Capítulo II.

1.8K 101 0
                                    

Siento como aquel desconocido tira de mi cuerpo como si se tratara algo ligero, como si no le costara el más mínimo esfuerzo hacer que me moviese con él. El tiempo sigue pasando mientras me va llevando por las calles de la majestuosa ciudad. La gente está tan inmersa en sus propias cosas que incluso pasa desapercibido que un loco esté arrastrando a una inocente chica por las calles de la ciudad.

O quizá es que simplemente pasan.

Parece decidir parar a un lado de un parque en una esquina desolada del mismo, prácticamente amenazante... Miro de reojo hacía los niños que corretean de un lado a otro fijando enseguida la mirada hacía él, que mantiene una ceja enarcada.- No te tengo miedo. -Espeto con una voz convencida, sin embargo yo sé que no es así, que en realidad estoy aterrada... Pero eso no tiene porque saberlo él.

—Y no deberías... —Responde con voz aterciopelada ladeando una genuina sonrisa "encantadora" que engatusaría a cualquiera. No obstante a mi no me engaña.

— ¿Acaso buscas jugar conmigo? Porque te equivocas de chica de ser así. —Espeto con cierto tono hostil inevitablemente, parece que a él le agrada mi reacción porque no cambia su expresión corporal ni un solo ápice, incluso me parece que sus labios se estiren aún más curvando una más que amplia sonrisa, por su gesto parece que en cualquier momento se echará a reír.

—Cielo... No me gusta que me espíen, ¿Por qué espiabas? ¿Quién te ha mandado? ¿Acaso Marcel? ¿Alguna de esas brujas? Responde sin miedo, encanto. —Su tono de voz suena calmado aunque algo me dice que en el fondo no es así, que está preocupado por algo aunque no consiga identificar qué es.

—No sé de quién me estás hablando, yo solamente... Solamente miré porque... - ¿Y ahora qué debo decir, que algo me hizo sentir que alguien iba a morir alguien cerca? Nadie en su sano juicio se creería tal patraña... Sin embargo él no era humano. Así que no era una idea tan descabellada. — Algo me dijo que te siguiera. —Respondo escuetamente, las voces siempre me han advertido de este tipo de cosas.

Esa respuesta no parece hacerle tanta gracia como la anterior porque todo rastro de expresividad desaparece de su inmaculado rostro sustituyéndolo por una total indiferencia.— Así que... "Algo". ¿Sabes lo que hago yo con los espias? —Continua en un tono tranquilo desprovisto de cualquier emoción en sus trece de que había ido a espiarle por algo, sin embargo alza su mano derecha acercándola a un mechón de mi pelo recorriéndolo lentamente sutilmente mientras su propia mirada sigue el camino que dicta su propia mano hasta acariciar con lentitud mi mejilla.

Sería mentir si negara que ese contacto consigue estremecerme, sin embargo mi cuerpo actúa de un modo totalmente distinto, me separo bruscamente de ese contacto mientras le fulmino con la mirada sin achantarme si tan siquiera un poco. — Déjame en paz... Búscate a otra chiquilla para asustarla. —Respondo tensando la mandíbula sin intención de achantarme ante esa actitud tan altanera que ese tipo parece mostrar ante mi, ¿Acaso no sabe con quién está tratando? No me da miedo nada, no desde hace bastante tiempo.

Otra reacción que no parece esperarse, incluso por un momento me parece ver el desconcierto en su rostro, si espera que todo el mundo vaya a tenerle miedo conmigo eso no iba a suceder, no de un modo externo claro... Otra cosa sería la reacción de mi cuerpo, mis pensamientos. Llevo pensando desde que he salido de esa plaza que acabaré muriendo.

Me agarra la parte de la muñeca empleando quizá algo más de fuerza de lo que hubiera debido, o igual lo estaba haciendo consciente de ello, solo querría asustarme... Razón de más para contener esa parte. — Me temo que tu petición no va a ser posible, va a ser denegada encanto. —Chasquea la lengua de manera divertida casi mofándose de mi en mi propia cara, eso solo aumenta mi ira. — Y ahora dime, ¿Como te llamas?

El híbrido y la bansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora