III.

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Baekhyun estaba vibrando. Solamente temblaba.

La reunión con sus padres no había salido bien. Sus padres habían gritado, se habían rehusado a la unión y habían forzado a Sehun a retirarse, también habían forzado a Baekhyun a regresar a su habitación. Había tomado a dos de los pajes del establo llevarlo hasta ahí y luego su padre había cerrado la puerta con pasador.

— Es por tu propio bien, Baekhyun. No necesitas unirte a un hombre tan horrendo a quien nadie más tolera ver, mucho menos quiere tener a su lado.

Se había escapado por la ventana.

Tenía suerte de que el arbusto hubiera amortiguado su caída, pero su tobillo estaba hinchado y el arbusto le había herido gravemente los brazos, rostro y garganta.

Pero se había calmado lo suficiente como para encontrar el camino y tratar de distinguir de qué lado estaba el sur con respecto al sol y comenzó a caminar.

Su furia lo había llevado bastante lejos, pero mientras más caminaba y se tropezaba, más temblaba. La furia alimentándolo.

¿Cómo se atrevían?

No lo querían.

Estaban preocupados de que se convirtiera en una carga, se preocupaban de quien se haría cargo de él cuando ellos ya no estuvieran.

Se tropezó y cayó sobre sus manos y rodillas, las pequeñas piedras en el camino penetrando su piel.

— Sehun —suspiró, tratando con todo su ser no llorar como un niño.

Pareció casi una eternidad antes de que una forma oscura con alas apareciera frente a él. 

— Baekhyun, belleza. Te he estado buscando durante horas. —Las cálidas y fuertes manos lo levantaron y abrazaron.

Fue en ese momento en el que las lágrimas llegaron, un llanto de alivio lo desgarraba mientras envolvía el cuello de Sehun con sus brazos, aferrándose a él. Esa voz lo conmovía y le decía que todo estaría bien. 

— Estaba intentando encontrarte.

— ¿Estás herido? ¿Puedes caminar? —Los labios de Sehun rozaron su mejilla—. Se acerca la noche, Baekhyun, debemos ir a casa.

— Sí, por favor, Sehun, llévame a casa. Puedo caminar. —Volteó su rostro para poder encontrar los labios del otro hombre, el dulce sabor a canela de la boca de Sehun lo llenaba de energía.

— Tengo un caballo. Vamos. Tus padres están... muy molestos conmigo. —Fue levantado del suelo y sostenido entre esos poderosos brazos.

— Aun así me tomaras como tu compañero de vida, ¿cierto, Sehun? Nos enfrentaremos juntos a ellos, ¿cierto? Quiero estar contigo, quiero ir a casa contigo. —Enterró su rostro en el cuello de Sehun—. Quiero pertenecerte.

— Sí, tú eres mi pareja, mi corazón. Mi hogar es el tuyo.

— Apresúrate, Sehun, llévanos a casa antes que el sol se oculte. Quiero pasar la noche en tus brazos.

El caballo de Sehun era veloz, los sonidos de su casa y del pueblo desapareciendo y siendo reemplazados por el olor fuerte a grama y a algo dulce.

— Jamás te dejaré ir, Baekhyun. Pelearé por ti.

— Y yo lucharé por permanecer a tu lado, Sehun. No permitiré que me lleven de tu lado. Ese es el lugar donde deseo estar.

Sehun lo abrazó fuertemente. 

— Este es el lugar a donde perteneces—labios rozaron su oído—. Anoche no tuve miedo.

Asintió, aliviado cuando el caballo por fin se detuvo, el olor a humo de madera y de la cena se podía sentir por el lugar, al igual que el de las flores que perfumaban ligeramente el aire.

— Este es el lugar al que pertenezco. —Susurró, sintiendo la verdad de las palabras.

— Sí, tu hogar. Donde eres amado profundamente.

Le mostró una sonrisa a Sehun, envuelto entre esas poderosas alas de su voz. 

— Guíame a la casa y ámame, Sehun.

— Sí, te amo. —Recibió un rápido beso, sus besos provocándole cosquillas—. Y te bañaré.

— ¿Huelo mal, Hun? —preguntó riendo. Y qué maravilla... que pudiera reír a pesar de todo el dolor y el enojo del día de hoy.

— Estás lleno de tierra y tus mejillas tienen rastros de lágrimas, tu cabello está enredado y... —Sehun le hizo cariño a su sien con la nariz, inhalando profundamente—. Hueles a mi compañero de vida.

Envolvió sus brazos alrededor del cuello de Sehun. 

—Y me pica todo, además hay heridas que duelen, —murmuró, consciente nuevamente de sus heridas ahora que se las habían recordado.

— Podemos bañarnos juntos en la tina, —fue levantado del caballo y envuelto por la calidez del cuerpo de Sehun... su hogar.

— Prepara el baño, Seojung, y también haz que nos lleven la cena. Baekhyun se quedará en casa para siempre.

Oh, le encantaba como se oía esa oración. Asintió sonriendo con felicidad. Sí, se quedaría en casa para siempre.

belleza auditiva | sebaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora