Capítulo 5. Ansiedad.

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Buenos días Ed, llevamos mucho sin vernos, supongo que me habrás echado de menos.
¿Sabes? Hoy te escribo desde la cama, como es normal en este último mes, no me apetece salir de aquí, ni si quiera comer, veo comida y me pongo aún peor. Según el médico es ansiedad y eso que no sé ni lo que es. Eso sin mencionar que estudiar o hacer los deberes me resulta casi imposible, tengo tantas cosas en mente y tantas distracciones.
Creo que la cama se ha convertido en mi mejor amiga y la almohada en mi confidente, me ha visto echar demasiadas lágrimas en las últimas semanas. Me encuentro tan deprimida y no precisamente porque, como ya bien sabes, él se marchase de mi vida, algo que voy a confesar que hasta me ha venido bien, creo que fue la mejor decisión.
Pero no me voy a entretener más Ed, te diré que no tengo ganas de seguir, en muchas ocasiones, que esto ya no tiene sentido para mi, no confío en nadie y eso realmente es un problema. Que me siento usada por casi todas las personas que me rodean, tengo la sensación diariamente de que la gente se va a ir de mi vida como todos los demás y que por eso no debería cogerles cariño, algo que me cuesta realmente la vida. Incluso tengo miedo de que aparezca un chico, porque quizás sea el mejor del mundo y me promete la luna, pero ¿quién me asegura que me la va a traer? ¿qué no va a encontrar a alguien mejor que yo en cualquier momento y se va a ir? Creo que debería dejarme llevar Ed, estoy segura de que piensas lo mismo, pero le tengo tanto miedo al fracaso, a volver a sufrir, a que me vuelvan a fallar... Ojalá alguien me entienda.

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