01 | Dura Realidad

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| DURA REALIDAD|

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Ekaterina Pov's


—Deberías dejar ese empleo de bartender, Kate —dice Tamara mientras me pasa una taza de café americano.

—No puedo... —respondo con calma, tomando la taza. Mi dependencia del café había crecido con los años, especialmente debido a mis estrictas actividades.

Estudiar en la  facultad de artes en estudios clasicos de la universidad de Cambridge y estuve  trabajando en 2 empleos en horarios alternos en los semestres anteriores. No me arrepentía en lo absoluto; había sido la mejor decisión para evitar un maldito compromiso a los 17 años.

Observo con monotonía mi taza.

—Ekaterina Bogdan Bulgakova Skósyreva, ¿Cuándo vas a disfrutar tu juventud? En tres meses cumplirás 22 años, sigues siendo virgen y sin haber tenido tu primer novio. Dime que no esperarás hasta el matrimonio... —enumeró Tamara con total seriedad.

No me gustaba mi segundo nombre, pero fue un capricho de mi padre al no nacer varón.

Mi nombre sonaba peculiar, especialmente en el país donde acabé:

Londres, Inglaterra.

—Entiendo tu preocupación, Tamara, pero mis planes son muy distintos...

Observo mi reflejo en el espejo y mi aspecto no era el mejor. Espantaría a cualquiera en este momento.

—Somos dos jóvenes adultas que por fin decidieron tomar las riendas de su vida y escapar de sus ortodoxos hogares —expresa Tamara con determinación. Ella conocía mi historia y yo la suya.

Aunque no le había contado toda la historia, sentía que debía reservarme por miedo a ser juzgada.

—Tú no te ibas a casar con alguien que te doblaba la edad, Tamara, y preferiría no tocar ese desagradable tema —digo, rodando los ojos mientras lavo la taza de café.

—Tus padres están locos, y los míos no se quedan atrás... —concluye Tamara, provocando una pequeña sonrisa en mi rostro.

—Pero tus padres te perdonaron y decidieron apoyarte...

—Eso sí...

Yo había escapado por mi propia voluntad y con la ayuda de mi nana Henrietta. Ella aprovechó para jubilarse y nunca dudó en brindarme su ayuda. Rezaba por ella cada noche, agradeciendo a esa persona que me ofreció su mano sin importar las consecuencias.

OSCUROS | EN EDICIÓN |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora