Día 2 (Parte 4)

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Patrick.

Ya por fin llegó la hora de ir a rescatar a mi hermana. Ya todos nosotros estamos listos, para lo que pasará, sabemos que sólo tengo que ir yo. Pero tenemos un plan.

Todos van a ir en un carro a parte, yo iré también en un carro. Ahorita mismo estoy manejando hacia el lugar que me dijieron, las calles de Houston estaban muy tranquilas, no había tanta gente como siempre suele serlo y eso que hoy es día feriado. Visualicé el lugar que me dijeron y me estacioné de manera correcta, todo tenía que salir a la perfección.

Abrí la puerta del auto, giré mi cabeza ya habían llegado. Tengo que hacer esto rápido, cerré la puerta, y derecho fui al gran portal que separaba para rescatar a Kate, era de color negro y tenía una decoración muy peculiar, son como púas que   están en toda la puerta con unas bolas de color blanco. Buena decoración.

Toqué el timbre y sonó como si fuera los del castillo, esperé a que abrieran, pero me dijieron;

¿Quién eres?

—Patrick.

Redmondcompleté, poniéndome la mano en la nuca, si eres tonto Patrick.

*ABRIENDO LA PUERTA* *ABRIENDO LA PUERTA*

Hice la señal para que todos entraran rápido, y pasé. Mi piel se erizó no sabía si éste plan iba a funcionar, estoy rogando que sí.

Esto de verdad parece un castillo, no mejor dicho una mezcla entre castillo y cárcel, la pared estaba echa de rocas, el suelo era de madera, que soltaba un chillido muy desagradable al pisarlo, eso está mal para el plan. Habían guardianes al rededor, me di cuenta que sólo eran de juguetes. Y los candelabros que colgaban del techo, echo de un material que no conozco.

— ¿Se te perdió algo? — escuché antes de que me durmiera en un profundo sueño.

Mayreli.

Estábamos todos bien, lo único que se arrinuo fue que perdimos a Párroco de vista, llegamos a un lugar muy tenebroso, lleno de telarañas yo estaba más asustada, y peor que era la primera, volteo hacia atrás para ver si están todos, cuando veo que no, de repente una sombra fe un hombre en la esquina, me asustó, mi corazón palpitaba muy fuerte, yo de tonta me quedé ahí paralizada, la sombra se quedaba ahí, no me quedaba nada más que hacer lo primero que se me ocurrió fue correr.

Fui bajando todas las escaleras y vi a todos tirados en el piso, inconscientes.

VEN ACÁ NO SE CORRE POR LAS ESCALERAS.

— ¡NOOOOO! — grité mientras me caía por las escaleras, y de ahí ya no supe más sino todo negro.

Lo hicimos, amor.

Gracias por leer.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2016 ⏰

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