Capítulo 21 - Este es el fin.

526 23 5
                                    

No tenia claro aun el por qué lo estaba haciendo pero estaba consiente de lo que hacía y sabía que me arrepentiría en algún momento pero ¿qué podría perder?.

Continúe besándolo mientras mi cuerpo yacía encima del suyo moviéndose de arriba a abajo, la temperatura comenzó a subir y ambos comenzamos a deshacernos de nuestras prendas ya que, estorbaban ... Ya saben a que me refiero.

Seguí besándolo, aunque era algo complicado besarlo mientras me quitaba la ropa y me acomodaba debajo de él.
Ambos estábamos desnudos rezando para que papá no atravesara esa puerta, lo miré una vez más a los ojos antes de asentir y pedirle de la forma más sutíl que pude encontrar en mi vocabulario que ya era hora de que los dos hiciéramos la danza de pieles.

Él abrió mis piernas sin pedir permiso y se centró en ellas listo para entrar, suspire y lo hizo. De nuevo se sentía como si me estuvieran pellizcando repetidas veces mi interior pero a la vez se sentía la calidez de su miembro entrando y saliendo de mi al punto de llegar y sentirse excitante.
Me arqueé entregándome más a él, dándole mil y un motivos para que me amara y para que me hiciera suya cuantas veces quisiera.

Sus caderas chocaban con las mías y sus embestidas se hacían cada vez más fuertes y continuas. Sus labios rosaban mi oreja hasta llegar a mi cuello en donde llegó a chupar tan fuerte que me hizo un chupado el muy cabrón! Okno, lo estaba disfrutando, lo hacía y no quería que terminara.
Después de ambos habernos venido decidimos hacerlo de diferentes poses más, teníamos que aprovecharlo, quien sabe cuantas veces más tendríamos la oportunidad de hacerlo. Me posé encima de él y comencé a dar pequeños saltos con mis manos en su abdomen y su vista fija en mi; Se levantó y se sentó quedando aun más cerca de mi, comenzó a lamer mis pezones y yo me comencé a debilitar una vez más. Aceleré los saltos y comencé a hacerlos más seguidos, fuertes y rápidos.
Estaba llegando al climax una vez más y lo miré a los ojos, estaban perdidos y cristalinos pero llenos de amor, lo sabía, su frente sudaba al igual que todo su cuerpo y su cabello emparamado caía sobre su frente, me tomé la molestia de correr un mechón de esos y besarlo de nuevo, antes de venirme junto a él.

Estuvimos mucho tiempo en esa posición ya que, estábamos agotados y a ambos nos gustaba estar así, era nuestro lugar, no nos importaba nada más y yo no estaba siendo forzada a hacerlo, ambos sabíamos que estábamos haciendo y no queríamos dejar de hacerlo.

-Estas bien? - cuestionó.
-Sí, no ten preocupes, estoy mejor que nunca- Sonreí - Deberíamos irnos a bañar, apestamos.
- Me aborrece la idea... Pero me aborrece mucho más apestar a mierda- Sonrió y me miró- me ayudas a levantarme? Estoy agotado.
-No seas flojo y levántate tú- me burlé pero no duró hasta mucho ya que, de algo sirven los pucheros de éste idiota- Esta bien.
Le di la mano y me tiró de vuelta a la cama, junto a él.
-Eres una diosa haciendo el amor- musitó sin pena alguna.

Yo con mis cachetes colorados lo besé sin decir nada al respecto y disfrutando de tal vez nuestro último beso.

Enamorada De Mis SecuestradoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora