Capítulo I.

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Las horas en el avión se me hacen totalmente eternas, lo único que agradezco es que el sonido de la música consiga mantenerme entretenida, al principio he sido consciente del tiempo que ha ido pasando mientras me iba alejando de mi pueblo natal. Todavía puedo escuchar el sonido de mis amigos cuando fueron conscientes de que tenía que irme.

«Buena suerte, Lydia

«No te olvides de nosotros, siempre estaremos aquí, ¿Lo sabes no

«No quiero que te vayas Lydia... Te necesitamos» Me daba la sensación de que Stiles más que decir eso quería decir que él me necesitaba.

Fuera como fuera ya había dejado muy atrás ese pueblo de locos. Convencer a mi madre no ha sido demasiado difícil, ella sabe de sobra que soy una persona bastante responsable... Lo único es que le da miedo que su pequeña por fin haya abandonado el nido, extendiendo sus alas y volando en una ansiada y necesitada libertad.

La soledad no está tan mal, la idea de estar acompañado está bastante sobrevalorada de como es en realidad. Puede ser en ocasiones triste pero en cierto modo es reconfortante no estar comiéndote la cabeza en lo que la otra gente puede estar pensando de ti.

Hace ya un rato que entramos a Louisiana, no queda demasiado para que lleguemos a nuestro principal destino; New Orleans. Estoy deseando llegar de una buena vez, he planeado este viaje durante demasiado tiempo, es justo lo que necesito ahora una ciudad con arte, tranquila, sin nada de lo que preocuparme salvo que par de tacones debo ponerme o ropa.

El tiempo restante a lo que llego a la ciudad me lo paso leyendo una de las tantas revistas de moda que hay expuestas para los pasajeros aún así me parece realmente aburrido el contenido de las mismas, nada como las mejores revistas comparada con esta que es de pacotilla.

Salir del maldito avión es un alivio para mi, me detengo para tomar una bocanada de aire antes de seguir, espero para recuperar mi maleta y en cuanto salgo del aeropuerto cojo un taxi proporcionándole la dirección en la que he alquilado esa pequeña pero acogedora casa la cual sería mi hogar de ahora en adelante... Por lo menos hasta que superara todo lo que ha sucedido en este último año.

En cuanto llegamos al lugar indicado me encargo de pagar al taxista que se toma la molestia de ayudarme con el equipaje acompañándome hasta la puerta de la pequeña casa. Agradezco con una de mis seductoras sonrisas al chico por ser tan servicial, es bastante joven pero... Últimamente no tengo ánimo para estas cosas. El chico me da baza para que siga su juego pero todo finaliza en cuanto le digo un simple gracias. Rebusco en el bolso hasta dar con el manojo de llaves que el propietario me hubo facilitado días antes por correo.

Al abrir la puerta lo primero en lo que me fijo y una de las cosas que más me había llamado la atención es en el mueble del recibidor el cual se parece demasiado a un tocador. Me giro para cerrar la puerta viendo como el chico del taxi parece alejarse hacía el vehículo con cierto gesto abatido, dejo escapar una pequeña carcajada... Otro día sería.

Antes de que pueda avanzar un poco por el recibidor el móvil comienza a sonar como si se tratara de una alarma, no me hace falta pensar demasiado de quién se trata. Mi madre, echo un vistazo al equipaje mientras descuelgo el teléfono dándole los detalles de lo aburrido que ha sido el viaje, que estoy bien, que no se preocupe por mi, me pregunta por la casa y mientras avanzo por el hogar voy transmitiéndole todo lo que mis curiosos ojos llegan a ver. Después de una larga media hora me informa de que está noche tiene planes y que debe marcharse... Parece que mamá por fin ha decidido que es hora de seguir adelante igual que a hecho papá, quizá la separación al principio no había sido especialmente fácil pero ahora estaba mejor que nunca y que haya decidido dar ese paso solo demuestra que está mejor que nunca y yo, me alegro muchísimo. Ojalá yo pudiera estar bien después de todo lo acontecido.

—No te preocupes mamá, si necesito algo te lo haré saber, pasátelo bien esta noche. — Le digo con una pequeña sonrisa y ella se despide de mi dedicándome unos besos al igual que yo a ella... Llevo solo unas horas sin ella y ya la echo demasiado de menos.

Permanezco en la planta superior recogiendo todo, empezando por la ropa que es lo más importante. Comienzo a doblar las prendas con delicadeza y la dejo sobre la extensa cama, ya tendría tiempo para elegir donde guardar cada cosa. Mis dedos rozan la última prenda que hay en la maleta y enseguida de mi rostro se borra la sonrisa, era un top que Allison me había regalado antes de...

Parece que mis pensamientos rápidamente se ven eclipsados cuando de repente escucho una sucesión de voces en mi cabeza, susurros que se transforman en voces y posteriormente en gritos, todos entremezclados, cualquier otra persona no entendería nada pero yo como Banshee soy capaz de interpretar la mezcla de esas voces... Voces que anuncian muerte, una muerte cercana.

Desvío la mirada hacía la ventana de la habitación levantándome de la extensa cama aproximándome a ella, desde la ventana se puede ver una plaza repleta de gente, de artistas... Nadie es consciente de nada de lo que parece ser que va a suceder, mi mirada permanece anclada en un hombre de mediana edad, moreno. No es que me parezca realmente guapo, es que más bien tengo la sensación de qué... Me giro sobre mis pasos para dejar la última prenda sobre la cama aligerando mis pasos para bajar hacía la planta baja saliendo de la casa encaminándome a esa plaza. Tarde... Aquel hombre parece haber desaparecido, mi cuerpo gira sobre mi mientras busco con la mirada a aquel hombre, parezco reconocerlo desde atrás parece que está siendo empujado con un hombre desviándose a lo que parece ser un callejón.

Sorteo toda la gente que parece cortarme el paso, que oportunos... Incluso recibo algún que otro empujón y queja, no me importa. Llegar al lugar me toma un par de minutos, para cuando cruzo al callejón la imagen que mis ojos captan es asoladora... Literalmente ese hombre se lo está... ¿Comiendo? ¿Existen los vampiros? No sé de que me extraño a estas alturas de algo así.

Llevo mis manos a mi garganta, sentir lo que siento solo puede significar una cosa... No puedo ponerle remedio a ello, necesito... Necesito gritar. Siento una presión el pecho que necesita ser liberada... Y así lo hago, emito un desgarrador grito que resuena en el callejón y que hace que el vampiro se vea obligado a separarse de su víctima la cual se arrastra por la pared del callejón hasta caer su cuerpo inerte en el duro asfalto.

Tras ese grito tomo aire retrocediendo unos cuantos pasos de manera torpe, casi enredando mis pies. La figura masculina una vez que se ha recuperado de mi "ataque" se levanta dirigiendo su oscura mirada hacía mi.

Antes de que pueda siquiera pensarlo echo a correr perdiéndome entre el bullicio de gente que se centra en la plaza, creo estar a salvo hasta que siento como me agarran con fuerza y violencia del brazo viéndome obligada a girarme.

Un hombre rubio bastante más alto que yo y con un elegante porte a pesar de sus informales prendas hunde su mirada en la mía, fría, intimidante sin un ápice de sentimiento.

—Creo que has estado en el lugar equivocado en el momento equivocado, amor. — Dice con un aterciopelado tono de voz, igualmente sin mostrar un ápice de sentimiento o por lo menos, eso me parece a mi, ladea una sonrisa que a los ojos de cualquier persona puede parecer seductora pero a la mía no.

—Sueltame o gritaré que eres un asesino. — Le respondo escuetamente y con un tono de voz neutro desprovisto de alguna emoción tal y como él. No parece gustarle, enseguida contrae su gesto y chasquea la lengua de modo desaprobatorio.

—No me hagas arrancarte la lengua... — Suena tranquilo como si hacer eso no le costara lo mas mínimo, sin soltarme gira la mirada hacía un lado y otro y sin ningún tipo de explicación comienza a tirar de mi cuerpo, yo por supuesto trato de zafarme de su agarre pero me es del todo imposible. — Más te vale andar o comenzaré un río de sangre con toda la gente que hay aquí. ¿No queremos que eso suceda no? — Cuestiona en un tono tranquilo con un ápice de falsa ternura, aunque estoy tentada de decirle dos cosas bien dichas decido que lo mejor es no cuestionar y hacer caso... ¿Acaso planeaba matarme?

—Mucho mejor. — Responde aliviado de que por fin comience a andar prácticamente alejándonos de ese lugar.

No es la única vez que me he visto envuelta en una situación de vida o muerte y es por ello que no expreso ningún tipo de emoción ni digo nada al respecto... Me dejo llevar únicamente donde aquel "monstruo" con apariencia humana decida hacerlo sin poder evitar pensar que después de todo quizá no iba a poder escapar de estas situaciones, fuera donde fuera.

El híbrido y la bansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora