Hola, novia. (HN #2)

Especial.

Kath.

Bueno, creo que me siento emocionada, muy emocionada. ¡Pero qué digo! ¡Estoy que doy brincos! Extraño demasiado a Will, extraño mandarle notas amorosas como lo hacía. Sé que ya no es lo mismo, pero espero con todas mis ganas que lo vuelva hacer.

Sí, sé que hice mal en dejarlo, en engañar a Sharon, en engañarme a mí misma. Pero volví más fuerte. Es irónico que hace dos semanas estaba completamente perdida de que quería que Will fuese mi novio, y ahora que tengo esa oportunidad, lo rechazo.

Muchos dicen que le hago más daño ignorándolo, que antes, dejándolo. Pero ustedes no saben como me siento yo, hay un vacío en mi corazón, duele más que lo debería. Se supone que lo dejé por bien para él, pero por dentro los dos nos estamos rompiendo lentamente. En fin, sólo quiero estar con él.

Hoy es nuestra noche. Hoy sólo somos él y yo, no hay notas o Sharon, sólo nosotros.

Sharon estaba molesta, pero se le pasó el enojo sabiendo que Will jamás podría ser algo de ella, así que según ella, no tenía problema que saliera con Will. Duele porque es mi mejor amiga y ella lo ama, pero a la vez estoy feliz de poder salir con él, o al menos hablarle.

Mi celular hace un sonido indicándome que me ha llegado un mensaje, veo por la pantalla y se trata de Will. Rápidamente lo desbloqueo para poder contestarle. ¿Obsesionada yo? ¡Pero qué dicen!

De Dinosaurio:
«¿De qué color será tu vestido? (:»

De Dinosauria:
«Celeste... ¿Por?»

De Dinosaurio:
«No, por nada.»

De Dinosauria:
«Okay...»

Volví a bloquear mi celular lista para empezar arreglarme, era el primer baile al que iba con una pareja, y se sentía extraño. Nunca me preocupe por mi apariencia en este tipo de eventos, pero al ser Will mi acompañante, quiero lucir lo mejor posible.

Empecé tomando una ducha rápida, digo, nadie en un baile quiere oler mal. Como decimos las chicas, antes muertas que sencillas.

Al cabo de unos 20 minutos ya estaba completamente arreglada. Me di lo últimos toques y salí de mi baño.

Tomé mi mini bolso y mi celular que estaba cargándose. Apagué las luces de mi habitación y salí dispuesta a bajar.

Sentí el flash de mi celular en la cara, indicándome que me había llegado un mensaje nuevo.

De dinosaurio:
«Ya estoy afuera.»

Lo dejé en leído, me despedí de mis padres y salí dispuesta a tener una de las mejores noches en mi vida. De lejos pude divisar el auto de Will estacionado frente a mi casa, al verme bajó inmediatamente de su carro para luego abrir la puerta de copiloto. Le sonreí en forma de agradecimiento y luego me adentré.

Puse el cinturón de seguridad y luego vi como Will se sentó en su asiento correspondiente.

-Estás preciosa Kath -dijo sonriéndome ampliamente.

-Tú también -digo- quiero decir, tú estás guapo -digo muy nerviosa.

Se supone que le tenía confianza y todo, pero no sé qué pasa cuando estoy con él. No es lo mismo que estar con cartas, es más fácil para mí expresarme con cartas.

-No estés nerviosa Kath, no como, ni que fuera un caníbal -dice riendo un poco, luego de unos segundos, me contagio de su risa.

Cuando nos calmamos me dedico a decir: -Perdón, es sólo que esto es muy raro. Estoy acostumbrada a comunicarnos por mensajes o cartas, no oralmente.

-Está bien Kath, no hay problema -me guiña un ojo- bueno, quería preguntarte, ¿por qué últimamente te dedicas a ignorarme? Haces que nos distanciemos poco a poco, ¿qué pasó con nuestro hola, novio y hola, novia? Lo extraño.

Cierro los ojos fuertemente, ¿por qué lo hago? Nadie me lo pidió realmente, ni yo misma lo pedí. Sé que lo hice para no hacerle más daño, pero lamentablemente estoy haciéndole daño, nos estoy haciendo daño.

-No lo sé, no lo sé, dinosaurio.

Con esto, durante todo el viaje al instituto fue un silencio total, no era incomodo ni cómodo, era uno normal.

-Llegamos... -dijo mientras se estacionaba frente nuestro instituto.

Había parejas bajando de los autos, chicas con vestidos, chicos con trajes. La música se podía escuchar hasta donde estábamos parados. Ya saben, todo lo normal en un baile.

-¿Lista? -pregunta mientras sale de su asiento para cerrar la puerta. Estoy apunto de bajarme yo sola pero Will me gana y caballerosamente abre mi puerta.

-Lista -contesté su pregunta anterior.

-Pues señorita, tenemos un baile al que asistir -entrelazó su mano con la mía y me ayudó a bajar.

Nos adentramos en las instalaciones del colegio. Dimos nuestros boletos para luego entrar en el aérea de canchas de fútbol americano. Había gente por doquier, unos bailaban, unos tomaban sus líquidos correspondientes, y unos simplemente se quedaban criticando a las personas.

-¿Bailamos? -pregunto Will mientras nos dirigíamos más al centro. Asentí emocionada. No soy la mejor bailarina, pero se estaba cumpliendo mi sueño, bailar con el chico que amo. Sin duda, era lo mejor noche.

Una música lenta empezó a sonar, me recargué en el hombro de Will.

-Te amo Kath, te amo, novia.

Yo también te amo.