-¡Anna! ¿Estás lista?-escuche que la voz de mi padre me llamaba desde las escaleras. Rápidamente doble la foto que tenía en mis manos y la metí en mi bolsillo. Tome mi caja llena de libros y baje las escaleras. Mi hermano y mi papa ya se encontraban cerrando el camión de la mudanza, y se dirigían hacia la camioneta.
Cerré lentamente la puerta y me aleje un poco para observar la pequeña casa en la que había vivido toda mi vida. La melancolía se instalo en mi pecho mientras recordaba todos los momentos que habíamos pasado aquí, todos los momentos con mama. Ahora que ella ya no estaba, la casa se sentía tan vacía dentro que ninguno de nosotros pudo soportarlo, papa decidió pedir una transferencia a Denver y comenzar de nuevo.
Estaba tan segura que esto era muy difícil para él, tenía que dejar la casa donde había construido un hogar, donde había vivido los años más felices de su vida. Sabía que le era difícil dejar ir a mama, pero al vender esta casa todos de alguna manera la estábamos dejando ir. Para mí en general no era tan difícil dejar la ciudad, nunca tuve tantos amigos y los que tenia habían desaparecido cuando supieron de la muerte de mi mama. Alec por otro lado, estaba dejando atrás toda una vida, y sabia que se sentía realmente triste por ello.
-¡Anna!-grito mi hermano desde la ventanilla del auto.- ¿Vienes o no?
-¡Voy!-dije inmediatamente mientras acomodaba la caja de libros entre mis brazos. Le di una última mirada a aquella acogedora casa y finalmente me dirigí hacia la camioneta.
-¡Bueno Denver, aquí vamos!-dijo mi padre en el momento en que cerré la puerta. La camioneta arranco dejando atrás nuestras vidas pasadas.
*
-¿Y? ¿Qué te parece?-dijo papa mientras observamos la casa enfrente de nosotros. Era de un tamaño mediano con dos bonitos balcones y amplias ventanas. La casa era mejor que la que teníamos en Tennessee, y estaba segura que papa la había comprado por el inmenso jardín que tenia. Mi mama siempre había pedido un gran jardín para poder ver a sus nietos correr cuando la llegaran a visitar, desgraciadamente el cáncer acabo con ella y con todos sus sueños.
-Es hermosa papa.- dije y me acerque a abrazarlo, el me respondió el abrazo y pronto sentí como estaba temblando.
-Tal como la hubiera escogido tu mama.-dijo con voz temblorosa. Lo abrace mas fuerte mientras sentía como un nudo se instalaba en mi garganta.
-¡Oigan chicos! ¡Suban a ver esto!-grito Alec desde el balcón.- ¡Tengo mi propia televisión!
Papa y yo estallamos en risas al escuchar la emoción de mi hermano, al parecer ya no estaba tan triste por haber tenido que dejar a su novia.
La mayoría de los muebles habían llegado hace más de una semana, por lo que las únicas cosas que teníamos que acomodar eran más que todo los cuadros, alguno que otro mueble en las habitaciones y más que todo personalizar el lugar. La casa resultaba ser más acogedora de lo que esperaba, con mucha luminosidad y con un toque muy hogareño.
Mi habitación era mi lugar favorito, tenía un balcón donde había un pequeño sillón para mis usuales lecturas nocturnas. Mi cama estaba forrada con el edredón favorito de mi mama y con muchos cojines. Papa me había comprado un nuevo librero el cual estaba al lado de mi escritorio, lo decore con algunas luces blancas y luego me puse a ordenar mi ropa.
Cuando termine de desempacar encontré mi libreta en el fondo de una de las cajas, solía escribir demasiado, mama siempre decía que iba a ser una gran escritora y realmente esperaba que así fuera. Saque la foto de mama de mi bolsillo y la coloque entre las páginas de mi libreta, así siempre iba a tener mi fuente de inspiración.
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Mi gran apuesta ➳ Sin editar
Teen FictionAnnasophia Williams perdió a su madre hace solo 9 meses, su padre en un acto desesperado por empezar de nuevo decide pedir una transferencia al hospital en Denver, donde Anna entra a South High para cursar su último año junto a su hermano Alec. Todo...