Skinny Jeans ➳ Justin Bieber

Capítulo catorce.

❝JEANS QUEMADOS❞

CASSIE HILL

— Te juro que no fue mi intención quemarla— le dije rápidamente, no quería que se moleste conmigo, no cuando nuestra relación estaba creciendo cada vez más. Nunca creí llegar a entablar una amistad con el, y ahora que lo estaba haciendo, no pensaba desaprovecharla.

— Mis jeans..— se acerco a mi quitándomelo de las manos de una manera un poco brusca haciendo que me encoja de hombros— era mi favorito.

En ese momento un sentimiento de culpa invadió todo mi cuerpo y me maldecí interiormente por ser tan estúpida.

— ¿Justin, podemos hablar?— pregunto Chaz saliendo de su carpa, pero al ver los jeans quemados en las manos de Justin se quedo estático.

— Lo siento— me disculpe con tono de arrepentimiento una vez más.

— Iré al auto un momento.— dijo duramente retirándose de ahí. Yo me encorve un mi sitio bajando la cabeza y escondiendo mi cara con mi cabello despeinado. Lo mas probable, es que se haya molestado, seguramente toda probabilidad de que sigamos siendo amigos se había esfumado ahora.

— Vaya, tu si que sabes como malograr las cosas— Chaz habló de repente. mi mirada se dirigió hacia el y lo quede mirando detenidamente tratando de descifrar que es lo que quería decir— esos eran los jeans que le regaló su padre, no se mucho de la historia pero de lo poco que me dijo, se lo había comprado en la ultima de las pocas salidas que habían hecho. Es por eso que es tan especial para el— explicó.

La culpa creció más hasta el punto de que mis ojos se aguaron pero no llegaron a salir lágrimas. Me puse a imaginar cómo debe de ser tener una relación de distanciamiento con un padre, no nunca lo había experimentado ya que mi familia era casi perfecta, mis padres nunca se pelaban, y aparte, era hija única.

— Yo... tengo sueño. Me iré a dormir —le dije metiéndome a mi carpa sin despedirme, quería pasar tiempo a solas. Me cambie con mi pijama incómodamente ya que la carpa era pequeña y me adentré a mi slipping tratando de dormir pero mis esfuerzos fallaron.

No podía dormir así, primero, porque era muy temprano para dormir, y segundo porque tenía que ir a hablar con Justin. Me levante decidida a ir a hablar con él pero alguien entró apresuradamente a la carpa antes de que yo pudiera salir.

Era Justin.

— ¿Vas a dormir? —me pregunto entrando y tiempo después cerrando la carpa.

— Si, estoy algo cansada —mire fijamente sus movimientos, él se quiso los zapatos y se adentró al slipping, permaneció sentado igual que yo— En serio lo siento, nunca fue mi intención quemar los jeans...

— Lo sé —me interrumpió viéndome, yo me tape la cara con las manos tratando de reprimir las lágrimas que iban a salir, odiaba ser tan sensible.

— Lamento haberte hablado así. Es solo que al ver los jeans... —se callo por unos segundos— quemados, solo no supe cómo reaccionar. Te parecerá tonto que me moleste por algo así, pero la verdad es que esos Jeans tienen historia.

— No te preocupes, tuviste todo el derecho de reaccionar así, esos Jeans eran importantes para ti y yo los queme, como lo siento.— no podía dejar de disculparme con él.

— Solo quiero dormir un poco— se recostó. Yo asentí rápidamente imitando su acción dándole la espalda— Cassie—
susurró luego de unos segundos y yo inmediatamente me voltee a verlo, mis manos volvieron a sudar— sé que es un poco atrevido de mi parte pero en serio lo necesito —suspiro— ¿Me abrazarías?

Mi corazón empezó a latir rápido y sentí algo un poco doloroso en mi estomago. Él quería yo lo abrace.

— Claro —dije dificultosamente.

No me iba a negar, ya que ganas no me faltaban pero mi timidez no dejaba que yo de el primer paso. Así que cuando Justin vio que no me iba acercar, él se rió acercándose a mí.

Envolvió un brazo en mi cadera y escondió su rostro en mi cuello, yo sentía su respiración y la sensación era inexplicable, lentamente puse mis brazos al rededor de su torso y poco a poco él hizo que me acercara más a su cuerpo.

— Sabes que los Jeans que por accidente quedaste son con los que me viste la primera vez— me dijo tomándome por completa sorpresa.

— ¿Que?

— Lo recuerdo bien, había llegado al salón, era mi primer día y quería empezar de cero, ya sabes, empezar a ser responsable. Recuerdo que tú llegaste tarde esa clase y que la profesora Villinsky te gritó, pero después de tanta insistencia tuya, te dejo pasar. Luego me llamó para que me presente a la clase y mientras lo hacía te vi, te me habías quedado mirando con la boca entre abierta y no parabas de verme de arriba abajo. Me pareciste tierna.

Todo mi mundo pareció detenerse, el se había dado cuenta de la atracción que sentía por él desde el primer día que lo había visto.