Youtube del Amor || Rubius/Rubén Doblas || Book 3 ||

Capítulo 43 ~ A Scary Fail

—Al medio para que todoh tengamo' una buena vista.

Sentada sobre mis tobillos en el centro de la ronda esperé a que Rubén llegara.

—Aún puedes retractarte si quieres.

—Un reto es un reto. Además es sólo un beso ¿verdad?

—Sí, pero es que... —rascó su nuca y volvió a observarme— Joder, eres mi ídola y me da vergüenza ¿sabes?

—¡Pero que os beséis de una vez!

Comencé a reírme nerviosamente y abracé a Rubén.

No quería hacerlo. Definitivamente no.

Él también se reía y me abrazaba.

—¡Que el beso es para hoy!

Mi cuerpo se iba tensando cada vez más mientras me separaba de él.
Sus manos se posaron, vacilantes, en mis caderas. Su tacto era más suave de lo que esperaba.

Me aferré a sus hombros, aún cuestionándole a mi consciencia si debería retractarme, pero me di cuenta de que era demasiado tarde cuando mi pecho rozaba el suyo y nuestros rostros estaban demasiado cerca el uno al otro. La emoción por parte de nuestros espectadores era palpable. Incliné mi rostro levemente hacia la izquierda y Rubén imitó mi acción pero hacia la derecha.

Nuestros labios estaban a punto de tocarse cuando se fue la luz y nos quedamos estáticos.

Sabía, por sus videos, que Rubius le tenía miedo a la oscuridad al igual que yo.

—¡Eh, no veo el beso!

—P-prended alguna luz —supliqué —.

—Daos prisa —rogó el youtuber que aún sostenía su agarre en mi cintura pero con demasiada presión.

Al darse cuenta del miedo que sentíamos, todos se apresuraron a correr de un lado a otro del departamento buscando velas o algo porque éramos tan inteligentes que no pensamos en usar las linternas de los móviles.

—Rubius... me duele —lancé un gemido de dolor cuando sus dedos me aferraron con más fuerza aún.

—Lo siento, le tengo pánico a la oscuridad —respondió aflojando su agarre pero abrazándome con fuerza y escondiendo su rostro en mi cuello cual niño pequeño hace con su madre luego de tener una pesadilla —.

—Shhh... Cierra los ojos e imagina que estas durmiendo —susurré acariciando su cabello y haciendo lo que acababa de decir. Sentí el movimiento que hizo cuando asintió e incrementó aún más su fuerza —Calma, sólo imagina que estás haciendo un campamento en uno de los bosques de Noruega.

—____.

—¿Si?

Inhaló profundo —Tengo miedo —.

Me partía el alma imaginar la mueca de terror que debía de tener Rubén en su rostro. Él, que siempre sonreía a la cámara a pesar de cómo estuviera en su vida personal y nos animaba a superar nuestros miedos, totalmente indefenso y vulnerable por culpa de un estúpido apagón.

—Yo también —dejé de acariciar su cabello para poder devolverle el fuerte abrazo con más facilidad —Pero no dejes que el miedo te controle, intenta sobreponerte a él.

Su aliento chocaba con mi cuello por los ejercicios de respiración que estaba practicando.

—¡Encontramos unas velas! —ambos sonreímos llenos de felicidad —¡Pero se nos perdieron las cerillas! —a la mierda la felicidad —.

—¿Y que tal si las buscan? —respondí —.

—En eso estamos.

—Ojalá que se den prisa, estoy por volverme loco.

—¿Hay algo que pueda hacer para que te calmes? —cuestioné totalmente preocupada.