Capítulo 4: Past

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Primer día de instituto y no podía empezar mejor. El sol brillaba, el cielo era de un azul tan bonito que casi parecía una fotografía, y se podía oler la llegada de la primavera en el aire. Para que iba a mentir, estaba emocionado. Y mucho. Ya tenía 16 años, se sentía mayor y el pensamiento de que en tres años todo eso ya habría acabado le animaba. Sí, JongDae era positivo, y mucho, tanto que a veces irritaba a sus amigos viéndole el lado bueno a las cosas cuando no lo tenían.

Después de que el bus lo dejara en una parada cercana al edificio que era su instituto, caminó un trecho hasta la entrada de este. Se quitó los auriculares que llevaba puestos para escuchar música al divisar a su mejor amiga allí delante.

―¡Amber! ―gritó levantando una mano para que lo viera.

La rubia se giró al escucharle y lo saludó de vuelta. JongDae aceleró su paso para encontrarse antes con ella. Una vez llegó a su lado, le pasó un brazo por los hombros y caminaron juntos a dentro.

―Hola, Chen.

Amber le había puesto ese apodo hacía unos años atrás. En realidad no fue a propósito. Un día después de clases mientras volvían a casa, se estuvieron riendo de un chico que les caía como el culo llamado ChanHee y Amber entre risas y por un lapsus producido por ella, le llamó sin querer Chen y ahí quedó para siempre.

Mientras caminaban al auditorio donde darían el discurso de inicio de curso, un niño pasó por su lado corriendo, empujando a Amber con el hombro. Ella al ver que el chico no se detenía a disculparse empezó a gritar una sarta de insultos. JongDae le tapó la boca con una mano, no quería llamar ese tipo de atención el primer día, aunque ya se conocían prácticamente todos allí. La chica una vez se hubo calmado empezó a murmurar cosas sobre que los niños de hoy en día no tenían educación alguna.

Al llegar al auditorio se encontraron con otros de sus amigos Jimin, Kibum y YoungJae. Ellos los saludaron con una mano cuando se acercaron a ellos. Una vez sonó el timbre, entraron todos en la sala y se acomodaron esperando a que el director y algunos profesores dieran el mismo discurso aburrido de siempre. Una vez acabado, se les asignaron las clase y JongDae maldijo porque no le había tocado con ninguno de sus amigos. Hizo un puchero y los demás se rieron de él, aunque luego le dieron unas palmaditas de ánimo en la espalda.

JongDae caminó sin muchas ganas por los pasillos hasta llegar al aula 4-C. Se asomó y vio que aún faltaba mucha gente por llegar. Sonrió para sí, pues de esta manera tendría la oportunidad de coger el asiento que más le gustaba y eso significaba al fondo y al lado de la ventana.

Se dirigió a su nuevo sitio con ánimos renovados, pues él era Kim JongDae y siempre le veía el lado positivo a todo. Se sentó y se quedó en blanco, ¿qué hacía ahora? Sus amigos no estaban y él era una persona que se aburría con facilidad. Escaneó con su mirada toda la clase, analizando los pocos alumnos que había en ella y se sobresaltó un poco cuando posó sus ojos en la persona que estaba justo a su lado. No se había dado cuenta de que había alguien allí.

Entrecerró sus ojos, analizándolo de una manera más estricta. Era un chico, con el pelo negro y piel blanca, muy blanca. Tenía los ojos pintados con delineador negro y eso lo sorprendió bastante, ¿qué chico se maquillaba para ir al instituto? Observó con más atención y notó que su expresión era bastante sombría y molesta, como si no tuviera ganas de estar allí. Pero eso era solo lo que se podía notar de manera superficial. JongDae, aparte de ser una persona muy alegre, era muy observador y más que eso se daba cuenta de cosas que la gente normalmente pasa por alto. De esa manera, percibió que la forma en la que el chico fruncía el ceño no era solamente porque no tuviera ganas de ir a clase.

Promise [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora