Vida lo llaman.

O

Medid en suerte lo que queráis, para uno será que les toque la lotería, encontrarse X dinero en la calle, encontrar algo que creían perdido, o cientos de cosas más, mientras que para mi va a seguir siendo despertarme y ver que sigues ahí, aguantandome un día más sin razón aparente, que estés sin estar casi las veinticuatro horas del día pendiente de si estoy bien, mal, o de si te toca matar a alguien, te lo he dicho mil veces; no conozco mayor suerte que la de tenerte -aún sin hacerlo- que todo aquello que te pueda decir se va a quedar corto, que no, que claro que no me canso de escribirte, que ya sabes que hay cosas que no cambió por nada -como a ti-, que como tú mismo me dices todo lo que tiene principio tiene final, pero joder, no me cansaría de señalar tu corazón y decirte que yo quiero vivir ahí, que no hay mejor lugar en el mundo para quedarse una vida entera.
Que dormir sobre tu pecho, es reconstruir un corazón roto, que justo ahí está mi calma, que sólo tú sabes hacer de casa.
Que tal vez soy un desastre -lo sé-, pero tú te quedas aquí para verme sonreír, para hacer que no deje de hacerlo, y ahora, mi vida, te toca a ti -ser feliz-, así que escúchame, tal vez no sea el mejor momento, pero recuerda que el cielo es más oscuro cuando está apunto de amanecer;
Y no olvides que nunca he creído en la suerte que dicen que dan los tréboles de cuatro hojas, nunca, hasta que te conocí.