Diagon Alley

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- Hermione!! Grito Ginny
Baje la escaleras y me senté junto a ella
-que pasa??
-ya estamos listos para irnos, tienes tu llave?
-Amm... Metí la mano en mi bolsa de cuentas y las encontré.
-Si, aqui están
-Cuando vas a dejar de usar esa bolsa?, estas obsesionada!
-Ya sabes, me trae recuerdos y me avisa que cualquier día puede pasar algo malo, por eso la traigo cargada de todas las cosas necesarias.
-Enserio traes todo como si fuera la guerra?
-Si, no quiero que nada nos tome desprevenidos.
Ginny me arrebato la pequeña bolsa y lo comenzó a inspeccionar y sacar todo.

-No es posible Hemione!!, esto esta mal, muy mal, la guerra ya ha terminado! entiéndelo!
Voldemort ha muerto, se acabó!!!
-Talvez, pero no quiero que se vuelva a repetir
-No se va a repetir!!!!! ok?? no te quiero ver más así, o si no, te juro que te llevare a San Mungo y no me interesa el colegio!!

-Bien.
Ahora, sube y deja esa bolsa, sólo trae tu llave.
Subi por las chuecas escaleras y escondí en mi ropa la bolsa, aparte era diminuta.
Como cuando la escondí en mi calcetín, antes de que nos llevarán a Malfoy Manor. Me dio un escalofrío al recordar la tortura que me dio Bellatrix, e inconscientemente me agarré el brazo.

Saqué mi varita y la llave de Grinngots.

Salí del cuarto y volví a bajar, me esperaban todos en el piso de abajo, nos acercamos a la chimenea y Arthur saco los polvos flu, todos desaparecieron uno por uno, tome los polvos grisaseos y los aventé mientras mi cuerpo se consumía en el fuego mágico.

Aparecimos todos en el espectacular callejón alley, donde todos los magos y brujas compran sus cosas
-ahhhh, que hermoso es estar de vuelta en este espléndido lugar, me recuerda cuando no había peligro alguno y veníamos a comprar nuestros útiles de la escuela. pero ahora, regresamos como sí nada hubiera pasado.

Ron y Harry concordaron con mi opinión y seguimos caminando.
Teníamos que volver a nuestra añorada escuela, y como todos los años, teníamos que usar uniforme, así que nos dirigimos a Madame Malkin's.

Llegamos al viejo edificio, y Arthur y Molly, acordaron a comprarnos los libros, mientras nosotros íbamos por el uniforme. Abrí la puerta del local, y la señora Malkin's, nos recibió con una gran sonrisa.
-pero miren quien esta aquí! El trío de oro! Pasen, pasen.
-buenos días Señora, venimos por uniformes completos de Gryffindor. dijo Harry.
-por supuesto querido, pasa conmigo, te tomaré medidas.
Poco a poco, paso a cada uno de nosotros a tomar medidas y nos dio las túnicas para que las probáramos.

Yo me dirigí al probador más alejado y empecé a desvestirme. Me quedaba perfecta.
Al terminar de quitarme la corbata, escuché un sollozo proveniente del probador de alado.
Sabía que no era ni Ron, Harry o Ginny. Ellos habían entrado a los primeros.

Me senté en el suelo, por donde había una ranura en dónde podía ver a mi compañero secreto igual sentado en el suelo.
-Te sientes bien? Estás bien?. Le dije
Escuche otro sollozo y no me respondió.

Tenía un chocolate en la bolsa de cuentas que había comprado mi madre para mi, el cual siempre me había fascinado.
Lo saqué de la bolsa y se lo di.
-Mira, no te sientas tan mal, un chocolate siempre te hará sentir mejor, tranquilo, estarás bien. Tomé su mano y la acaricie, era tremendamente suave, sentí un choque eléctrico en todo mi cuerpo y le puse la barra en su mano.
-Nos vemos luego, espero que te haga sentir mejor. Le dije por último y me levanté, dejándolo atónito o al menos sin moverse ni un momento en el suelo.
Abrí la puerta con la túnica y baje las escaleras, con 3 furiosos Ron, Harry y Ginny, alegando que me había tardado mucho.

-lo siento mucho neuróticos! Dije mientras caminábamos con la señora, pagamos y nos retiramos rápidamente al ver que quería chismorrear sobre como matamos a Voldemort.
-Ahora eso pasa muy seguido, comento Harry.
Todos asentimos con aprobación.

Salimos del local y nos encontramos con Arthur y Molly esperándonos.

Me alejé del callejón hacia el viejo callejón en el que había comprado una vez a Crookshanks y fui hacia ésa misma tienda a comprarle unos bocadillos que le fascinaban y algunos ratones mágicos como juguetes.
Encontré a Crookshanks en la limpieza del castillo,después de la guerra escondido detrás de una armadura en el quinto piso.

Entré a la tienda y pedí mis cosas, mientras esperaba que me las entregaban, alcancé a vislumbrar una cabeza rubia, la cual conocía perfectamente su dueño, pero al parecer, no se percató que estaba ahí.
Me hice la que no sabe nada y traté de ocultarme, mientras veía que pedía una jaula bastante grande con rueditas de juguete y era como para un roedor o algo parecido.
Involuntariamente reí algo alto al venirse la imagen a mi mente de Malfoy jugando con una mascota en di cuarto y dándole de comer. Y gracias a ésa risotada, me di de cabeza, rápidamente volteó hacia mi, y lo que más me sorprendió fue que no me dijo absolutamente nada! Sólo pagó y se fué algo cabizbajo, debía estar muy deprimido supuse, y sólo por un instante me dio Ternura o lástima quizá....

El sufrimiento del amor (Draco y Hermione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora