capitulo 9

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JOHN:

Echas las presentaciones y que Brad me dijese que había encontrado a más lobos negros, nos metimos en casa, agarre la mano a Layla y me tranquilice; no podía creer que mi hija estuviera siendo torturada

Empezaron a hacer un plan para sacarla de ahí, pero yo no podía más quería despejarme, así que salí sin que nadie me viese y me fui al bosque; llevaba unos minutos andando cuando lo sentí, el aroma que me volvía loco

Me gire y ahí estaba tan bella como el primer día que la vi; se acercó a mí, parecía enfadada; me pego un golpecito en el brazo

-Cómo puedes desaparecer así, sin avisar

-Estabas preocupada, lo siento- la bese en la mejilla

Me sonrió, y nos sentamos en el suelo, mi espalda apoyada en un árbol y ella al lado mío con la cabeza apoyada en mi hombro

-Ya sabemos cómo vamos a entrar a esa mansión

-¿Y cómo vamos a hacerlo?

-No te enfades, pero he pensado que como ellos no saben que estamos aquí, puede ser un ataque sorpresa, los demás han estado de acuerdo conmigo

-¿Ha sido idea tuya?

Como respuesta agachó la cabeza, y se la levante poniendo mi mano en su barbilla, no me molestaba en absoluto la idea, me encantaba y más si salía de ella

-No te ocultes, me encanta la idea, me ha sorprendido, pero es la mejor opción que tenemos

-Te habías ido y no sabía si te parecería bien, por eso en parte te he venido a buscar

-Lo siento, quería despejarme; y me parece bien

-¿Te acuerdas cuando nos conocimos?- me dijo sonriendo

-Claro, para olvidarlo, llevabas un vestido de flores y una trenza que te llegaba a la cintura

-Sí; bueno Don quería despejarme, hay que levantarse he ir a preparar todo, que aunque sepamos lo que vamos a hacer, no sabemos cómo ejecutarlo

Se levantó y me tendió la mano, se la cogí, empezó a andar pero la sujete y la bese; nos separamos por falta de aire, la amaba y ella a mí, eso me hacía feliz, pero ahora tenía a mi hija con unos buitres y había que salvarla

Fuimos todo el camino cogidos de la mano, al llegar estaban todos en el salón esperándonos

Walter estaba sentado en un sofá con la mano en la cabeza; me acerque a el

-¿Qué te pasa?

-La están torturando, no puedo más, tenemos que salvarla

-Si

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aullidos a la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora