El Bosque de los Arboles perdidos

1.3K 85 33
                                    


oooo::::::::::::::::::::::::::::::::::The Trurh:::::::::::::::::::::::::::::::::::oooo

Bienvenido a la ciudad de los árboles perdidos,
donde nada es lo que ves donde nada es realidad.

Has llegado a la ciudad al país de los perdidos,
donde cada anochecerse oyen árboles llorar...

Canción que inspiro cap. del fic: del mago de oz, el bosque de los arboles perdidos.

oooo::::::::::::::::::::::::::::::::::The Trurh:::::::::::::::::::::::::::::::::::oooo

Apenas cruzo la puerta esta se cerró detrás de él, en un estridente golpe lo dejó completamente solo y rodeado de una inmensa oscuridad, no podía ver absolutamente nada ni siquiera a sus propias manos en frente de él. Aun así se disponía a avanzar, o a por lo menos intentar ubicarse en esa inmensa negrura, cuando de la nada una brillante luz amarilla se encendió a sus espaldas. Del susto dio un brinco y rápidamente se colocó en una postura defensiva, listo para enfrentarse a o que sea que se hallara frente a él, mas...

-¿Te asuste?, lo lamento querido...

Sus brazos e incluso todo su cuerpo se relajó al darse cuenta de quien estaba frente a él. A pesar que solo la había escuchado y visto una sola vez, el suave tono de su voz y sus profundos ojos de obsidiana le resultaron inconfundibles. Era la misma mujer de la Laguna, la que lo había llevado hasta Juddeca y encaminado en este peligroso viaje.

-Shun realmente me has impresionado, nadie había logrado derrotar a la anfisbena antes-Le dijo con una sonrisa, parecía realmente complacida con aquel hecho. Lentamente extendió su mano para acariciarle con suavidad su rostro, pero el joven se ruborizo levemente y se apartó de ella.

-¿Quién eres? Todavía no me los has dicho-Le pregunto Shun mientras la observaba, aquel gesto lo había dejado confuso y algo sorprendido. ¿Por qué lo hizo? , ella era una completa desconocida para él y él para ella también. ¿Por qué de pronto se tomaba esa confianza? Él ni su nombre sabía y para ella el solamente era un caballero de Atenea nada más, era solamente aquel que había portado a su señor y quien por lo tanto podría liberarlo, eso era lo único que los unía... ¿No?

-Shun yo soy la diosa de la hechicería, la guardiana del sendero entre la muerte y la vida, yo soy Hécate.

-¿Hécate?

-La reina de los fantasmas-Le dijo mientras hacia una leve reverencia.

Luego de decir estas palabras se dio media vuelta y extendió la antorcha hacia la oscuridad, el fuego de su llama se hizo más fuerte permitiéndole ver con mayor nitidez el camino que tenía por delante.

Un sendero de tierra negra que atravesaba un extenso bosque de blanquecinos árboles muertos, los cuales se repetían incansablemente hasta perderse en la oscuridad de la noche. Una suave niebla se extendía entre aquellos tristes árboles cuya corteza blanca y arrugada resaltaba bajo las amarillas llamas de antorcha, dejaban ver su extraña naturaleza. Con una corteza que se asemejaba más a la piel humana que a cualquier otra cosa, aquellas plantas no poseían ni una sola hoja, ni una pobre flor, nada que cubriera las ramas extremadamente retorcidas que se extendían desde el seno de sus troncos hacia el oscuro del cielo.

Shun no podía dejar de observar el paisaje, sin poder evitarlo un leve escalofrió le recorrió desde lo más profundo de su ser. Esto no tenía buena pinta, el inmenso bosque de árboles muertos que se alzaba frente a él parecía extenderse hasta el infinito, y por más que se esforzaba para ver el final de aquel paisaje. Lo único que veía eran las interminables y oscuras siluetas de los árboles extendiéndose hasta donde perderse en el horizonte.

The Truth Beneath the roseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora