellos, así que ten cuidado con lo que piensas

-¿Cómo que me leen la mente?

-Las familias reales (negros y blancos) pueden leer la mente de todos los lobos, pero tu manada también puede comunicarse contigo y puede leerte el pensamiento si lo expones, así que es mejor que te los guardes; seguro que muchos de ellos serán privados, y los mates también podéis comunicaros entre vosotros

-Sí, y claro que somos tus guardaespaldas, no me separare nunca de ti y no dejare que te vuelvan a hacer daño

Le mire, él también había oído ese pensamiento, "si lo he oído y este también" me dijo Walter mentalmente, "que susto, no lo hagas de nuevo", "ok, ok mi pequeña princesita"; rodé los ojos pequeña princesita pero que cursilada; Walter rio por el cometario

Eran las diez de la noche y Mary preguntó si queríamos ver una película, a lo que todos respondimos que sí, elegimos la de iron man. Al terminar de verla bostecé, estaba agotada con todo lo que había pasado; no había podido dormir

-¿Quieres irte a la cama?- me pregunto Sahra

-Si

Casi todos se habían quedado dormidos y solo quedaban despiertos Walter, sus padres, el beta de John que todavía no sé cómo se llama.

Me subí a la habitación con Walter ya que la otra habitación la ocupaban Layla y John; y bueno el resto de la casa los demás lobos negros; me tumbé en la cama con Walter que me abrazó por detrás, nos quedamos dormidos así; me agradaba



aullidos a la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora