Trastorno.

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(POV KUROKO)

Me tumbé de golpe en la cama en cuanto llegué a mi casa. Por tener, no tenía ni ganas de comer, pero bueno, con poco llenaría mi estómago más tarde.

Estaba exhausto de lo mal que había dormido, y el no muy lejano partido me había consumido las fuerzas del día, pero no lograba hacer otra cosa que no fuera revolcarme de un lado para el otro intentando conciliar el sueño.

Quizás todo lo anterior era una simple excusa que me ponía para evitar darle vueltas al tema que no paraba de rondar mi mente.

Y es que las palabras de la pequeña pelirrosa me habían dejado desconcertado.

No quería hacerme ilusiones, definitivamente no. Y menos por una simple teoría sin fundamentos.

Entre tantos pensamientos, el fugaz hecho de que era viernes atacó mi núcleo cerebral. Eso significa que vuelvo a estar solo.

Y efectivamente.

Podría haber achacado mi falta de vida social a que no salía de casa, pero es que esta vez no fue así.

Me sentí muy tonto cuando decidí pasear incluso por la zona donde Aomine vivía para ver si así me cruzaba con él.

¿En qué estaba pensando?

No fue solamente aquella tarde, sino el resto del fin de semana. Aunque todo prosiguió sin suerte.

Mi móvil tampoco se molestó en recibir notificaciones inexistentes de alguien que me necesitara.

Ahora que lo pienso, del único enjendro que tenía el móvil era Akashi.

El pelirrojo me había dado muy mala espina. No me había gustado mucho lo que había percibido de él hasta ahora, y mucho menos el hecho de que se juntara con los hermanos.

Pero esa confusión no había sido tan pronunciada hasta que el lunes volvió.

La mayoría de las personas odian este día, pero yo ansiaba de todo corazón que llegara.

Cualquiera que se enterara de esto me molestaría con un apodo como "empollón" o algo por el estilo, y es que ya me había pasado en otras ocasiones.

Sé perfectamente que los lunes no son agradables, y yo tampoco disfrutaba de la tortura que era soportar a mis compañeros. Pero para mí era el único momento que tenía para estar con el peliazul.

Y eso ya marcaba la diferencia.

Aunque creo que eso cambió cuando me senté nuevamente al lado de Kise.

El mundo se me vino encima con tan sólo una frase escueta pronunciada con un tono que contrastaba con lo que decía.

-Me llamo Akashi Seijuro, espero que nos llevemos bien.

Escalofríos recorrían mi espina dorsal. Para colmo, el rubio que estaba a mi lado no paraba de elogiar al pelirrojo, mentándolo durante lo que quedaba de día.

Parecía que el tiempo pasaba muy rápido, y era absurdo, porque nada interesante ocurría.

Todo era igual que siempre.

Mi cabeza no estaba para atender lo que el profesor estuviera diciendo. En ella sólo reinaba la idea de que iba a compartir curso con el pelirrojo por lo que quedaba de carrera.

Todos los momentos falsos que habíamos vivido volvían a mi mente, clavándose como puñales. Ya no por el hecho de que lo quisiera, estaba completamente seguro de que no sentía otra cosa por él que asco, pero pensar en lo gentil y considerado que había sido conmigo para luego descubrir que fue sólo un juego, dolía.

Innocence. [AoKuro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora