1980
Corría apresurada por la estación de tren, sin importarle empujar a la gente mientras se abría camino. Alcanzó a ver el andén que le correspondía y como pudo aceleró su carrera. Para su suerte, el tren aún no había salido. Entró en un vagón, miró su billete y buscó su asiento.
El vagón iba lleno y le fue un poco difícil acomodar la gran cantidad de bolsas que cargaba. Con torpeza colocó las más ligeras en los compartimentos superiores mientras que las más pesadas los puso a sus pies.
Se sentó y soltó un suspiro. Abrió su bolso y sacó un pequeño espejo. Se sorprendió al ver los pelos que tenía, todos desordenados y alborotados. Soltó una risa y se peinó. Guardó el espejo y se acomodó en el asiento.
Aquel día fue muy ajetreado y agobiante. Casi no tuvo tiempo de comprar los regalos para sus hijos. Ese día era el cumpleaños de ambos. Sí, había sido bendecida con un par de preciosos niños. Lamentablemente su marido había muerto cuando ellos todavía eran muy pequeños, por lo que se tuvo que ocupar de todo ella sola. Además no estaban pasando por el mejor momento económicamente y se vio obligada a trabajar más horas para mantener a la familia.
Los pequeños cuando a ella le tocaban horas extras se quedaban con los vecinos que también tenían hijos de su edad. Eso la tranquilizaba, sabía que estaban protegidos mientras estaba fuera.
Giró la cabeza para ver como el tren avanzaba a gran velocidad. Miró el reloj. "Muy tarde", se dijo. Les prometió a sus hijos que ese día llegaría a casa temprano para poder hacer una fiesta de cumpleaños, pero su jefe le dio un trabajo en el último momento y no pudo hacerlo. Tuvo suerte de salir y comprar todo lo necesario. Los regalos ya los tenía pensados, por lo que fue absolutamente veloz al comprarlos.
Una hora, le quedaba una hora de viaje. Cerró los ojos y maldijo el que tuviera que desplazarse todos los días tantos kilómetros, pero tenía que hacerlo, por ella y por sus angelitos.
Durmió el resto del trayecto y despertó justo cuando una voz avisaba que estaban llegando a su parada. Se levantó, recogió las bolsas y se encaminó hacia la puerta, esperando a que el tren se detuviera.
Una vez abajo se tomó un momento para coger aire y comenzar a caminar apresuradamente hasta la salida. Como se le hacía tarde decidió hacer un pequeño sacrificio y coger un taxi para llegar cuanto antes a casa. Corrió al primero que vio, el taxista salió del coche y le ayudó a guardar las bolsas en el maletero. Hizo una reverencia agradecida y se metió en el automóvil. Dio la dirección y le pidió al conductor si se podía dar un poco de prisa.
Sacó el móvil del bolsillo de su chaqueta y buscó en su agenda el número de teléfono de su vecina. Se lo llevó a la oreja y esperó a que conectara con el servidor. Tras unos cuantos pitidos, una voz le informó que el número al que llamaba estaba apagado o fuera de cobertura. Hizo una mueca y se encogió de hombros.
Guardó el teléfono y sacó su cartera, dónde llevaba un par de pequeñas fotos de sus niños. Sonrió mientras pasaba de una foto a otra. Se paró en una concretamente. Esa era su foto favorita sin duda. Aparecían sus dos hijos mirando a la cámara con las sonrisas más brillantes que hubo visto alguna vez. El día que había sacado esa foto, había salido de excursión. Fueron a un lago cercano a la ciudad donde vivían. El día fue perfecto, el sol estuvo iluminando siempre desde el cielo, ninguna nube le quitó protagonismo. Se bañaron en el lago, jugaron mucho y se sacaron un montón de fotos.
No podía creer lo rápido que pasaba el tiempo y que sus pequeños ya cumplieran 9 años. Mirando atrás en el tiempo y en el presente se dijo que pasaron por momentos muy malos, pero en ese momento estaban felices, o así se sentía ella.
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Promise [ChanBaek]
FanfictionBaekHyun solo quería tranquilidad, volver a su casa y empezar a escribir su libro. Pero ese pasado lo atormenta y lo persigue. Cosas extrañas empiezan a pasar a su alrededor. Y tiene miedo. ChanYeol es un licenciado en parapsicología que recibe un...