Il suo sguardo (Su mirada)

No puedo verla

RINNNNN RINNNNN

El despertador de mi teléfono empezó a sonar, no tenia ningunas ganas de levantarme, a los pocos minutos Alejandra empezó a tocar a mi puerta.

-Solo quiero dormir más- Dije mientras abría la puerta.

-Pues lamento informarte que no será así, hay que trabajar.

En pocos minutos tuve que ducharme y arreglarme, hoy empezaríamos a trabajar de lleno. Yendo por un late antes de empezar nuestro día.

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Para cuando me dí cuenta, ya era el medio día, ya habíamos visitado el Salón donde se realizaría el evento y gracias a mucha insistencia logramos conseguirlo. Hacia algunas llamadas, cuando sentí mi estomago rugir. Tenia hambre y quería comer.

-Ale, vamos a darnos un descanso, tengo hambre, le dije mientras íbamos caminando.

-Te invito a comer, va a ir Andrea.

En ese momento volví a pensar en Isabella, quería saber de ella.

-¿Va Isabella?- Pregunté sin rodeos.

-Eres una picarona- Dijo Ale, burlándose de mi. -Eso le pregunté a Andrea y me había dicho que ha tenido que viajar pronto a Quevedo-.

-¿Por cuanto tiempo pregunté un poco desilusionada?-.

-Eso pregúntaselo a Andrea, vamos que ya nos espera-.

Para cuando llegamos al restaurante, ya Andrea nos esperaba sentada.

-Hola- Dijo cuando nos sentamos en la mesa.

-Hola le dije- Mientra me sentaba-.

El lugar era realmente bonito, yo sólo esperaba que la comida también. Nos trajeron el menú, yo había pedido lo mismo que las muchachas, según acá era la especialidad, quería probar a ver que tal.

-Está deliciosa la comida- comentaba mientras estaba por terminar mi plato. Durante todo el rato que estuvimos ahí hablamos de los sitios turísticos, a que nos dedicábamos, nuestros viajes he infinidades de cosas, quería preguntar sobre isabella, sin embargo no lo hice.

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-Fue un placer comer con ustedes- decía Andrea
-Lo mismo digo- contesté.

Luego de una larga despedida entre Alejandra y Andrea, por fin nos íbamos. Tendríamos que visitar algunos negocios a ver cual nos convenía más, estar en un lugar del cual no conoces nada y organizar un evento era siempre un verdadera desafío.

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-¿Anotaste todo?- pregunté a Ale
-Creo que si-. Contestó mirando la agenda y aunque garabetenado en ella.
-Es todo por hoy-. Dije. Estaba cansada, habíamos pasado todo el día caminando y tomando taxis, sin contar todas las veces que nos perdimos. - tienes que averiguar si existe un sitio acá donde podamos alquilar un carro de verdad lo necesitamos- solté.

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Al llegar al hotel lo primero que hice fue echarme un baño, las noches en Quito eran realmente frías, bendito sean los calentadores de agua. Luego de pedir servicio a la habitación ya que no tenía ninguna intención de salir de nuevo, me acomodé en mi cama y tomé mi laptop.

-Servicio a la habitación- escuché al otro lado de la puerta.

Ya había llegado mi comida, pensé hambrienta. Me levanté de la cama abriendo la puerta de la habitación.

-Gracias- Dije mientras tomaba mi comida y le daba algo de dinero.

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Escuchaba a lo lejos como sonaba mi teléfono, no queria levantarme. Luego que sonara varías veces, no tuve más remedio que levantarme, estaba de mal humor, sólo queria seguir durmiendo.

-¿ qúien habla? - Pregunté molesta.

-Oush ¿te desperté? - Preguntó de vuelta.

Era la voz de una chica, me fuí despertando no reconocía del todo ésa voz.

-Si, me has despertado- dije ahora cón una voz más suave. Queria saber quien era esa chica. -¿Quien habla?- Volví a preguntar.

-Isabella- soltó.
Me atraganté un poco cuando escuché ese nombre.

- Hola- fué lo unico qúe pude decir, aún estába sorprendida, como obtendria mi número.

- ¿ como estás? -. preguntó. -Quería verte el otro día, luego de la disco, lástima que tuve que viajar.

-Estoy bien-. Contesté más repuesta por la sorpresa que Isabella me estuviera llamando. - ¿Y tu?, hoy que esperaba verte me he enterado qúe has tenido que viajar, vaya suerte qúe tengo yo- dije.

-Lo mísmo digo- contestó. - Estoy bien, aúnque estuviera mejor si pudiera estar allá.

-Eso sería realmente bueno, ¿Cuanto tiempo estarás allá?- Pregunté.

-Realmente no lo sé, espero que poco-. Dijo abriendo un silencio incomodo. - ¿Cuando tiempo te quedarás Ecuador?- Preguntó cortando la incomodidad.

-Algunos meses, este evento es realmente importante y como conocemos muy poco, tenemos que empezar a buscar lo mejor de lo mejor, y como nosotras que tenga las tres b- Dije.

-¿Las tres b?-.

-Bueno, bonito y barato-.

La escuché caer a carcajadas, descubriendo otra cosa que me atraía en ella: su risa.

-Eso está bueno- Dijo entre risas. 

Los días pasaron, cada mañana tenía que salir a trabajar junto a Alejandra, y cada noche Isabella me llamaba, ya había pasado  una semana, las noches que no lo podía llamarme, me dejaba un mensaje algo largo en el whast-app, me encantaban esos detalles ya ansiaba que volviera a Quito.