That Little Kiss You Stole |TERMINADA|

Día 4.

—¿Sabes? es un nombre hermoso para una persona hermosa...

   Mierda, no llevamos ni cinco minutos hablando y ya estoy hecha un manojo de nervios.

—Gracias.-Dije con una sonrisa de lado.—Bueno, es hora de que me vaya, así que nos vemos pronto Oli.

No dijo nada, solo se limitó a darme una sonrisa y despedirse con la mano. Pero antes de que estuviéramos lejos dijo algo.

—Espero verte pronto.

—Yo igual...

Me gustaría saber más de Oliver, pero no tengo ni idea de por que se me hace conocido. Tal vez no físicamente pero si que he escuchado de él... ¡Pero que tonta! Él es el chico que tendré que cuidar, por así decirlo.

Le contaré a Ana que al fin conocí a mi partner (ocupaba ponerle un nombre) pero primero tendría que llegar vivo al auto; ya que la lluvia había empezando una potente lluvia y como siempre nunca traía una sombrilla.

Cuando llegue al auto después de tanto correr de un extremo del colegio a otro, le dije a Ana que conducirá. En el camino a mi casa me dormí en el carro, cayendo en un profundo un sueño.

Iba caminando tomada de  la mano y no podía ver quien, pero esa persona me hacía sentir segura como nadie jamás lo había hecho en mi vida.

—Pronto nos veremos, pequeña.

Me desperté con la respiración acelerada por el extraño sueño que había tenido. Cuando vi por la ventana Ana apenas estaba aparcando el auto fuera de mi casa y podía ver que las luces estaban apagadas, eso significaba que mi madre había salido o que estaba dormida.

—Bueno bella durmiente, hemos llegado a tu casa y por lo que veo tu mamá no esta...así que o me das las llaves o entro ilegalmente.-Dijo Anastasia con impaciencia.

Me agaché para tomar mi bolsa que estaba en mis pies y empecé a buscar las llaves de mi casa en un mar de papeles, cuadernos, lapices, basura y algunas cosas que no reconocía y no quería saber sinceramente. Me dí por vencida un rato después de que no las encontraba y luego recordé que esta mañana la había puesto en el maletero.

Salimos del auto y corrimos hacía la casa, ya que aún llovía un poco pero no tan fuerte como antes. Abrí la puerta y tire mis cosas al sillón más cercano.

—¿Mamá, estas en casa?.-Grite pero no obtuve respuesta.

Subí a la segunda planta de la casa y mire su habitación y definitivamente no estaba ahí.

—¡Hannah, ven acá!.-Grito Ana desde la cocina o eso creo.

Baje las escalera lo más rápido que podía o que quería mejor dicho y fui hasta donde escuche a Ana que era la cocina, estaba en lo correcto.

Ana estaba de espaldas buscando algo en el refrigerador  y en la mesa había una nota.

Estaré afuera un par días, amor.

Hay mucha comida en el refrigerador para que te prepares algo. Si te sientes sola puedes invitar a Ana o a las otras chicas, solo que no quemen la casa.

Te amo, nos vemos pronto.

Así que mamá salía por un par de días donde Dios sabe a donde y tendría que quedarme con Ana.

—¿Así que viviremos juntos por un par de días?.- Dijo Ana comiendo una ensalada de lo que parecía huevo.

Solo asentí con la cabeza una cara de tristeza para Ana.

—No te pongas triste, estaremos juntos por unos días.

—Por eso estoy triste, voy a terminar muerta junto a ti.-Bromeaba con morir con Ana, amaba pasar días junto a ella.

—¿Sabes qué Snowdon? puedes lamer mi trasero, pero tendrás que vivir con esta preciosa cara.

¡Oh por Dios! Casi olvido mencionarle a Ana que conocí a mi partner.

—¡Olvida tu cara por un momento y escúchame! Cuando iba camino a la dirección a entregar mis papeles conocí a mi partner.

Ana se había ido a la sala para recostarse en un sillón y comer su ensalada, mientras yo estaba en la cocina buscando algo que comer y apenas dije eso brinco el sillón y se sentó en un taburete de la cocina.

Tenía sus manos puestas en su cara y nunca la había visto prestando tanta atención en mi vida a una persona hablando.

—¡Cuentame lo todo! ¿Es guapo? ¿Se veía misterioso o nerd? ¿Chico bueno o malo? Hannah, habla tu nunca dices nada.

—Si cerraras tu boca por un momento yo creo que podría decirte por lo menos que me pareció.-Dije con un tono severo.

—Bueno, ya me callo. ¡Habla de él! 

—  Aquí voy...era alto, tenía muchos tatuajes, sus ojos eran hermoso, fue muy tierno y también había algo extraño en él.