"No sacrificio, no dolor o gloria, tan solo éxito"

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"Dado que las flores del cerezo caen tras una breve floración, se han convertido sin duda en el icono de la belleza efímera de la vida"  


CAPÍTULO DOS. 

"No sacrificio, no dolor o gloria, tan solo éxito"


De un color blanco marmoleo, el suelo recubierto con fina madera caoba, altos cortinales rojo vino y una pequeña dama en el pórtico para recibirlos. Su cabello era de un dorado oscuro y sus ojos de un verde tan peculiar que Sasuke no pudo evitar mirarlos por un rato.

-General.- Pronuncia la mujer ayudando bajar el equipaje del ayudante Takashi.

-Mebebuki.-El hombre estira las piernas apenas esta bajo el coche-La señora Uchiha y su hijo. -presenta al tiempo que rebusca en los bolsillos su pipa.

-Habíamos estado esperándolos. -La adorable Mebuki esta hablando japonés, Mikoto sonríe, alegre de encontrarse nuevamente en su patria y con su gente, escuchar su idioma de un modo tan nativo la reconforta.

-Y nosotros venir...

Por fuera era preciosa y como espero ver, por dentro era impresionante, además de la madera que seguía el camino del umbral, los muebles iban a juego con la época y el silencio era etéreo pues pajarillos regodeaban cerca de las ventanas compartiendo lo que parecía una lombriz a sus polluelos, al chico azabache le pareció la cosa mas fascinante jamás encontrada.

-Es idéntico a usted señora. -murmuro encantada la mujer de ojos bonitos, los cuales se centraban ahora en el pequeño Sasuke.

-¡Pero claro que lo es!- Irrumpió el general soltando humos como vaporera entre ambas mujeres. -Me he dado cuenta desde que lo he mirado la primera vez, apuesto que este niño no podría mas que traer buenos artilugios a mi casa, las flores lo han elegido Mebiku, en la carroza.

Y Sasuke no podría estar mas acribillado de curiosidad al recordar la supuesta "leyenda" que tenia el general para él, cosa que en relación a la mirada que le lanzo su madre y al "Ande, niño Sasuke" de Mebuki realmente no le dieron tiempo a pensar.

Fue guiado escaleras arriba, pasando entre pasillos de varias puertas hasta que al fin se detuvieron en una, no muy lejos del fondo.

-¡Vaya!- Porque no era mas esplendorosa que su  habitación en Londres; lo que tenia la alcoba a la que lo condujo Mebuki era un aire de pureza tan grande que lo tranquilizo de inmediato, ni colores recios, ni libros aburridos, ni pinturas de gente con cara deformada o muebles que murmuraban cosas, solo una amplia ventana abierta de par en par con vista a los preciosos arboles Sakura.

-Y espere ver el comedor y la biblioteca, apuesto a que le encantaran, niño Sasuke.

Lo dudaba, pero aun así sonrió con educación y condescendencia.

Amaba observar, formular, deducir y finalmente aprender, amaba tocar el piano, amaba hablar muchos idiomas pero detestaba que todas aquellas cosas le fuesen impuestas por obligación. El sentarse en el banquillo por llamado del general y recitar claro de luna con su madre pasando las paginas en lugar de mirar por la ventana el precioso paisaje y oler, de manera muy sutil, el perfume de las flores le hicieron pensar que solo quizás el estar allí seria un satirio, debía encontrar alguna cosa en la que convencer a los demás de que se entretenía.

EFECTO ELIPSIS ||SasuSaku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora