O... ¿Recordás la vez que te peleaste con nuestro profesor de matemáticas? ¿La vez que te sacó de su clase y no sé por qué me pidió amablemente que saliera y fuera a acompañarte?
Al final, vos terminaste acompañándome, pues yo estaba muy enojada por lo que el maestro había hecho -sacarme de su clase-.
Extraño eso, ¿sabes? Aunque no te importe saberlo, te lo confieso: lo extraño.
Extraño aquellos días en que vos podías ser enojado con todo el mundo, excepto conmigo; podías ser gruñón, pero conmigo eras la persona más dulce del mundo; podías ser impaciente para con todos, pero a mí me esperabas sin rechistar; podías ser frío con todos nuestros amiguitos, pero tu calidez era inmensa para conmigo.
Podías... Conjugado en tiempo pasado, seeeh, ya me di cuenta.