Capitulo 1: Habitación 45

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Capitulo 1: Habitación 45

La luz de la luna lograba penetrar por las pequeñas persianas del motel "Niagara". Esta incomodaba a la señora Peyser y no la dejaba conciliar el sueño, mientras que la reunión social que se desarrollaba cuatro habitaciones más adelante dificultaba aun más todo. En la habitación reinaba el aroma a filtros de café y a la etiqueta de cigarrillos que por la señora Peyser se había bajado, hace unos momentos, y un desorden general producto de la calurosa llegada que había experimentado la mujer de unos cincuenta y cinco años.

El teléfono sonó un estrepitoso "RINGGGGG!" que puso a Wendy Peiser en un estado de alerta, ella rápidamente levanto su cabeza de la almohada raída sobre la que estaba recostada. Ella no debió haber contestado aquella noche.

Su mano se detuvo cerca del teléfono que no paraba de sonar, estaba dudando sobre si era seguro atender, pero al final decidió hacerlo. Era como si la duda de su mente hubiera desaparecido para vencer a sus temores "infundados". La habitación decorada muy a lo art deco se quedo en silencio y solo se oía la acalorada charla de adictos de las otras habitación y el goteo de la canilla del módico y austero baño de la habitación. La noche ya había caído en la ruta 182.

Wendy tomo el teléfono y aguzo sus oídos. Una lenta y profunda respiración se oía perfectamente, el cigarrillo que la señora Peyser había encendido reposaba tranquilamente en el cenicero y las cortinas se movían como efecto de la brisa que entraba por la ventana del baño.

-¿Hola? ¿Hola?- preguntaba la señora Peyser con el hilo de voz que le quedaba mientras sus esfínteres se relajaban y dejaban salir la orina- ¿Quién esta allí? ¿Quién está del otro lado?

Del otro lado solo había silencio.

-Si esto es una broma, déjeme decirle que no es graciosa, es de mal gusto- concluyo Wendy al colgar el teléfono. Habiéndose percatado de su "accidente" profirió un insulto y se levanto de la cama. El reloj marcaba las 23.46. . Se dirigió a la silla donde estaba su bolso y comenzó a hurguetear en busca de unos cigarrillos pero solo encontró su billetera y unas calcomanías que pertenecían a las últimas elecciones junto a un pequeño frasco de sedantes. Prendió su móvil y vio que no tenía señal, acto seguido, se dirigió al mini bar de la habitación y saco una botella de whisky de cortesía. Entonces el teléfono de la habitación volvió a sonar.

Ella tomo el frasco de píldoras y saco una tratando de calmarse e ignorar la llamada. Comenzó a dar vueltas desesperándose y observando que a su auto, estacionado al lado del cartel de neón del motel, no le pasara nada. El teléfono no paraba de sonar e inquietarla. Una parte dentro de ella quería atender y otra quería abstenerse. No debió atender la segunda vez.

-Escucha, deja de perturbarme, seguramente te excitara oír mi voz a través del teléfono pero no es divertido. Detente- dijo Wendy mientras se tomaba una píldora y esperaba que su interlocutor cortara la llamada.

-¿Qué clase de pastilla tomaste Wendy?- exclamo su interlocutor riéndose- supongo que deben ser sedantes porque no sé como podrías dormir con todos esos hippies y adictos.

Wendy se quedo callada mientras buscaba una respuesta. Después de escuchar la risa del desconocido por varios minutos, colgó el teléfono. El debía estar allí según Wendy, el debía estar acechándola en la oscuridad, debía estar viendo por la ventana. Ella se apresuro y cerro todas las ventanas de su habitación y trabo las puertas de entrada.

-Cálmate Wendy, cálmate- se repitió a si misma varias veces.

El reloj de la pared marcaba las 00.28 mientras que Wendy se desnudaba y entraba a la ducha para tranquilizarse y olvidar a aquella persona que le estaba jugando una broma telefónica. Quizás los hippies que estaban haciendo una fiesta eran quienes se burlaban de ella. Tenía que olvidar el asunto y pensar en que mañana debía conducir decenas de kilómetros hasta el aeropuerto para llegar a California a tiempo para la presentación de su libro, hoy una gran escritora se graduaba de la secundaria y comenzaba una exitosa carrera universitaria, eso era lo único en lo que debía recordar en esa fecha. El agua golpeaba contra su cuerpo con lentitud y la relajaba al instante, los calmantes parecían haber surtido efecto.

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2015 ⏰

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