-Creo que alguna vez dije que no quería sexo en los baños de mi casa.- Karina habló intentando permanecer seria, pero al segundo todos explotaron en risas y se alejaron para ir nuevamente al área de 'la fiesta'.
-Mierda...- Aleksander se quejó y volvió a abotonar el sostén de Stefania. Ella solo soltó un suspiro y apoyó su frente en el hombro de él.
Esa no era la primera vez que eran interrumpidos en momentos como ese, en sus años de relación, jamás habían llegado mas lejos. Las únicas "experiencias sexuales" que habían tenido se basaban en besos subidos de tono y caricias por encima de la ropa.
-Vamos.- Por fin habló Stefania, se bajó del lavado para abrir la puerta y salir de aquel baño. Sin hablar, Aleksander, la siguió hasta donde estaban los demás.
Ninguno hizo comentarios por lo sucedido, en algún momento todos habían sido descubiertos por los demás en pleno acto candente, así que no era algo que se debiese hablar públicamente.
Continuaron tomando licor algunas horas más, acabaron la comida y terminaron todos en el interior de la casa mendigando las ultimas gotas de alcohol y migajas de comida.
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Después de haberse recuperado un poco, Aleksander, había pedido un taxi que los llevara directamente hasta la cabaña de la playa, aún estando un poco mejor, ninguno de los dos podía arriesgarse a conducir. El trayecto no era muy largo, puesto que la costa no quedaba muy lejos de la casa de Karina.
La cabaña era bastante sencilla y pequeña, pero con muy buena comodidad y localización. Desde cualquiera de las habitaciones, se podían observar las olas chocando en la costa. El olor a salitre inundaba cada espacio en ella, dándole ese toque especial. Algo particular era que el amueblado era bastante moderno para el estilo de la cabaña y aun así, se veía perfecta.
-¿Quieres algo de comer?- Preguntó Aleksander a su novia cuando ya ambos se encontraban en el interior de la cabaña.
-Sólo quiero dormir...- Espetó bastante seria y caminó hasta la habitación principal.
Stefania se despojó de su blusa, pantalón y zapatos quedándose solo en ropa interior. Se tiró a la cama como si su vida dependiera de ello y se aferró a uno de los tantos cojines que la rodeaban. En esos momentos no había nada mejor para ella, la cama estaba blanda y fría, lo que la hacía perfecta. Poco a poco, entre los recuerdos de todo lo sucedido en el día, fue quedándose dormida.
Por otro lado, Aleksander, estando un poco sorprendido por la actitud de su novia, la dejó sola por un momento y buscó algo de ropa suya que había en la segunda habitación. Seleccionó ropa para él y algo cómodo para Stefania. Cuando caminó hasta la habitación principal para ofrecerle la ropa, ella ya estaba dormida. Sin querer despertarla, dejó la ropa sobre el gran sofá que había al lado contrario de la cama y salió directo a la cocina para hacerse algo ligero de comer.
Estaba acostumbrado a la seriedad repentina de Stefania, pero aún así, esta vez, lo consideró un poco innecesario. »Quizá sea el efecto del alcohol.« Comentó para si mismo e intento convencerse de aquel hecho.
Ya cuando había comido, se dio una rápida ducha y fue directo a la cama junto a Stefania. Ella estaba plácidamente dormida y él solo la observo detalladamente, como solía hacerlo siempre que podía. Toda ella era perfecta para él, no había nada que él jamás hubiera considerado mal en ella, nada que pudiera mejorar o cambiar...era perfecta...era ella...era la mujer que mas amaría en su vida hasta la muerte. La idea de perderle era algo que jamás pasaría por su cabeza...nunca...
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Crónicas de la adicción©
Novela JuvenilEl amor quizá puede ser una ilusión que se crea el ser humano y es que, como seres pensantes, siempre estamos en busca de algo a que aferrarnos e incluso depender. Nos volvemos adictos a lo que nos destruye. Somos adictos al amor. Las adicciones est...