30 Días, Empiezan Hoy

Día 1 (Parte 3)

Kate.

Me desperté con el telefóno me timbraba como loco como si tuviera una convulsión, que estúpido comentario Kate!!! Me regañe a mi misma.

Veía los mensajes de un grupo que me metieron y los mensajes de Johana, los ignoré y estaba apunto de levantarme, pero tocaron el timbre, ya llegaron! Me vi y parecía un zombie, me arreglé un poco el pelo con mis dedos y bajé rápidamente las escaleras para ver quién había llegado.

— ¡Hola Kate! — dijeron sus amigas y una chica.

— Oh ella es mi prima Jennifer, te quería avisar pero tenías el celular...umm... fuera de línea? — hizo una mueca Johana.

— ¡Ops! — digo  sonriendo tímidamente — ¡Bueno que esperan! Vamos para hacer las galletas con mi Nona! — digo y les hago paso, y saludo a Jennifer con una sonrisa. Ella me devuelve haciéndome la mano. Cierro la puerta y entramos a la cocina, dónde esta mi nona?

— Chicas, aquí estoy — dijo Mary tenía un cuchillo en la mano —ella observa mi mirada hacia él cuchillo — oh estaba ayudando a tu hermano Kate me dijo que le ayudara a cortar un cartón — dijo sonriendo cálidamente.

— Oh, tranquila, Mary ella es Jennifer — digo presentándolas a las dos.

— Un gusto Jennifer — dijo dándole la mano con una sonrisa.

— Lo mismo digo — dijo Jennifer tímida, Jennifer es muy bajita, creo que parece un pequeño duende, que mala soy, pero su pelo es tan suave y lindo, desde lejos parece, sus ojos son verdes y usa una blusa de flores y un pantalón de mezclillas y obvio que con ese conjunto nunca faltan las famosas Converses negras.

Empezamos a hacer las galletas, hicimos un desastre en la cocina. De verdad la cocina no es para mi, ahora que haré en él futuro para mis hijos, ya sé cereal. Muy buena idea Kate.

— Chicas vayan arriba yo las pongo en el horno, les avisare cuándo estén listas — dijo Mary agarrando la bandeja donde estaban las galletas? Diría yo que son galletas.

Sonreímos y fuimos corriendo a mi habitación.

— ¿Qué tal si vemos una película? — propuso Mayreli.

— ¿De qué? — preguntó Johana

— ¡De terror! — dijo Jennifer casi gritando.

— Si una de terror "El hombre de la esquina"  — dije sacándola del cajon lleno de películas ordenado de una manera peculiar. O sea lo acabé de ordenar y debo admitir que me quedó lindo él ordenado.

La pongo en el DVD, y ponemos play, nada de palomitas, solo nuestros ojos viendo la pantalla de mi habitación. Mientras que pasan algunos gritos, y no aguantaban cuando me asustaba, la verdad me daba mucho miedo, casi hasta me tiro por la ventana.

— ¡No lo hagas! — gritó

— Lo siento mucho — se echó a reír.

La mujer grita cuando el cuchillo se dirije hacía a ella.

— Dulce veng...

De repente la luz se va ay si que casualidad no, en la parte más buena, se va, estúpido televisor. Mejor dicho estúpida luz!

— ¡Se fue la luz! Y se estaba poniendo buena! — dice Jennifer gruñendo, bueno no soy la única que me molesté.

Hubo un silencio... Hasta que unas voces empezaron a resonar por toda la habitación...

— Chicas... Escuchan... Eso...? — digo susurrando y mirando hacia toda mi habitación.

Sonaba de fondo un bebé llorando y unas voces diciendo "29 días", "muerte", "venganza".

¿Cómo sabían de lo de 29 días?

— Tengo miedo — susurra Johana.

La ventana se abre de repente rompiéndose en pedazitos, la cortina se mueve de una manera brutal... Y yo grito del susto junto con Johana.

La puerta del armario se abre y se cierra y hace un ruido espantoso.

Gritamos al ver una sombra de un hombre en la esquina con un cuchillo.

Diosito no te hice nada!

Hasta que se escucha una carcajada y se prenden las luces, ahí estaba Jack y atrás estaba Patrick y Max, se estaban burlando. Genial.

— ¡Inútiles! — digo furiosa — saben casi me da él infarto del año!

Las chicas estaban de acuerdo y empezaron a pegarles, estúpidos.

Mientras que ellos están en el piso muriéndose de la risa...
En serio?!

— Sus caras fueron épicas, - dijo Jack riéndose mientras se agarraba el estómago.

— ¿Pero cómo hicieron para que se rompiera la ventana? — Preguntó Mayreli, uh buena pregunta.

Los chicos callaron sus risas y se miraron entre ellos.

¿Qué pasó?

— No lo sabemos — dijieron los 3 con los ojos abiertos.

— ¡Ya están listas las galletas! — cantó Mary.

Gracias por leer.