3. Casi vi la luz

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El doctor pudo controlar la alergia de Emma y mi tensión disminuyó. Le puso una inyección y se le pasó el enrojecimiento.

Todas salimos del hospital al aparcamiento. El aire frío me choca en la cara.

Llegamos hasta el estacionamiento.

-Chicas, no creo que todas alcancen en mi carro- Anuncia Sam. 

-No importa, yo me iré en taxi- me ofrezco. Emma debería agradecer que no iré con ella para molestarla, pero con Samantha al volante sería un suicidio.

-Te acompaño- habla Vanesa. Nos despedimos y caminos varias cuadras para buscar un taxi. Llegamos a una desolada calle, en verdad no se diferencia de las demás calles.

Maravillosa idea de no traer abrigo.

-Zoe, mi casa es por aquí, te invito a cenar-Apunta su dedo a la derecha y me brinda una sonrisa amable. Obviamente ya era muy tarde como para quedarme en casa de una amiga.

-No gracias Vane, llamaré a alguien para que venga a recogerme- la sonrío.

-Está bien, adiós- la despido.

Sigo caminando hasta llegar a la siguiente esquina y busco mi celular. Toco mis bolsillos delanteros, mis bolsillos traseros y no lo encuentro. Oh oh, olvidé mi celular en casa.

Hace frío y estoy abandonada en medio de la nada. ¡Y sin celular! Tengo dos opciones: ir a casa de Vanesa o... bueno es la única opción.

Camino por la calle ya que no hay carros, tengo la mirada fija en mis botas pateando piedras.

Mi mente divaga con pensamientos respecto a la universidad, en algún momento tendré que definir qué deseo hacer con mi vida. Antes pensaba en estudiar medicina, pero no se me da muy bien con las agujas, en algún momento también pensé en derecho, pero no me convence del todo.

Y entonces escucho un fuerte claxon y caigo al suelo por el susto de que casi me impacta un auto. Las luces están empañándome la vista de lo cerca que están.

- ¡¿Acaso no te fijas por dónde vas?!- le grito desde el suelo a la figura que sale del automóvil. Con un brazo trato de tapar mis ojos para no quedar ciega.

-Lo siento, pero creo que tú eres la que andaba por el camino incorrecto- dice esa figura. Acerca su rostro a la luz y me da la mano. Tiene unos hermosos ojos, o eso es lo que creo ver.

¿Estoy en el cielo y este un ángel que vino a rescatarme? No cojuda, esta es la Tierra y este imbécil estuvo apunto de los puntos de mandarte allá.

Me ofrece su mano para levantarme y la tomo.

-Pero qué guapa-dice con el rostro cerca al mío.

-Tú eres un inepto que casi me atropella- le digo fastidiada.

-Quién te manda a caminar por la pista- dice con un tono tosco.

-No es de tu incumbencia-... ángel guapo y entrometido

-Pues gracias- sonríe ¿Lo dije en voz alta? Demonios.

-Ya que "casi te mato", puedo llevarte a casa si deseas- Me burlaría en su cara de lo ridículo que suena ese tonito que usan los hombres para ligar. Y como yo no poseo mucho auto control me parto de la risa en su cara.

-¿Qué es tan gracioso?- me mira confuso.

-Nada-

Le suelto la mano, que no sabía que aun sostenía hasta ahora, doy media vuelta y sigo caminando a mi destino.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2021 ⏰

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