2. Invitaciones inesperadas

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Hoy era sábado, por lo que significaba día de descanso. Hoy no planeaba hacer más que las compras del supermercado, ya no me quedaba mucho en la alacena, así que me tocaría salir a pesar que quisiera estar todo el día en cama viendo netflix. Tome valor, me levante de la cama, desayune y a bañarme. Estos días eran muy difíciles para mí, levantarme de la cama era todo un reto.

Una hora después, estaba lista para salir. Tenía un supermercado cerca, normalmente tomaba bus y me devolvía en uber, el portero es muy buena persona, ya que me ayudaba con las bolsas a subirlas hasta la mesa, ese hombre se merecía el cielo.

Más tarde logré acomodar toda la alacena y comer una rebanadas de pizza, mientras revisaba mis redes sociales, de pronto vi un video que no esperaba encontrar, era un video, una señora hablando de un orfanato, el cual tenía muchos niños esperando por una madre o padre, o ambos. Permitían que los padres no estuvieran casados. Realmente me gustaría ir a visitarlo. Llamé varias veces y logré una cita para el siguiente sábado.

Empezaba la semana y yo la empezaba demasiado ansiosa esperando el día de visitar el orfanato. Era una decisión que había tomado hace tal vez unos meses atrás pero me costaba mucho tomar la decisión, no es una decisión fácil, pero para mí siempre ha sido importante, alguna vez quise ser madre joven y me sentía segura ahora, quería un niño grande, de uno 5 años tal vez, no quería un bebe, quería un niño grande, supongo que estoy loca, pero es lo que quiero.

-Dígame señor.

Pronto llegaba el medio día, para poder salir almorzar. Normalmente me gustaba traer comida de casa, hoy decidí salir a buscar que comer, a veces es bueno cambiar un poco la rutina. El teléfono empezó a sonar, lo conteste.

—Pase a mi oficina por favor.

—Por... —me colgó. Anda de mal humor. Lleve la libreta y toque la puerta. Espero que no sea nada malo, a veces sus humores me ponen los pelos de punta.

—Pase. —Me dijo al otro lado de la puerta y como siempre tan guapo como nunca. Tan formal en ese traje entero, se veía realmente guapo.

—Señorita Brown, tome asiento. — hice lo que me pidió.

—Le llame para decirle que habrá una pequeña fiesta de negocios y la necesito ahí, van a llegar algunos nuevos escritores y ocupo que tome algunos datos y reciba algunas cosas. — me dijo todo esto sin mirarme una solo vez.

—Claro señor, solo dígame el lugar y la hora.

—Es el siguiente domingo, mi chofer pasará por usted a las 7 en punto. Sé que no tiene auto y donde vamos es largo, tómelo como si la empresa hubiese pagado el viaje—me volvió a ver, sus ojos miel me examinaban. Me quede callada. Nunca antes me había necesitado para estas fiestas de negocios antes, esas fiestas de negocios son creadas para lanzar nuevos escritores y conocer otros que están iniciando, por ello nunca me corresponde ir, supongo que este debe ser diferente.

—¿Entonces señorita Brown? — salí de mis pensamientos y lo mire.

—Claro señor, gracias. — le sonreí.

—Se puede retirar. — asentí y salí de allí.

Pronto acabo la semana y llego el tan esperado sábado. Más ansiosa que nunca, tome un uber hasta allá. El lugar es precioso, primero me hicieron una entrevista, antes de conocer los niños, tenían que estar seguros de que entraba en los requisitos, me permitieron ver a los niños, me enseñaron cuales tenían entre 4 a 5 años de edad, que de igual forma me enviarían los datos de los niños al correo. Había un niño en especial, demasiado sonriente y cariñoso con los demás, era rubio de ojos verdes, el niño me transmitía paz al verlo. Esperaba con ansias el momento de empezar el proceso.

Unas horas después, salí de ahí feliz, realmente me sentía feliz de haber tomado esta decisión. Camine hasta el portón y un gran audi muy conocido entro al lugar, no, debe ser coincidencia, dije que iba a investigar el orfanato del señor Harrison, pero no lo hice porque salió el anuncio y me atrapo el lugar, se veía muy hermoso en video y en persona mucho más. Deseche la idea y me fui a casa.

Fue un domingo muy tranquilo en el sofá, aun no tenía noticias si me aprobaban como adoptante, no es un proceso fácil, debía conocer al pequeño y luego podría tenerlo conmigo. El lunes llego demasiado rápido, tan rápido que pronto ya era miércoles y tenía noticias del orfanato, habían aceptado mi solicitud. Pronto me mandarían los niños y escogería, pero yo sentía que la tenía clara, ese niño rubio de ojos verdes con solo verlo había sentido algo, debía conocerlo.

—¿Señorita Brown? — me voltee, estaba recogiendo mi bolso, iba a salir almorzar.

—Sí, señor Harrison.

—¿Dónde va a almorzar? — pregunto con su seriedad característica.

—Planeaba ir a la cafetería del frente. — hoy no tenía mucha hambre.

—Eso no es para almorzar, señorita Browm, ¿Por qué no me acompaña? Voy para un restaurante, no tengo problema con que vaya. — aquí vamos de nuevo, ¿qué era su tanta frecuencia en invitarme a comer? Son cosas que nunca pasaron en 2 años.

—Señor Harrison, no me gusta causar molestia. —y era la verdad, a pesar que este hombre tenía tanto dinero, no me gusta ser carga de nadie.

—No es ninguna molestia. — me señalo con la mano que pasara, pase, acepte. Pronto estábamos en el auto con el señor Druny al volante. Esto sería otra nueva experiencia.

—Buenas tardes señor Druny. —le dije amablemente.

—Buenas tardes señorita Brown — el señor Druny manejo a un restaurante que no conocía, pero como siempre, se veía lujoso. Aparco y bajamos. El señor Harrison abrió la puerta del restaurante y entramos, tomamos asiento en una de las mesas y vimos el menú, estos precios me hacía ver la puerta y huir. El señor Harrison pidió un vino para ambos, no era fan del vino, pero no quería ser pesada en no aceptarlo, después ordenamos la comida, tenían una variedad increíble y todo sonaba delicioso, tal vez después de todo, si tenía hambre.

—¿Señorita Alexandra? —levante la mirada, era la primera vez que me llamaba así. Lo mire sorprendida.

—¿Por qué me mira así? — levanto una ceja.

—Nunca me había llamado por mi nombre. — dije un tanto sorprendida, no sabía si había sido el vino, pero empecé a sentir calor y mucho.

—Ah, perdón. Señorita Brown —sonreí, la primera vez que lo veía menos serio que de costumbre.

—Dígame señor Harrison. — dije.

—Me enteré que anduvo por el orfanato — sentí como me sonrojaba, así que si era su orfanato. — . Y bueno, le quería decir que me alegra mucho su decisión, pero ¿Por qué siendo tan joven quiere adoptar? — mi intuición me dice que este almuerzo era para tener esta conversación.

—Bueno, yo siempre quise ser madre joven, fuera como fuera, así que tome la decisión hace poco, ya que logre terminar mi carrera.

—Sobre eso también quería hablar, hay un puesto con recursos humanos y todo ese sector y pensé en usted, ya que ha demostrado que podemos confiar en usted, pronto el de recursos humanos hablará con usted y usted arreglará con él, yo solo le informe antes. — trato de sonreírme, pero no lo logró, carraspeo continuo. —. Ahora, nosotros no tendemos a aceptar solicitudes a personas jóvenes, pero bueno, se hizo una excepción y espero que decida pronto.

Estaba procesando todo, no sé qué me tenía peor, si mi ascenso o que él ayudará a que aceptarán mi solicitud de adopción, realmente me sentía algo impactada, por lo que solo dije gracias y asentí.

Una vida diferente. [Vidas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora