No podía creer lo que me habían dicho. Estaba en shock, no podía ser simplemente verdad.
Mi madre había tenido un accidente de auto y estaba muy herida. Me costaba respirar bien, sentía que algo se cerraba en mis pulmones y no dejaba que el aire pasaba.
Evan estaba muy asustado y no sabía que me estaba pasando, nunca me había visto en esa situación antes; las únicas personas que lo habían hecho era mi mamá, Oliver y Anastasia.
—Hannah, calmate y trata de respirar más lento. Estas teniendo un ataque de pánico.
NO, idiota, no me había dado cuenta.
Trate de hacer lo que Evan me decía y hacer lo que siempre hacía cuando me pasaba esto. Me senté en el piso y empece a contar hasta 10 en reversa, después de eso podría hacer el intento de pararme y dirigirme al hospital a ver a mi mamá, pero no creo que eso sea posible.
—Necesito que me digas quien era y que te dijeron en el teléfono.-Me pregunto Evan con un tono sereno, olvidando todo lo que nos habíamos gritado hace unos segundos.
—Mamá...hospital...accidente.-Fueron las únicas palabras que pudieron salir de mi boca, aún estaba muy alterada y no me salían oraciones coherentes o bien hechas solo podía balbucear aquellas tres palabras: mamá, hospital, accidente, mamá, hospital, accidente.
No supe en que momento Evan se había retiro de mi lado y fuer por nuestros abrigos para ir al hospital. Me dirigí al auto con la cara de una muerta y sin saber como podía controlar mis movimiento en ese momento. Sentía que alguien más hacía las acciones por mi, yo estaba en un limbo perdido de mi mente creando las peores situaciones en que podía estar mi madre.
Llegamos al hospital en cuestión de segundos. Salí lo más rápido posible del auto y entre al hospital buscando por una enfermera o en donde podía preguntar por mi madre.
Vi una enfermera de una mediana edad y tenía cara de estar un poco harta de estar ahí, pero me importo un carajo su humor y le pregunte donde podía estar mi madre o preguntar por los recién ingresados.
—Tienes que ir información que esta por esa sala.-Me dijo señalando por donde tenía que ir.—Y dices el nombre completo de tu madre, linda.
Al final la mujer era una persona amable y su cara solo era una fachada.
Le agradecí a la mujer y salí corriendo a donde me había dicho. Había un gran cartel que decía información y en el centro de la sala había un par de señoras detrás de una mesa y unas computadoras.
Me acerqué a la primera que vi y le pregunte donde estaba mi madre.
—Disculpe, señorita ¿Tiene información sobre Dawn Snowdon?
La mujer se puso de inmediato a buscar en su computadora sobre alguna información.
—Esta en el cuarto piso lesiones graves, en la habitación 43.
"Lesiones graves" Esas dos palabras no paraban de repetirse en mi mente. Le agradecí a la mujer y salí corriendo en busca de un elevador o escaleras para llegar al piso, pero en ese momento Evan me agarro del brazo y me señalo con la cabeza que lo siguiera; había encontrado un elevador por el lado que habíamos entrado.
Nos adentramos en el pequeño y descuidado elevador, marque el número del piso y se puso en marcha, sentía que se movía a la velocidad de una tortuga o que no se estaba moviendo en lo absoluto, pero después para lo que mi fue eterno llegamos al piso cuatro y me puse en marcha a buscar la habitación 43.
Me sentía muy desesperada y molesta por no encontrar la habitación de mi madre, era algo simple a lo que no podía hacer, pero al final del pasillo pude ver como sacaban a mi madre en silla de ruedas para moverla a otro lugar, corrí hacía donde estaba y empece a gritar su nombre.
—¡Mami!.-Grite como cuando estaba pequeña y me caía de algún lugar y terminaba con mis rodillas raspadas y mi cara llena de lágrimas.
Vi como con gran dolor se volvía hacía donde había escuchado el grito y le decía algo al enfermero que la llevaba.
—¡Hanny, mi vida! ¿Quien te llamo, cariño?
Llegue corriendo haciendo donde ella y lo primero que hice fue darle un abrazo y llorar como niña.
—Ya, mi niña...shhh, todo esta bien, mírame.-Mi madre tenía la voz tan serena que podía jurar que no le había pasado nada, pero sabía que solo lo hacía para calmarme.
Me obligue a verla, no quería hacerlo, tenía mucho miedo de no verla con ese brillo que siempre tiene, pero me equivoque. Tenía un par de raspones en su cara, pero seguía teniendo aquello que la hacía relucir.
—Señorita, tenemos que mover a su madre a otro piso. Cuando lleguemos a la nueva habitación le diremos todo lo que paso. ¿Nos acompaña?.-Dijo el enfermero cortando el momento.
Asentí con la cabeza y me puse al lado de mi madre para seguir el camino. Todo fue muy silencioso y ya me había podido tranquilizar un poco.
Movieron a mi madre a un piso donde no había tanta gente como en el anterior, era más tranquilo y hasta aseado. La habitación que le habían dado era pequeña y no sabía si en la que estaba era más grande o del mismo tamaño, pero esperaba que fuera igual de acogedora que esta misma.
El enfermero que la traía en la silla de ruedas la puso sobre la cama con bastante facilidad y me dijo que esperara unos segundos, el doctor ya iba a venir.
—¿Mamá qué fue lo que paso?.-Aproveche preguntar mientras no estaba el doctor.
Cuando me iba a responder el doctor había aparecido.
—Buenas, bellas jóvenes y joven. Supongo que son la familia.
Asentí con la cabeza y recordé que Evan estaba ahí.
—Ok, entonces les diré las buenas noticias de una vez. La primera es que tu madre no tiene ninguna lesión grave, por eso la movimos de piso y la mala noticia es que tiene una pequeña lesión en el hombro, lo tenía desmontado, pero ya se lo re-acomodamos y lo que tiene que hacer es descansar todo lo posible y tendrá que venir a un par de terapias.
Sentí un gran alivio en mi interior y sentí como todo mi cuerpo se relajaba. Durante esos momentos de tensión pensé en que sería mi vida si mamá hubiera fallecido en el peor de los casos o tuviera una lesión grave que no la dejara como antes, pero tuve la gran bendición de que fuera algo pequeño.
Le agradecí al doctor y tuvimos una pequeña charla de los cuidados que tenía que tener mi madre, también alguna de las medicinas que le ayudaría con el dolor y unos ungüentos para algunas cicatrices que tenía.
—Bueno, ya me retiro. En una media hora una enferma vendrá a ayudarles con la salida. Que tengan lindo día.
El docto Stephen, ese es su nombre, era un hombre muy agradable en todos los sentidos. Tenía un par de años más que yo y tenía trabajando unos 3 años aquí por lo poco que me contó de su vida, me dijo que mi madre era una mujer muy fuerte y buena, que saldríamos de este pequeño hueco.
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That Little Kiss You Stole |TERMINADA|
Fiksi PenggemarHannah ha sido herida un par de veces por las personas más importantes de su vida, pero, eso no la detendrá a seguir con sus planes de vida. Oliver una persona un poco misterioso, pero, una gran persona, entra en la vida de Hannah para dejar una ma...