Había llegado al aeropuerto de Venezuela luego de muchas horas de viaje, me levanté de mi asiento creyendo que había perdido mi trasero en ese sillón, fui a buscar mis maletas y tomé un taxi y me fuí directo a mi casa.
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-¡Amanda! -grite para que me escuchara llegar.
-Ahhhhh- La escuché gritar
Amanda, mi compañera de casa, era una chica loca, y pensándolo bien, creo que por eso era mi amiga.-No encuentro mis llaves mujer,¿y las tuyas?- dijo en el momento que abrió la puerta.
-En alguna maleta Amanda, quizás hasta en Italia las haya dejado, que se yo, estoy agotada apúrate o te mataré.- Solté empezando a agobiarme.El problema de nunca acabar entre Amanda y yo, éramos un asco con las llaves.
Amanda había sido una de las chicas que había conocido mientras estudiaba, no era lesbiana, ni bisexual, ni un poco cerca de eso, era hetero, y una fantástica amiga. Vivíamos juntas desde entonces, y tiempo después, seguimos igual.
Al entrar a la casa deje mis maletas, en la sala y fueia lanzarme a mi cama, Amanda iba detrás de mi preguntándome un monto de cosas.
-Me agobias mujer, estoy cansada déjame dormir un rato y me despertaré con toda las ganas del mundo de contarte cosas- dije
-Esta bien- Dijo a regañadientes mientras cerraba la puerta de un portazo.
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Para cuando me levanté ya era de noche, mi estomago rugió, me levanté para hacerme algo de comer, al ir a la sala encontré a Amanda acostada en el mueble.
-¿No me has preparado nada de comida?- Pregunté
-Nada amiga mía, no me he movido de acá.
-Estas amigas que me gano yo, dios mio- Dije al mismo tiempo que rodaba los ojos.
-¿Quieres pedir mejor una pizza?- Dijo sin verme mientras cambiaba de canal.
-Si, eso está mucho mejor-Solté mientras tomaba el teléfono para llamar.
Al llegar la pizza, saltamos al mueble a comer, al mismo tiempo que poníamos una película, la veo comer y me doy cuenta de cuanto extrañabas estas cosas.
-¿Me contaras todo lo que hiciste en Italia?- Soltó Amanda de repente.
-Está bien, la historia es muy larga-
-Tengo bastante tiempo- Dijo con suficiencia y aparente emoción.
Empecé a contarle cada experiencia, cada historia loca de las cuales había vivido en Italia, todo lo que había visto, nuestra charla duró horas, la pizza se había acabado, también el refresco.
-¡Dios mio, pero cuantas cosas!- Pegó un grito Amanda
-Amé a Italia, solo te puedo decir, y volveré. Ya es un poco tarde Amanda, mañana tengo que salir temprano.
-¿Ya tan rápido vas a volver a trabajar?
-No era lo planeado, pero creo que si. Me dijeron que es un trabajo que no puedo desperdiciar- Dije,mirando hacia el vació.
-¿Viajaras?- Preguntó
-Lo mas probable.
-Te encanta dejarme sola, te odio por eso.- Soltó un poco enojada.
-Nadie te manda a ser amiga de una mujer que vive de un trabajo que es viajar, y que lo ama por eso.- Dije con una sonrisa burlona en mi cara.
-Te costará caro, este viaje- Soltó con una sonrisa maliciosa.
-¿Y eso porqué?
-Por que vas a tener que traerme bastante cosas del lugar a donde vas.
-Eso es un chantaje bastante malo siempre te traigo muchas cosas de los lugares a donde voy Amanda.
-Pues está vez, tendrás que esforzaste más- Dijo riendo.
-Empecé a reírme, no te soporto Amanda. Me iré a dormir, hasta mañana Manda.
-Ciao Helena. Antes que te vayas, ¿has sabido algo de las dos innombrables?
Antes que me fuera a acostar, escuché su pregunta y sentí mi corazón encogerse un poco.
-No- Solté, y me fui a dormir.
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Il suo sguardo (Su mirada)
RomanceHelena amaba viajar, y su trabajo le proporcionaba eso, sin embargo, estaba agotada de muchas cosas, lo que la hizo tomar unas vacaciones a Italia. Pero todas vacaciones en algún momento acaban, tenía que volver al trabajo y para su buena suerte, t...