Entre la Guerra y el Amor (Lucy y Natsu)

Él es mi presa....

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Abro los ojos, ya está amaneciendo, me agarró la cabeza al recordar el sueño de anoche, no sé qué pensar de ello, puede incluso que me este volviendo loca, me levanto de la cama, y hay una muda de ropa limpia, miró la mía sí que está sucia, agarró la ropa y entró en el baño, abro la regadera y dejo que el agua tibia caiga en mi cuerpo, suspiro no quiero pensar más en ello, un pequeño escalofrío recorre mi cuerpo y miró a la puerta, no sé por qué pero siento que estoy siendo vigilada, terminó de bañarme y me visto, una playera de manga larga blanca con un sueter negro, un jean de mezclilla, y unos zapatos negros, salgo del baño y en la cama esta Natsu.

Me mira, yo me tapo la nariz, él también se bañó, huele bien al igual que su sangre, ahí vamos de nuevo con la sangre, estoy harta que él me haga sentir estas cosas.

-Buenos días.- me saluda con una sonrisa, yo inclino la cabeza, amarró mi cabello que sigue húmedo con una cinta, él voltea la cabeza.

-Listo vámonos.- le digo y salimos de la habitación, yo lo sigo como siempre a un metro de distancia segura para mí por ahora, recuerdo lo de anoche como me abrazo y tranquilizo, sus brazos eran cálidos, me hacían sentir protegida, un calor familiar, fue tierno conmigo que soy en cierta forma su enemigo.

-Esto.- susurro, al parecer me escucho ya que se detiene y me mira, sí que este chico no es tan normal después de todo-Gracias por lo de anoche...gracias por estar ahí hasta que me dormí, te lo agradezco.- término de decir con una sonrisa sincera, él se estremece y voltea la cabeza.

-No hay de que, a parte soy tú vigilante y te dije que cualquier cosa estaría ahí.- me contesta y sigue caminando, sonrió y lo sigo.

-Gray ¿Cómo está?-pregunte ya que ayer estaba molesta así que no hable, el me mira pero sin detenerse.

-AL parecer está mejor, su piel se puso mejor al igual que sus ojos, la sangre que le enviaste le ayudo.- me dice, suspiro con alegría ahora estoy un poco más tranquila, aunque no sé si lo dejarán salir aún.

-Cómo llegaste tan rápido.- pregunto, él se rasca la cabeza.

-Erza me asigno a que debía ahora cuidarte las 24 horas del día, así que desde ahora.- hace una pausa-Dormiré en el otro dormitorio cercas del tuyo.-

Me detengo, ¿Qué está diciendo? Quiero gritar, está bien que me vigile pero ahora todo el día, no puede ser, apenas me puedo controlar durante las horas que pasamos juntos, ahora todo el día, suspiro, sí que Erza me la está poniendo difícil, sigo caminando, ¿Acaso Erza presiente que la sangre de Natsu me...? No eso es imposible, no creo que sepan eso, es decir no eh dicho nada, y Gray sé que él no hablaría y más si se trata de nuestra especie.

Bajamos unos escalones y llegamos a una enorme puerta, la admiró, Natsu toca y grita, la puerta se abre, Natsu indica que entremos yo lo sigo y la puerta se cierra, miró alrededor, hay maquinas, instrumentos y el cuarto tiene un aspecto bueno... demasiado lindo para ser un laboratorio, una mujer alta muy bella albina de ojos azules aparece de no sé dónde.

-Hola Natsu...- sonríe y me mira, yo trago ya que sus ojos brillan con una intensidad.

-Hola Mira ¿Cómo...?- pero Natsu es ignorado, pues la chica se acercado a mí y me mira de pies a cabeza, yo trago y un escalofrío me recorre, asiente con una sonrisa.

-oh, por dios si fuera un chico ya te hubiera besado y tocado.- dice, yo me quedo en blanco que había dicho.

-Mira.- Natsu habla, la chica voltea y lo mira.