Un Vals desde el infierno.

prólogo

"La felicidad es la sensación de que el poder se incrementa"
El anticristo.
- ¿Qué puede decir a todo lo paso entre nosotros?, piensas que fue un juego, que puedes ir a todos lados haciendo destrozos y luego huyendo, como el cobarde que eres. Me doy asco, sólo te llenaste de orgullo a costa mía, sólo me usaste. Entraste a mi vida, sólo para que deseará volver a morir.
- No me sentía bien a tu lado...
- Eres un hijo de p...
En ese momento la toma entre sus brazos, toca delicadamente su cadera, le mira a los ojos, se intoxica aspirando el olor de su nuca y la besa. En sus labios se manchan de un rojo carmesí y el dulce sabor de la sangre inunda su paladar; introduce la hoja del cuchillo hasta el fondo y ella comienza a gritar de placer en su oído.
- Te amo
Le dice mientras besa su cuello y lo muerde con suavidad.
- Te veré en el infierno amor mío.
La deja caer al suelo y contempló su reflejo en el charco de sangre, viendo en lo que se había convertido. No podía hacer nada más, que reír y lo hizo tan fuerte que sus ojos se torcieron de forma aterradora, como si ya no perteneciera a este mundo. Se dejo caer de rodillas y bebió, se atragantó de la sangre de su amada hasta quedar satisfecho; no podía dejar de sentirse tan exictado, nunca había estado tan lleno de vida. En medio del frenesí, desgarra la ropa del cuerpo sin vida de su amada y eyacula sobre su rostro, dando por terminado el festín.
Aspira una línea de cocaína, se limpia la nariz y deja el lugar. Sin antes llevarse consigo un mechón de su cabello, para tenerlo como trofeo.