Desperté con mi melena enredada y con mil bolsas de colores en el suelo. Me levanté lentamente para recoger cada una de las envolturas de los regalos de la noche anterior. Ya todos se encontraban en una bolsa cuando mi ventana vibró por un golpe de una pequeña piedrecita. Caminé hasta ella después de un bufido de desesperación y ahí estaba él. Con su pelo negro y largo como dos cortinas, con sus ojos negros y brillantes. Sonrió. No pude contener la felicidad y agité la mano con todas mis fuerzas. De repente, la ventana se abrió despacio y yo comencé a volar. No me asusté pues ya varias veces había hecho eso y solo me deje llevar por las manos invisibles que me cargaban. Sin embargo, todo pasó muy rápido y ya estaba tirada en el techo de mi casa viendo como Sev salía corriendo por la calle al ver como la vecina nos espiaba. Por un momento mi corazón dejó de palpitar pues sabía que esa anciana había visto mucho. Me acurruqué y me acerqué a la ventana silenciosa, como una sombra. Metí primero la pierna derecha, luego la izquierda y finalmente el torso. Cerré la ventana y corrí las cortinas para que otra vez estuviera en la tranquilidad de la penumbra. Entré en mi cama y dormí plácidamente porque sabía que Sev era otra vez mi amigo.
2 semanas después
Había estado con Sev unos días. Reímos y jugamos todo lo que nos podíamos imaginar. Fue muy divertido.
Ese día me había despertado tarde. Como a las 10. El sol entraba por mi ventana como si mi habitación fuera su casa. Bufé pero finalmente me levanté para arreglarme.
-A ver... Unos jeans- saqué el primer pantalón que se me atravesó y voló hasta mi cama- camisa blanca. Tennis. Listo.
Fui al baño y me tomé una larga ducha. Salí y me vestí. Bajé. Desayuné silenciosa mientras mi padre peleaba con un hombre al teléfono.
-¡¿Es qué no entiende?! Le repito: Eso NO ES MI PROBLEMA. Si quiere dígale a mi jefe pero YO NO HAGO NADA DE ESO- tenía la cara rojísima y la sien le palpitaba.
-Gracias- cogí mi plato y lo deje en el fregadero para subir y terminar de arreglarme.
Una vez lista me tumbé en mi cama y cerré los ojos. Vi un castillo. Era Grande con un lago que daba si reflejo a la perfección. Sus numerosas ventanas brillaban con luces amarillas. Su gran puerta de roble se abría espléndidamente ante mi como si desde tiempos inmemoriales me esperara para que observara cada detalle de la maravilla arquitectónica. El bosque de al lado era fantástico y misterioso. Parecía que susurrara en un idioma que en algún momento los humanos dominamos. Casi lo podía entender. La charla entre aves y árboles parecía interesante pero aun no lograba descifrar el extraño código que usaban para comunicarse. Las luciérnagas le daban vida al aire del ocaso y yo permanecía allí de una manera omnipresente sin que nadie me viera, pero yo los veía a todos.
De repente todo era oscuro y ya no distinguía el castillo del bosque susurrante. Todo era negro y no veía nada. Solo un atisbo de luz verde que se acercaba serpenteando.
Abrí los ojos. Estaba confundida y asustada. Mi pecho se movía rápidamente al ritmo de mi respiración. Jamás había tenido un sueño tan real, y a la vez tan misterioso. Casi podía oler el aroma de la gran puerta o escuchar las conversaciones del bosque. Casi podía ver esa luz verde que se acercaba a mi de forma siniestra. Una carta entró volando por mi ventana.Ven a verme en el parque.
Tenemos que hablar.
Sev.Esas palabras retumbaron en mi mente el resto de la mañana. Pero no podía dejar a Sev esperando. Me daba miedo lo que me fuera a decir pero tenía intriga así que salí con la excusa de que iba a jugar con unos amigos.
Ya estaba en el parque y éste producía sonidos extraños y estremecedores. Simplemente me acerqué a una banca vieja y me senté a esperar. Atrás empezaron a sonar las ramas, como si un animal grande las agitara. Volteé y ahí estaba Sev. Con su expresión fría y aburrida que escondía un gran amigo.
-Hola- y corrí a abrazarlo.
-Hola. Ven- entró otra vez a los árboles y desapareció. Lo seguí hasta un claro lleno de margaritas que bailaban con el ritmo de la brisa.
-Necesito que me escuches. No me interrumpas y por favor no salgas corriendo en cuanto te diga lo que te tengo que decir- se veía serio. Eso me daba miedo porque nunca lo había visto con tal preocupación.
-Esta bien- lo miré a los ojos y sonreí.
-Bueno- se paso la mano por el cuello- tu ya tienes 11 años. Ya estamos en febrero y los colegios comienzan en Junio. ¿Verdad?-
-Emm.. Si- me intrigaba lo que me tenía que decir pero al parecer tendría que esperar bastante porque no quería ir al grano.
-Bueno. Creo que ya te has dado cuenta que tu no eres como los demás. De hecho me lo has dicho. Que tienes "poderes" que solo tu controlas y todo eso-
-¿Qué me estás tratando de decir?- lo señalé con un dedo acusador. Mis ojos disparaban llamas pues probablemente me había llamado solo para decirme que estaba loca o algo así. Pero no.
-Que no eres la única-
-No entiendo-
-A ver- suspiró- hay mucha gente que como tu tiene habilidades raras. Y obviamente tienen que aprender a manejarlas. En vista de eso hace mucho tiempo 4 personas con estas habilidades que llamaremos magos, decidieron hacer un colegio donde otros magos y brujas pudieran aprender a controlar sus poderes. Resulta que como es un colegio, abre en Junio y en Febrero mandan una carta para informarle a estos magos que fueron aceptados en este colegio. En conclusión, tu eres una bruja y yo un mago y pronto nos van a llegar nuestras cartas de Hogwarts.
Me tomé unos dos minutos para digerir esa información. << ¿Yo bruja? >> pensé. Me llevé la mano a la cabeza. Sabía que eso era verdad o si no, ¿Como hacía que las puertas se cerraran solas, o que las cosas volaran?
-Guau. Emmm y... Pero... Si mi mamá o mi papá.... Ellos no son así- dije tartamuda
-A veces los niños salen magos sin aue sus padres lo sean- el rostro de Severus estaba intranquilo. Al parecer creía que yo saldría corriendo o algo así.
-Yo... Tengo que... Ver el buzón-
-Yo también- Sev se paró y me tendió la mano. Yo la cogí y me paré. Nos fuimos juntos mientras el me hablaba de ese mundo tan irreal y fantástico que acababa de descubrir.
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Lily Evans en Hogwarts
FanfictionLily, un pequeña niña de 11 años vive "tranquilamente" en Cokeworth junto a su fastidiosa hermana y su rara familia. Ella conoce un niño muy poco común y pronto se hacen amigos para juntos ir al colegio de magia y hechicería Hogwarts. Lily tiene qu...