4. "No me culpes, dijiste: Toma lo necesario."

55 5 2
                                    


Nos reímos a carcajadas de la imitación que hace Stif de Harry, el entrenador personal de mi amiga. Harry es una buena persona con voz dulce y amable, pero digamos que su físico hace que todo resulte confuso. A simple vista no sería una persona a la que te le acercarías, así que cuando escucho la imitación de Stif no puedo evitar recordar como grité asustada la primera vez que lo conocí. Él sólo hacía el favor de conducirme hacia la parte trasera de la casa de Mel. Yo creí que me iba a secuestrar.

Me dejo de reír un momento después y no puedo evitar admirar a las dos personas frente a mí, con lo mismo auriculares, que según mi amiga, definen nuestra amistad. Nunca crucé palabra con Stefan por más de dos minutos, sólo lo saludaba cuando estaba cerca de mi amiga a la hora de salida del colegio. Y sin embargo, aquí está. Ha roto las reglas de su madre para que una video llamada grupal al fin pudiera cumplir con el sueño de mi mejor amiga. El de juntar a sus dos personas favoritas en el mundo. Y aunque me cueste admitirlo, ella dio en el clavo sin querer. Me ha dado una lección de vida.

Toco los auriculares, agradecida de haber aprendido algo esta noche.

Para Mel son sólo un regalo que ha dado a sus mejores amigos, pero para mí significa más que eso, a pesar de que ella se mate repitiendo que merecemos mucho más, como cuando nos regaló un ejemplar del nuevo modelo de lanzamiento que la empresa de celulares de sus padres aún no había sacado.

Ella siempre dice a modo de broma que es su manera de comprarnos, de asegurarse de que siempre estemos ahí para ella porque sus padres nunca pueden. No se cuan cierto sea la primera parte de aquello pero de la segunda sí estoy segura.

Ella se la pasa sola en su casa, claro que cuenta con la compañía de Margaret, Rubén y otros sirvientes pero eso no cuenta como amor familiar del todo. Siempre necesitas a tus padres, aunque sea solo para darle problemas.

Sus padres se lo pasan en viajes casi siempre y Mel sólo los logra ver en ocasiones como en la navidad del año pasado, porque la mayoría de veces la pasa conmigo, no me molesta en lo absoluto porque es única, no se rinde ante nada y sé lo fuerte que es.

Nunca he entendido bien el asunto de sus padres, ella siempre me dice que es por negocios, pero aquello me resulta difícil de soportar ¿Acaso Mel no es más importante que todos los millones de dólares que poseen?

Casi nunca topamos el tema y eso es por mí. Soy difícil en algunas ocasiones.

Sé que sus padres la aman, lo he visto en por como la miran y sé que ella es inmensamente feliz cuando ellos vienen, tanto que nunca le importó dejar abandonada la escuela durante algunas semanas con tal de pasársela con sus padres en algún lugar del mundo. Eso me hacía feliz, pero también me mataba verla triste cada vez que ellos se marchaban.

—Euuuu. Tierra llamado a Sugar —el dedo de Mel inunda su cámara.

—Sigo aquí —le digo con una sonrisa.

—Debiste haber visto tu cara —él se mofa, pero aquello no me enfada tanto como antes.

Stif empieza a reírse. Hago una mueca de nerviosismo.

— ¿Por qué?

—Parecías una feria de emociones —Mel revela—Tu cara cambiaba cada diez segundos. Stif y yo nos la hemos pasado bomba con tus expresiones y ni siquiera te has dado cuenta —rompe en risa y él la sigue.

Intento reclamar con algo coherente en mi defensa, pero no llega nada, y en su lugar sólo me quedo incómoda ante la situación.

— ¿Quieres verte? —me pregunta de pronto.

MELODY #ATLANTISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora